Su pequeño descanso ya había terminado. Volvía con las pilas recargadas y sabiendo que en solo una semana llegarían las vacaciones de navidad, por lo que la vuelta al trabajo el viernes no fue muy dura.
El día fue tranquilo. A pesar de que tuvo que rodar una escena con Ariana, todo fue bien. Se saludaron correctamente e incluso ______ se atrevió a regalarle una pequeña sonrisa, dejando un poco sorprendida a Ariana que no dudó en responderle de igual modo. Fueron capaces de hablar de cómo harían la escena junto al director sin tensiones, como lo harían con cualquier otro compañero y por primera vez, hablaron como personas civilizadas, aunque solo fuera sobre el trabajo. Ahora mismo, era todo de lo que _____ se sentía capaz de hablar con ella.
_______ en los descansos se había mostrado más pensativa de lo normal. A penas había hablado con los demás compañeros, que no le dieron más importancia a este hecho. ______ solía meterse en su mundo a menudo, así que a nadie le pareció raro. Había pensado mucho en las palabras de su madre durante esos días. Tenía muchas cosas en las que pensar, decisiones que tomar, pero todavía no se sentía capaz. Quería hacer lo correcto, no sufrir más con la decisión que tomara y quería ser feliz otra vez, pero ella solo conocía una persona que hubiera sabido darle esa felicidad que buscaba y era Ariana.
Había estado mirándola todo el día. Muchas veces Ariana la había visto infraganti, pero a pesar de que era muy raro que estuviera mirándola fijamente, esta solo le sonreía tímidamente, haciendo que _______ tratara de disimular mirando hacía otro lado demasiado tarde.
Quería ver lo que le dijo su madre. Comprobar si era verdad que Ariana sufría con todo aquello o eran imaginaciones de su madre, que quería demasiado a Ariana. Pero se sorprendió al darse cuenta de que Monica tenía razón. Todos esos meses había visto a Ariana, pero en ningún momento se paró a observarla, a mirarla.
Ariana estaba lejos de ser la Ariana de la que se había enamorado. Estaba muchísimo más delgada y aunque tenía una gran capa de maquillaje en la cara y trataba de disimularlo, se le veía realmente cansada. Sabía que estaba muy ocupada, que llevaba muchas cosas a la vez. El disco, la serie, publicidad, pero aquello le extrañó. Ariana siempre había sido la persona con más energía que conocía. Siempre dispuesta a todo, sin importar la carga de trabajo...
Y luego estaba lo que le mostraban sus ojos. La había visto aparentemente feliz, con una sonrisa de oreja a oreja durante todo el día, atendiendo a algunos paparazzi que la habían seguido hasta la entrada del estacionamiento, bromeando con Jack o estando pendiente al teléfono. Pero ella la conocía, sabía leer sus ojos. Su madre se lo había recordado hacía unos días y lo que sus ojos le decían era que no era feliz, que estaba triste, sin ilusión. La mirada de esos grandes ojos chocolate que tanto le gustaban estaba vacía... Y eso le hizo darse cuenta de que probablemente, su orgullo, había estado impidiéndole ver cosas de las que antes se hubiera dado cuenta a simple vista.
¿Ariana había sufrido igual que ella en ese tiempo? No lo podía saber, pero estaba claro que no lo estaba pasando bien. No sabía a que se debía aquella tristeza, pero por algunas miradas llenas de dolor y nostalgia que le dedicaba, se atrevía a apostar que era por lo mismo que ella no había conseguido un poco de felicidad en esos meses.
Ariana la confundía. Parecía que le dolía el estar separadas tanto como a ella, que el día que le dijo que se había acostado con Sean estaba arrepentida y juraría por la forma en que se besaron que seguía queriéndola. Entonces, ¿Por qué estaba con Sean? Siempre volvía a la misma pregunta, intentando dar respuesta sin conseguirlo.
Ya era sábado por la noche y ______ se dirigía a la casa de Nathan junto con Miranda y Ansel. Se había pasado todo el día dándole vueltas a lo mismo, pero decidió dejar las complicaciones y preguntas a un lado y divertirse junto a sus amigos aquella noche. Extrañaba aquellas reuniones, así que aprovecharía para darse un respiro. Esa noche, Ariana y Sean eran dos compañeros más. No mantendría conversaciones profundas con ninguno, pero haría el esfuerzo de no poner mala cara al estar cerca de Sean o de mantener una platica en grupo donde estuviera Ariana. Esa fiesta era para limar asperezas, por lo que tenía que intentarlo. Era hora de dar un pequeño paso adelante.