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Capítulo 10: Nuevo sentimiento.

[Arthur]

—¿Arthur?— Me llamo Andromeda mientras jalaba de mi mano. Aparte la vista de aquel bloque y los observe a ambos, tanto Tadashi como ella se veían confundidos.

—Es una de las entradas al castillo— Aclare cuando volví a posar mi mirada a lo que podría llevarme dentro de mí antiguo hogar —Puedo...

—Ni lo pienses— Frunci el ceño y mire a Andromeda, quien se acercó más a mí —Sé lo que vas a decir, y no creas que te dejaré hacerlo.

Un chispa que no puedo definir exactamente de qué se trató, me recorrió desde mi espina hasta la punta de mis dedos. Lo que sí sabía era que esa chispa había despertado una molestia en mi —No eres quien para detenerme— Al principio mostró una mueca de asombro, y luego su ceño se frunció, soltandome de la mano lentamente.

—¿Disculpa?

—Es la oportunidad perfecta para que yo pueda entrar al castillo y recuperar la espada, es la llave de nuestra victoria— Un demonio paso y los tres nos arrinconamos a la pared, cuando se retiro volví a verlos, y los dos no parecían tan contentos como yo.

—Eres idiota Arthur ¿Cómo se te ocurre que podrás hacer eso?— Andromeda habló sin verme —Con mucha dificultad hemos llegado hasta aquí, tuvimos que pasar por mucho y estoy segura que ha pasado mas de cinco horas, todo para poder llevar acabo nuestro plan de proteger la fortaleza y tu... ¿Quieres simplemente dejarlo de lado y entrar al castillo por la maldita espada?— Su voz se torno molesta, y de la misma forma me miró irradiando una filosa mirada —¿Eres consciente de eso?

—Así es, como sé que tu eres consciente de que lo que digo es verdad— Camino a mi y observe por lo bajo como apretaba su mano haciéndola puño —¿Ibas a golpearme?— Cuestione con molestia.

—Debería hacerlo.

—De acuerdo, chicos, no es momento para una discusión. Estamos rodeados por demonios, sin mencionar que, somos blancos fáciles— Tadashi incomodamente trato de separarnos, siendo empujado por Andromeda con su mano.

—No te metas en esto— Tomé la mano de Andromeda y la gire hacia mí, haciendo que me mirara con ira.

—Han pasado cuatro meses, cuatro malditos meses y estoy harto de que lo único que planeas es para la fortaleza, no hemos tenido ningún avance para recuperar Camelot, y estoy tan cansado como tu de fingir una sonrisa cada vez que las personas que confían en nosotros nos cuestionan sobre el tiempo que nos llevara lograrlo— Andromeda se soltó de mi agarre y un gran silencio incomodo nos invadió. Por primera vez en toda nuestra vida, podía sentir odio irradiando tanto en ella como en mi, ninguno cedería la mirada feroz que nos lanzabamos uno al otro.

—Él tiene razón, debe volver a tomar el poder. Es la oportunidad perfecta, Andromeda...

Sus ojos bicolores se separaron de los míos y miró con rabia a Cath quien había hablado en mi apoyo —Tu no hables...

—No lo calles, sabes de ante mano que tenemos la razón— Se hizo hacia atrás y aunque pude ver sus ojos cristalizados, seguía manteniendo una mueca de odio.

—Aunque la tuvieras Arthur, te estás sentenciado a ti mismo. Quieres ir por la estúpida espada tratando de liberar Camelot tu solo ¿Qué harás si no te salen las cosas como lo tienes planeado? Si es que al caso tienes un plan— Inahle profundamente.

—Mi plan es recuperar Camelot.

—¡Eso no es un plan! Es un maldito objetivo— Grito llena de impotencia, y tan siquiera antes de que se lanzará a golpearme la tome de los brazos y la detuve, estando cercas de mi. Se removia para que la soltara, pero yo no aflojaba mi agarre, sintiendo con pesadez como ejercía una fuerza sobre su piel.
No me gustaba dañarla, pero incluso si ella sacaba las garras, yo también lo haría, tal como Nanashi me había estado enseñando los últimos meses.

—Ambos, ya estuvo, terminen con esta mierda. Llamaran la atención— Tadashi se acercó y la alejo de mi, observandome sin creer que ambos realmente por primera vez estuviéramos peleando.

—¡Vete a la mierda Arthur! Haz lo que quieras— Se soltó de Tadashi y ambos la vimos alejarse. Aun si ella también pudiera ocultar su rastro, no había avanzado para nada con su fuerza o ataques.

Suspire manteniendo mi orgullo y gire hacia el bloque —¿De verdad piensas hacerlo?— Mire a Tadashi y asenti, tratando de bajar el coraje que sentía —Arthur creo que...

—Si piensas detenerme, entonces tu también deberías irte— Lo corte con brusquedad mirándolo. Él me miró con los ojos entrecerrados y lo observe dudar, girando de vez en cuando para mirar hacia la dirección donde Andromeda había caminado.

—Yo la acompañaré, ustedes sigan dentro del castillo. Arthur, toma la espada y acaba con ellos— Cath salto desde la bolsa que lo tenía y siguió a Andromeda.

Mire de nuevo a Tadashi, en la espera de su respuesta —Cuando te decidas me alcanzas— Recorrí el bloque, mostrando una manija de color oro polvorienta.

—Espera— Tadashi tomó mi mano y yo la aparte observandolo —No creo que sea buena idea...

—Entonces vete— Volví a tomarla, pero de nuevo volvió a detenerme. Cansado de eso desenfunde mi espada y lo amenace, al mismo tiempo que el también me amenazaba con la suya.

—No estoy diciendo que sea un mal plan, sólo digo que siento que no es buen momento para llevarlo acabo— Sentía una adrenalina inmensa, mi corazon seguía latiendo con ferocidad y el odio recorría cada una de mis venas.

Que Andromeda me haya abandonado y trato de esa manera fue la principal razón de este sentimiento negativo que me estaba invadiendo. Y Tadashi sólo sería la pobre víctima que se llevaría las consecuencias de eso —Es mi oportunidad...

—Puede haber mas...

—¿En verdad crees que con todo esto pueda haber mas oportunidades como esta?— Inhale profundo y poco a poco fui bajando mi espada, al igual que él —Ella me llamó estúpido por pensarlo, pero no se puso a pensar que es la única oportunidad que podemos tener.

—Arthur, eres el maldito rey de Camelot por algo. Un maldito hombre con mucha suerte que a veces pienso que es tu maldito don. Joder, no sabes cuanto te envidio por lo afortunado que eres y tu no te das cuenta de todas las oportunidades que se te dan, y cada una de ellas las desperdicias, pero  cuando se te vuelven a dar las aprovechas... Siempre te dan una segunda o hasta millonésima oportunidad ¿Por qué está vez sería diferente?

 Siempre te dan una segunda o hasta millonésima oportunidad ¿Por qué está vez sería diferente?

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Mantener el odio dentro de tu corazón, opaca los pensamientos de la razón.

𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora