SEGUNDA PARTE DEL MARATÓN :)
En vela. Así se había pasado la mitad de la noche Ariana. Llevaba meses sin pasar buenas noches y la causa de esas noches tenía un nombre, ______ Williams. Pero en este caso no le importó en absoluto. Aquella noche, era diferente. Tenía a ______ a su lado, junto a ella como hacía tiempo no la tenía. Así que le importó bien poco tener que poner el termómetro cada vez que la notaba un poco más caliente, o levantarse a por agua para que no se le secara la boca al no poder respirar por la nariz o que la despertara cuando se removía incomoda a causa de la fiebre, nombrándola o diciendo frases sin sentido.
No podía negarlo, cada vez que la llamaba en sueños o a causa del delirio de la fiebre, Ariana sentía como se le encogía el corazón, como se le quebraba algo muy dentro de ella al ver que ______ a pesar de todo el daño que le había hecho, seguía pensando en ella, que a pesar de ir de la mano de algunos chicos, al final seguía teniéndola presente. ______ no la había olvidado y eso le daba un pequeño rayo de esperanza.
Las cosas no son fáciles. Probablemente, a la mañana siguiente, ______ se levantaría y la echaría a patadas. En realidad, no la echaría a patadas, porque ______ tenía más estilo que eso, pero no se libraría de algún grito... Pero ¿Y si _______ la sorprendía? ¿Y si aquella noche supusiera un cambio en la relación que mantenían? Un cambio a mejor, un paso adelante para una posible reconciliación. No quería ilusionarse, pero lo hacía. Debía estar preparada para salir corriendo por la mañana, pero no dejaba de pensar que a lo mejor, terminaba preparándole el desayuno y hablando como personas normales.
Por otro lado, ______ había pasado una noche horrorosa. La fiebre volvió a subir en algún momento de la noche y no la dejó dormir tranquila, y cuando bajó, no podía respirar, teniendo que hacerlo por la boca. Odiaba estar enferma. Pero a pesar de todo eso, había algo que la reconfortaba. Había dormido prácticamente toda la noche abrazada a Ariana, envuelta en sus brazos, sintiéndose protegida y un poco mejor cada vez que trataba de calmarla con susurros y caricias en su cabello o su espalda.
¿Cómo era posible que aun estando enferma, se sintiera bien, mejor de lo que se ha sentido en meses? Únicamente por tenerla cerca. Era un sentimiento aterrador, por eso, en aquel momento donde la fiebre le nublaba el juicio, prefería no pensar, solo aferrarse más a Ariana, sentir su calor y no soltarla nunca.
La mañana llegó. Los rayos de sol se filtraban por la ventana, sorprendiendo a ______ en la cama con Ariana. Ella prácticamente desnuda, con su cabeza apoyada en el hombro de Ariana y su brazo rodeando su cintura fuertemente, como si quisiera asegurarse que no se iría, que era real. Mientras tanto, Ariana seguía dormida boca arriba, rodeando a _____ en sus brazos, lo que probablemente le costaría algún dolor al levantarse y dejar esa posición tan incomoda.
______ estaba despierta, pero no hizo ningún movimiento. No quería despertar a Ariana, solo quería disfrutar de aquello, sentirla le hacía bien. Las últimas dos horas habían podido dormir bien, pero la fiebre estaba volviendo a subir, haciendo que el malestar creciera. Llevaba un cuarto de hora sin moverse, manteniendo los ojos cerrados, sin saber que Ariana hacía ya un rato que también estaba despierta y con el mismo pensamiento que ella, disfrutar un poco más de la otra en aquel silencio tan agradable.
Pero los momentos no son para siempre y Ariana como ya había hecho la noche anterior, dejó un tierno beso en la cabeza de ______ y con todo el cuidado del mundo de no despertarla, pues ella creía también que dormía, se levantó de la cama. No quería, pero no podía pasarse allí el día entero.
La sensación de vacío que sintieron las dos al separarse las abrumó y mientras Ariana salió de la habitación para arreglarse un poco en el baño y prepararle un jugo a ______, esta última salió de la burbuja en la que había estado viviendo desde el día anterior.