Pronto llego octubre. Estaba muy frió y húmedo, afortunadamente sabia conjurar hechizos de calor y mis amigos también, Como se esperaba de Gregory y vincent. Ambos no necesitaban de hechizos de calefacción, bastaba con sus guantes de lana y sus chalinas. Sin embargo, no todos estaban a salvo del frió y una posible enfermedad. Astoria se enfermo de la garganta y indicios de fiebre. Todos corrimos a llevarla a la enfermería.
La señora Pomfrey estaba atareada debido a la epidemia masiva de catarro entre profesores y alumnos. Le dio la poción pimentónica a Astoria, los efectos fueron instantáneos. Cualquiera que tomara dicha pócima, echaría humo por las orejas durante varias horas. Astoria echo a botar bastante vapor por debajo del cabello, dando la impresión que toda su cabeza estaba ardiendo.
Al mismo tiempo la persona, menos grata para Pansy, estaba en la enfermería, Ginevra Weasley. Quien iba acompañada de su hermano Percy Weasley. La niña tenia mal aspecto, cuando nos miro. Todos pudimos notar su hostilidad, incluso blaise frunció el ceño y se puso delante de las chicas. Astoria tembló en su lugar y sujeto mi mano con fuerza. Esa niña, disfrazo muy rápido su hostilidad con inocencia, Percy Weasley nos miro como si fuéramos una amenaza.
Me sentí muy satisfecho, cuando vi a Ginevra Weasley, echando humo como tetera hirviendo, por las orejas. Se veía ridícula, Pansy se rio muy bajita mientras que Daphne contenía una sonrisa arrogante, Astoria tosió dos veces, como si contuviera su sonrisa.
Al salir de la enfermería, todos rompimos a reír. Esta vez nadie creía que esa niña fuera una santa. Uno de estos días la atraparíamos con las manos en la masa, Astoria ya sospechaba que era esta misma quien la estaba hostigando. Todas las veces que tenía clases con gryffindor, una cosa mala le pasaba a ella o a sus compañeros de misma casa. Lo mas curioso, es que, Ginevra Weasley siempre estaba cerca de esos alumnos que sufrían desafortunados incidentes. Nadie podía culparla, porque nadie vio nada o, los profesores no estaban viendo para detener a esta farsante.
Solo esperarían, esperarían para atraparla y exponerla.
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Esa semana fue algo lúgubre, la mayoria de los profesores estaban con los ánimos bajos y la mayoría de alumnos se apilaban cerca de los lugares caliente.
Afuera, la lluvia se desencadenaba como una balacera, caían tan rápido, mojando todo el terreno, resbalando por las ventanas del castillo, durante días y días; el nivel del lago subió, había agua empozando por todo el terreno, convirtiéndose en charcos de lodo, la última vez que fuimos a visitar al señor Hagrid, este nos mostró el crecimiento de sus calabazas, estas habían adquirido el tamaño de un cobertizo.
Pese al terrible clima, el entusiasmo de mi capitán no descendió, por este motivo tanto Blaise, Pansy y yo, a última hora de la tarde de un viernes, estábamos corriendo con nuestra ropa mojada y llena de lodo, hasta el castillo.
Faltaba poco para Halloween, pero ni así tuvo piedad Marcus.
No importaba si había lluvia o viento, las secciones de entrenamiento espartano no se detenía. Marcus también fue muy discreto, mando a los chicos que cumplían con la sección de entrenamiento espartano, a resguardar el campo, para evitar ser espiados por los equipos enemigos. Ya habían atrapado a los gemelos espiando, los habían ahuyentado varias veces. Marcus no podía quejarse con Wood, porque no tenía tiempo que perder. Lo importante era entrenar y ganar.
Por eso estábamos caminando por el pasillo desierto. Nuestro cuerpo dolía por todos lados. En ese nos encontramos con alguien que parecía muy preocupado. Era Nick Casi Decapitado, era el fantasma de Gryffindor. Nos habiamos encontrado varias veces con este fantasma, el curso anterior, Nick parecía ser muy amigable con mi grupo. Pero ahora se veía preocupado, miraba por una ventana, murmurando para sí: "No cumplo con las características...Un centímetro... Si eso..."
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Draco Malfoy y el mundo mágico
FanfictionAl abrir mis ojos ví un techo diferente al de mi hogar, una mujer que nunca ví me preguntó si estaba bien pero nada está bien. No conocia a esa mujer, ni al hombre que la acompaña. Había leído novelas ligeras de transmigradoras y renacidos, todos si...