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Capítulo 23: Puerta a lo desconocido.

[...]

El ex comandante y el nuevo comandante estaban en una disputa: Ambos querían acompañar al rey hasta el castillo, siendo que los dos son buenos candidatos para hacerlo.
Nanashi estaba de acuerdo que, Jim fuera quien acompañara a Arthur, y Andromeda pedía que Tadashi fuera quien lo acompañara.

—Jim tiene más tiempo conociendo el castillo que Tadashi— Fue de esa manera que la de ojos bicolor prefirió callar. Debía admitir que el espadachín tenía la razón en ese punto importante, sin embargo, algo dentro de ella seguía insistiendo en que el joven comandante fuera en su lugar.

—Jim no puede correr...— Cerro los ojos y suspiro resignada —¿A quien quiero engañar? Tienes razón, Jim tiene tanto por el cual podría ayudar a Arthur— Cerro la boca y miro los planos en el suelo, donde había estado trabajando todo ese día —¿No han regresado?

—No.

Habían pasado cuatro días desde que se tomó la iniciativa del plan, donde cada cuando iban a recorrer el territorio y si tenían la oportunidad, derrotaban a uno que otro demonio.
Ella permanecía en la fortaleza, capacitando a los soldados que la acompañarían, para que estos pudieran hacer el rescate más ágil; también reunió un pequeño grupo de soldados de Liones para la evacuación de la fortaleza.

Sabía el riesgo de ir en masa a peregrinar hasta Liones. Pero todo lo que fuera en esos momentos, era bueno.

—¿Podrán pasar el inmenso río?— Ella negó y miró a Nanashi.

—No, muchos de aquí tienen bajas las defensas y podrían enfermar gravemente— Le mostró el pedazo de papel al pelinegro, donde estaba trazada la ruta que se tomaría —Es más segura y se tomará menos tiempo.

—¿Cómo lo sabes?— Le mostró el área geográfica de aquella zona y señaló el puente construido —¿Cómo sabes que aún existe el puente?

—Tengo fe en que aun esta ahí— Tomó las cosas y las guardo en cuando comenzó a escuchar la voz de la pequeña niña de la cual se había encariñado.
Nanashi no estaba del todo de acuerdo, pero la sensación que surgió en él cuando la mirada de ella se encontró con la suya, le hizo saber que todo saldría bien.

—¡Andromeda!— La niña albina se lanzó a sus brazos y la reina rodeo su cuerpo en un abrazo protector —¿Terminaste?

—Así es— La separó ligeramente de ella, y la observó. Morgan, de apenas seis años, era aquella niña a la cual su madre juro proteger; era linda, de buen corazón y rápidamente se ganó el cariño tanto de ella como de Arthur.

—Arthur ya llegó— Ella se puso de pie en seguida y miró al hombre que la había estado acompañando la última media hora —Él dijo que era muy urgente el verte. Dijo algo sobre un...— Nanashi también se puso de pie, y los tres salieron de aquella carpa improvisada —No lo sé, Cath lo llama ojobola.

—¿Ojobola?— Cuestionó la de ojos bicolor, extrañada por aquello —Gracias, Morgan. Puedes ir con mamá.

La niña asintió y salió corriendo a dirección contraria a la que ellos se dirigían. Las diferentes personas en el lugar, los saludaban con gran arremolinacion, una que otras afirmando la llegada del rey a la fortaleza —¿Y Tadashi?— Cuestionó el pelinegro a su lado, observando únicamente al pelinaranja limpiando la sucediendad en él.

—Espera a por él, por favor— Sus caminos se dividieron, y ella rápidamente se acercó a Arthur con una gran sonrisa —¿Hambriento?— Cuestionó cuando lo escucho aceptar muy gustoso y animado la oferta de comida que el cocinero le ofreció.

El chico rápidamente se dio la vuelta hacia ella y sonrió con mucha más alegría —¡Hola!— Ambos se acercaron lo suficiente para darse un corto beso de bienvenida, y en seguida ella presto atención aquel "ojobola" que volaba a espaldas de su novio —Me encontré con una gran sorpresa— Se hizo a un lado, y ella camino hasta una distancia prudente del ojo.

—Lord Orlond, me alegra volverlo a ver— El ojo pareció bastante sorprendido, tanto que ni una sola palabra salió de él —Supongo que ha sido enviado por Merlín ¿Cómo está ella? ¿Puede vernos ahora?— El vampiro ocular parecía estar nervioso, a tal punto que podía notarse su temblor con claridad —¿Esta bien?

—Oh, ahora si te comió la lengua el gato— Bromeó Cath, saltando a los brazos de la chica, quien lo sostuvo sin problema alguno.

—¡Callate maldito gato sarnoso! ¿¡Al caso sabes quien es ella!? ¡Parece que no tienes la menor idea! ¿¡Por qué demonios has saltado a ella como si nada!?— Arthur miró a Andromeda confundido y ella sólo soltó una risa de ternura.

—No es para tanto, Lord Orlond— El ojobola la miró casi al instante, pareciendo avergonzado —Supongo que debe estar hambriento también, así que les pediré que traigan comida para usted también.

Ambos se sentaron, observando con detalle el como su pueblo disfrutaba de la la compañía que se ofrecían mutuamente. No era raro verlos bailar, cantar o simplemente divertirse. Arthur amaba eso al llegar a la fortaleza, pero si podía decir que lo que realmente amaba más, era poder llegar y ver a Andromeda ahí, sana y salva.
La observó de reojo, mientras ella reía por la pelea del gato y la parte del vampiro.

El final está más cerca de lo que imaginamos

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El final está más cerca de lo que imaginamos.

𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora