Un Rayo de Esperanza

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Otra vez...

Estoy en Hogwarts. Miró el cielo, la luna azul lentamente de esta tiñendo de color carmesí. Siento un escalofrío recorrer mi cuerpo.

-Lucius...

Esa voz, estaba tan lejos de casa pero, aún, esa voz, me persigue.

Escuchó un silbido. En medio del largo pasillo, todo está oscuro.

Me pongo a caminar, saco mi varita de mis túnicas.

-Debes de caminar más rápido... Lucius...

Mi corazón se ha acelerado. Veo una especie de masa cruzar el pasillo al lado. Giro bruscamente, levantó la varita.

-Corre Lucius!

Sigo la masa que corre por el pasillo, de pronto, un aullido. La masa se detiene y sale de la sombra. El lobo... Sus grandes ojos amarillos me miran. En vez de venir a mí, mira hacia adelante y echa a correr.

Pienso dejar de seguir pero me quedo helado al escuchar un grito. El lobo aúlla más fuerte y gruñe.

- papá! -esa voz...

-Draco... -miro hacia el pasillo, donde desapareció el lobo

-Papá! Tengo miedo!

-Draco... - empiezo a caminar y luego correr -Draco! Donde estás?!!

-d-dejame me ir... -la voz de mi hijo se vuelve tenue

-Draco!

Me levanto abruptamente. Mi respiración es agitada, una pesadilla... Eso debe de ser, una pesadilla.

Miró hacia la ventana, estoy en el barco, de regreso a Londres. Un mes... Un mes lejos de casa, Cissy y yo estuvimos intercambiando correo. Ella me menciono su preocupación de no estar recibiendo correo a diario de Draco.

Severus tampoco estaba siendo de mucha ayuda...

-ah... Debo dejar de pensar en ese sueño...

No un sueño... Una visión del futuro

Voy al cuarto de baño, me lavo el rostro mientras conjuro la hora con mi varita.

Estaré llegando a medianoche al puerto, luego tendré que abordar un taxi muggle.

-espero que Cissy no se haya quedado despierta.

Había enviado regalos a Liam y Christopher, mis dos hijos. Ambos deben de estar más grande. Una lástima que no halla estado todo este mes junto a los dos gordos.

-Bueno... Tengo que ir a la estación...

.

.

.

El trayecto fue largo, en el camino, estuve durmiendo pero aveces me levantaba. Porque la voz de Draco hacia ecos en mi cabeza.

Tengo miedo, papá...

Eso decía, y la piel se me ponía de gallina. Mañana le enviare correo a Severus, preguntando por mi hijo, esta semana deben de estar en exámenes. Me imagino que estará muy ocupado y por eso no responderá al momento.

El taxi me deja en la calle Charing Cross. Muy cerca hay una de las cabinas vacías que funcionan como ascensor para llegar al ministerio. Ingreso a la cabina y marcó el número 62442. Una voz femenina me atiende através de la línea

Draco Malfoy y el mundo mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora