Draco Malfoy y el mundo mágico

Navidad en Hogwarts III

Me retire de la habitación de Remus. Me sentía algo molesto y frustrado, pero como dijo Remus.

Draco debía de tener otros intereses para no prestarme atención. Además, es posible que Draco solo guste de chicas y no de chicos.

Regrese a la torre de gryffindor. Hermione estaba con Ginny hablando, a un lado estaban los gemelos jugando con Ron.

-Harry, al fin volviste -Ron levanto la mirada y al verme se alegró - ¿Qué te dijo Remus?

-Nada, solo tener paciencia y tiempo al tiempo -Ron asintió

-No te apresures Harry, Malfoy te notará cuando menos te des cuenta -alentó Ron. Sonreí, al menos Ron me daba esperanzas.

Al cruzar la sala común sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Mire a todos lados, Hermione seguía hablando con Ginny, cuando mire fijamente a la hermana de Ron, está me miro muy roja y bajo la cabeza.

No entendía que pasaba con la hermana de Ron. Percy dice que es muy habladora y animada pero que es extraño su comportamiento cuando me ve.

Decidí ignorar a las chicas e ir a mi dormitorio. Neville debe de estar ahí. Cuando entro veo la cama de Neville cubierta por la cortina que cuelga de los doseles.

-Nev! -llame a mi amigo

-Dime Harry -dice Neville

-Qué estás haciendo? -pregunte. Quería asomarme a ver qué estaba haciendo Neville

-Tratando de tomar una siesta. Más tarde será el banquete de navidad y quiero tener energía suficiente para acompañarlos

-Oh, entiendo...

Sali del dormitorio y fui a la sala común a distraerme con mis amigos.

.

.

.

Ya en la noche todos fuimos al gran comedor.

Nadie podía dejar de asistir a la comida de Navidad, Ron parecía más hambriento que nunca mientras que Hermione le decía que se comportará. El gran comedor relucía por todas partes. No sólo había una docena de árboles de Navidad cubiertos de escarcha y gruesas serpentinas de acebo y muérdago que se entrecruzaban en el techo, sino que de lo alto caía nieve mágica, cálida y seca.

Cantamos villancicos, y el director Dumbledore nos dirigió en algunos de sus favoritos. Hagrid gritaba más fuerte a cada copa de ponche que tomaba, mientras que Remus estaba conversando muy animadamente con la profesora McGonagall. La profesora Sprout le dio un beso en la mejilla al profesor Flitwick, la cara de ambos estaba roja. Lockhart estaba entreteniendo a un grupo de niñas de primero, con sus ridículas historias de aventuras. Percy, que no se había dado cuenta de que Fred le había encantado su insignia de prefecto, en la que ahora podía leerse "cabeza de chorlito", no paraba de preguntar a todos de que se reían.

No me preocupe mucho por los insidiosos comentarios que desde la mesa de Slytherin hacía Carl Spungen, en voz alta, sobre su nuevo suéter. Con un poco de suerte, Spungen recibiría su merecido unas horas después.

Ron y yo apenas habíamos terminado nuestro tercer trozo de torta de navidad, cuando Hermione les dijo que comieran moderadamente.

La fiesta pronto llegaría a su final, y con ello, todos se marcharían a sus respectivas salas comunes.

Me quedé unos momentos más en el comedor, cuando de pronto se me acercaron los gemelos. A mi lado estaba Ginny, quien había comido de forma callada en la gran celebración. Fred se puso a mi derecha y George a la izquierda.