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Capítulo 09: El plan.

[Andromeda]

Agreguemos un mes más al tiempo. Esto sumado que estamos a mitad del año, no favorecían los calores y sobre todo el hecho de que más y más personas iban siendo rescatadas, unos venían de Liones en peregrinación y muy pocos eran encontrados moribundos... Habló de que estoy feliz por el hecho de tener más refuerzo y tener más población, pero estaba tan preocupada por el hecho que la fortaleza cada vez más se convierte en un horno viviente.

—Toma— Eleve mi mirada encontrándome con Nanashi, quien me ofrecía una daga. La tomé y le sonreí —Espero que los pocos entrenamientos que hemos hecho sirvan de algo.

—No lo dudes— Oculte La daga en el leather de mi muslo y camine a su lado para la formación —¿Tienes la miel?— Asintió —Bien.

—Entonces, la formación sin precedentes. Si su grupo llega primero no salgan a buscarnos, y por último...— Arthur me miro para que terminará por él, sonreí y llegue a su lado.

—No olviden dejar la miel sobre la base— Todos observaron sus botes de miel —Andando— El canal que conectaba con las ruinas cercas de la ciudad, por decisión y preocupación, había sido obstruida por un bloque de piedra que uno de los caballeros sacros pudo crear con su poder.

Cada semana iban un grupo de seis personas, dividos en dos grupos, para el rescate y recolección de víveres dentro de la ciudad; unos eran enviados al pueblo, otros en el mercado y otros en el campo. Mientras unos rescatan, otros están en la búsqueda de comida que pueda servirnos.

Esta vez me tocó ir a mi, y por órdenes de Arthur, él y Tadashi serían los que me acompañarían; mientras el otro grupo se conformaba por Nanashi, Jim y Aminaki. Y el tercer grupo que se dirigiría al campo fue conformado por grupos de cabelleros Sacros de Liones.

El túnel era más denso que los otros dos, esto porque nos acercábamos a lo que me gustaba llamarle "el infierno", aunque últimamente el infierno que era nuestro antiguo reino, se estaba congelando. El último grupo rescatado nos había mencionado sobre la apareció de Zeldris con otro miembro de los diez mandamientos, pero este parecía estar muerto. Desde eso, Zeldris no había vuelto a recorrer la ciudad, el mercado o lo senderos con mucha frecuencia...

Aunque, si bien seguía siendo un infierno, el hecho de que el mismo Demonio que estaba controlando el fuego no estaba presente, los humanos que nos habían traicionado eran un peligro eminente. Varios grupos habían regresado siendo sólo uno o dos personas, y la mismas se negaban a salir por el aspecto de que los mismos humanos que trataban de rescatar los entregaban al clan demoníaco.

Tadashi casi corre con esa suerte —Manténganse cercas— El pelinegri se pego a una de las paredes y nosotros lo imitamos.
En medio de ambos, me encontraba un tanto llena de adrenalina, no por el hecho de estar corriendo por los escombros de la ciudad, sino porque sabíamos que esta vez no había a quien rescatar, sino sofocar.

La miel por alguna extraña razón, desubicaba a los demonios, era como el punto ciego que evitaban a toda costa acercarse. Y nosotros, dejaríamos miel sobre los puntos vulnerables de aquellos túneles que pueden dirigirlos a la fortaleza —Espera— Arthur me tomo de la muñeca y me pego a su pecho, cubriendo mi boca con una de sus manos y apretandome con la otra.

Un demonio paso a lado de nosotros dividiendonos de Tadashi.

—Sigan— Fui la primera en correr y tomar la mano de Tadashi, siguiendo sus pasos —Bien, de aquí a dónde— Ambos me miraron.

—Cercas del castillo— Ambos se miraron entre sí.

Minutos más tardes y con mucha dificultad, nos encontrabamos acorralados en un rincón de las barreras que protegían al castillo —¿Cuál se supone que es el plan, Andromeda?— Susurro el de ojos esmeraldas.

—¿No escuchaste cuando lo dije?— Le cuestione algo molesta.

—Lo siento.

—Esparciremos la miel por un conducto que lleva al subterráneo del castillo, que es por donde existe un canal que conecta directamente a la fortaleza, sin atajos ni nada— Hablo Arthur por mi —La miel caerá por ahí, y seguidamente los demonios evitarán ir al subterráneo.

—Ya veo— Me hice hacia atrás cuando vi pasar a un grupo de hombres, Arthur coloco sus manos en mi cadera gruñendo por lo bajo.

—Lo siento— Lo más probable era que lo haya pisado, por el reducido espacio en el que nos encontrabamos los tres acorralados —Debemos salir ya, parece ser que ni siquiera Zeldris se ha percatado de nuestra presencia.

—Eso no puede ser nada bueno ¿Cierto?— Los tres nos quedamos callados —Cómo sea, mujer, creo que deberías alejarte más de mí— Tadashi elevó su vista y yo la baje, para después notar porque le avergonzaba verme.

—Lo siento— Me pegue más Arthur, quien apretó con fuerza mis caderas y recargo su cabeza en mí hombro. Le daba la espalda, por lo que no podía ver lo que le ocurría —¿Te estoy pisando?

—No, pero ya hay que salir— Tras decir eso, fui la primera en hacerlo y seguida de mi ellos dos, quienes jadearon con alivio, haciendo que elevará una de mis cejas en modo de confusión.

—Sigamos.

Hablo Tadashi tan siquiera antes de que yo hablara.

Mentiría si dijera que no tenía miedo, porque la verdad es que quería incluso temblar y correr al lado opuesto de todo esto; sin embargo, esa pizca de adrenalina y valentía seguía dentro de mí, lo cual me impulsaba para hacer lo que ahora estaba haciendo.

Y cada que sucedía algo, simplemente debía tomar la mano de Arthur, apretarla y hacerme la valiente. Justo como ahora —Shhh— Nos pegamos a la pared, esperando que no se tratarán de demonios de bajo rango o traicioneros.

Cuando el peligro pasó, sonreí por lo cerca que estábamos de conseguir nuestro objetivo y seguí mi caminar, pero retrocedí cuando Arthur no avanzó conmigo, deteniendome como él lo estaba en estos momentos.

Cuando el peligro pasó, sonreí por lo cerca que estábamos de conseguir nuestro objetivo y seguí mi caminar, pero retrocedí cuando Arthur no avanzó conmigo, deteniendome como él lo estaba en estos momentos

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No se trata de un simple plan, se trata del recorrido a la victoria.

𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora