𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ"

08

Capítulo 08: Río.

🔻Advertencia de Contenido Adulto: lenguaje explícito y sexual; se recomienda discreción.
Si eres menor de edad, leer bajo tu propia responsabilidad. 🔺

[Arthur]

Andromeda seguía curando la mejilla de Tamaki, mientras él se concentraba en vendar su pierna. Me acerque a ambos y me sente a lado de ella haciendo que me mirarara, me sonrió y volvió a lo suyo —¿Estas bien?— Preguntó sin mirarme.

—Estoy cansado— Estire mis brazos y los puse detrás de mi nuca, observando el perfil de mi chica, quien mantenía su sonrisa en una suma concentración para no causar más dolor al pelinegro.
Aprete mi mandíbula y me dedique en curar la herida de mi brazo yo solo.

—Listo— Tamaki por fin elevó su mirada y le sonrió.
Últimamente ambos han estado muy apegados, y eso no me agrada del todo.

—Gracias.

Se puso de pie, beso su frente y me sonrió alejándose de nosotros.

Andromeda por fin giro a verme, pero no yo lo hice, me concentre en vendar la herida —¿Te ayudo?

—Ya terminé— La mire y sonreí con esfuerzo, algo que noto. Me puse de pie y me dirigí a Nanashi bufando por la falta de atención de Andromeda conmigo.

—¿Celos?— Mire a Cath, hice una mueca y después suspire —Bueno, yo también estoy celoso.

—¿Enserio?— Pregunte curioso y sorprendido. Suspire y relaje mi cuerpo, notando lo tenso que me encontraba por soportar la cercanía de ambos.

—Sí, claro... Pero estoy feliz de que ahora tu sientas lo que yo siento cuando me ignoras por estar con ella— Me reí ante eso. Observe al gato y negué divertido parando de caminar.

—Ay Cath, lo siento, no creí que te sintieras de esa forma.

Observe el canal que nos llevaba al exterior -hacia el río- y no lo dude; camine hacia allá, pensando en el merecido baño que necesitaba, esto mientras escuchaba vociferear al gato diciéndome lo mucho que le indiganaba que todo el tiempo se lo dedicará a Andromeda, en vez de dedicarmelo a mi mismo.

—¿Sabes qué?— Era de noche, por lo que facilitaba mi escabullida por los extensos árboles que sólo cubrían el río y la pequeña cascada que estaba cercas. Era impresionante como la fortaleza conectaba de par en par cada centímetro del reino, recorriendo este bajo tierra llevándonos a lugares que nos tomarían horas llegar.

—¿Qué?— El sonido del agua correr me relajo y pude sonreír. Después de todo este tiempo, pude relajarme y suspirar de felicidad... Merecía esto, aunque sabía que no había mucho tiempo para tomarme el baño o tan siquiera relajarme.

—Creo que necesitas tiempo para ti sólito, así que... Si me necesitas, iré a buscar comida— Cath se bajó de mi hombro y como pudo comenzó a saltar por sobre las ramas.

—Ten cuidado, y no te alejes demasiado.

Le advertí, mientras lo observaba tomar el camino opuesto a mi.
El frío que provocaba la humedad del lugar me hizo temblar, pero al mismo tiempo sonreír por lo satisfactorio que era sentir frío en este tremendo calor.

Con una sonrisa y un brillo en sus ojos, el chico poco a poco comenzó a despojarse de sus prendas y camino desnudo al agua templada del lugar. Se adentro dejando sólo su torso desnudo al aire, sonrió y dejó que el agua relajara cada una de las fibras de su cuerpo.
Recargo su cabeza en una piedra y observó el cielo lleno de estrellas, el cual peculiarmente se encontraba despejado el día de hoy... Una hora para la media noche, y él se encontraba en una placentera relajación, que hacía ya tiempo no había tenido.