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Capítulo 03: Es hora.

Arthur dejó de acariciar mi mano y se giro inmediatamente cuando la voz de Tadashi lo llamó.
Nanashi seguía alejado de nosotros como todo un halcón vigilando su presa, y yo por mi parte me quedé sentada en aquella roca que cubría el túnel a la fortaleza.

Habían pasado por lo menos dos semanas desde que entramos en una fase de aislamiento por seguridad, y ya estábamos seguros de que Zeldris ya no andaba por la zona... era hora de comenzar avanzar.

—Sigo diciendo que no es necesario que vengas— Tadashi se puso detrás de mi y se inclino para verme.

—Lo es, ella más que nosotros se sabe de memoria el camino a la fortaleza— Los dos miramos a Nanashi, quien por fin se digno a mirarnos.
Arthur llegó a lado de Tadashi y posó sus manos en su cadera, sonriendo con mucha energía y un brillo intenso en sus ojos. Sexy, realmente sexy.

—Pero estará en peligro— Me puse de pie y me cruce de brazos encarando al pelinegro de ojos verdes.

—No lo estará— Hablo Arthur antes que yo —Vamos nosotros tres con ella, y no dejaremos que nada le pase... La vamos a proteger— Bufe ante eso y rodé los ojos, caminando para comenzar a bajar la roca.

—No necesito que ninguno de ustedes o alguien me proteja, sé hacerlo sola— Di un salto para llegar bajar y los mire desde abajo —Es hora— Comencé a caminar.

—Eres terca, mujer— Gruñi al escuchar a Cath hablar.

—Y tu eres insoportable, gatito— Arthur me sonrió y tomo mi mano, entrelazado sus dedos con los míos.

—Te veías más tierna con el cabello largo, aunque eres todo lo contrario a esa palabra— Tadashi se adelantó y tomó a Cath para llevárselo al frente, inteligentemente lo había hecho para que no lo calcinara ahí mismo.

—No le hagas caso, te ves hermosa con tu nuevo look— Tadashi me alago con una sonrisa antes de acelerar sus pasos alejándose de nosotros.

Suspire y mire a Arthur, quien no despegaba su vista de enfrente. Sin embargo, me miraba cada cinco segundo de reojo —¿Tengo algo en la cara?— Sonreí al ver como se sonrojada al saber que lo había atrapado.

—Claro, algo llamado perfección— Ahora la sonrojada era yo —A mi me encanta como luces con tu cabello corto, te ves realmente linda— Sonreí y seguimos nuestro camino en silencio.

Minutos después, fue Nanashi quien rompió el silencio con su comentario:

—Me siento la madre de los pollitos— Me reí y lo observe, notando su mirada seria pero burlona.
Adoraba ese lado de él, sólo lo mostraba cuando estábamos nosotros en un ambiente de confianza.

Lo que más me gustaba era la manera en la cual decía las cosas, pues al ser muy antisocial, no sabía cómo interactuar con nosotros y sus comentarios eran serios pero graciosos... Confundían tanto que causaban gracia.

—Por fin tengo madre— Hablo Tadashi uniéndose a la línea que habíamos formado para caminar.

La risa de Arthur nos contagio a nosotros y seguimos ahora nuestro caminar hacia la ciudad entre bromas y comentarios que alejaban todo nerviosismo y tensión de la situación.

(...)

Había oscurecido mucho antes de lo esperado, y no era un problema, al contrario... nos beneficiaba.

—No. Puede. Ser— Las cosas eran peores de lo que imaginábamos, era un completo caos... Una destrucción abominable.

Estaba segura que el fuego que estaba propagado por la ciudad tenía días, incluso semanas ardiendo con total ferocidad. Demonios se veían por donde quier y todo estaba destruido... Literalmente no quedaba nada de pie. Todo estaba hecho cenizas, y sino era eso, eran escombros.

Era una imagen bastante cruda, esta no era mi Camelot que conocía. Y eso sólo hacía que mi sangre hirviera en ira... Todo esto era mi culpa, sino nos hubieramos ido aquella ves en ese viaje con los siete pecados capitales, esto no hubiera sucedido.

"No te culpes por algo que ni siquiera estando presente serias capaz de evitar" Las palabras de Baltra seguían tan presente en mi mente como aquel día que me lo dijo, minutos después de negarme a ser coronada como reina "Toma todo ese coraje que tienes y enfrenta la situación, tienes que recuperar lo tuyo".

Y eso hice, inhale profundamente y observe mi ciudad, mi reino... Y no importaba cuanto perdía de mi, recuperaría lo que fue arrebatado con brutalidad.

—Ya estamos aquí— Baje la mirada y suspire, para luego mirar a los chicos. Arthur estaba paralizado, con la mirada más seria y llena de ira que jamás allá visto en toda mi vida... No parecía el Arthur de siempre, no había rastro de aquel que sonreía minutos atrás, y entiendo el porqué.

Una tensión se había apoderado de nosotros cuatro, y el más afectado podria decirse que era Arthur —Bien ¿Proseguimos?— Las piernas me temblaban al igual que mis puños, y las palabras se negaban a salir de mi boca. Mi cuerpo estaba desobedeciendo completamente las ordenes de mi mente —Andromeda— Los tres esperaban mis órdenes y yo... Me sentía paralizada.

—Déjenos unos segundos solos— Tadashi y Nanashi se miraron entre sí tras la petición de Arthur, y después me miraron a mí. Haciendo que una presión en el pecho se formará.

—No tenemos mucho tiempo y...

—Es una orden. Sólo serán unos segundos— La voz de Arthur había salido más áspera de lo esperado escuchar en él, y su semblante era bastante diferente.
Estaba tomando la posición de un rey en tiempos de guerra, y eso... Era bueno.

No puedo saber lo que el futuro nos depara, pero puedo asegurarte que aunque pasen mil años seguiré a tu lado

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No puedo saber lo que el futuro nos depara, pero puedo asegurarte que aunque pasen mil años seguiré a tu lado.

𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora