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Capítulo 16: En marcha.
(Liones)

[...]

Los siete pecados capitales habían partido ya hace un par de horas, todos con una gran chispa de aventura, extasis y algo de preocupación, todo esto ante lo que podría avecinarse en su nuevo marco de historia.

—Justo como lo hablamos anoche— Hablo el capitán de ellos, observandolos a cada uno con una atmósfera positiva —Nuestro objetivo es liberar a los rehenes y liberar Camelot.

—Sí... Pero no parece que vaya a ser tan simple.

Esa era Merlín, el pecado de la gula.
Quién entre todos ellos, se estaba sumergiendo en una desesperación por acabar con eso lo antes posible, para poder encontrarse con aquellos dos que tanto ansiaba ver y saber si se encontraban bien.

—No pensé eso, Merlín...— Respondió de nuevo Meliodas, poniéndose en su estado de seriedad —Actualmente Camelot esta siendo protegida por una distorsión dimensional de 100 millas de diámetro... No nos podemos teletransportar dentro de ella, ni mi Full Counter funcionará contra eso— Aclaro.

—Mientras esa distorsión este ahí, infiltrarse a Camelot será difícil...— Terminó ella por Meliodas, recordando la conversación de esa mañana.

—¿Y? estoy seguro que ya tienes un plan— Ban, el zorro de la avaricia, habló con desinterés observando a su compañera pelinegra.

—Sí... He identificado la ubicación que esta manifestado esta distorsión, 250 millas al sur-este del reino— Aclaró la maga.

—¿A 250 millas de Liones? ¿Qué podría haber ahí?— Diane, el pecado de la envidia, se encontraba sentada a lado de su amado hada.

—Istar... No, eso sería aún más así el sur— King, el oso de la pereza, trato de atinar el lugar al que se referían, suponiendo que este no era sólo un campo deshabitado.

—La fortaleza de la ciudad de Conrad— Todos se quedaron expectantes ante las palabras del rubio, queriendo recordar el lugar antes mencionado —Fue destruida hace siglos en una gran masacre, y ahora está abandonada.

—¿Un... Una gran masacre? ¿Y vamos hacia allá?

—Sur-este... Eso significa que pasaremos por ahí también...

Aquellos dos que hablaron se trataban de los últimos dos miembros de los pecados. El primero siendo Escanor, el león del orgullo, tan temeroso de noche y poderoso de día.
Y el segundo y recién recuperado Gowther, la cabra de la lujuria, pensando en aquel niño al que le debía un perdón.

—¿Hum? ¿Qué es eso Gowther?

—Me gustaría detenerme en alguna parte del camino, después de todo, no es como que llegaremos allá en un día ¿cierto?

(...)

—Me contó esta extraña historia... Acerca de cómo supuestamente cada vez que muero, pierdo todas las memorias de mi vida pasada... Y que he estado reencarnando una y otra vez de nuevo.

Después de un par de horas del camino, Elizabeth y Diane habían entrado a la habitación con Elaine, para hacerle compañía y que la peliblanca la curará.
Habían conversado y comido, y justo ahora estaban terminando con eso, hablando sobre lo tormento que volvía loco el cerebro de Elizabeth, penando que había algo oculto que era tan obvio y sin embargo, no sabia lo que era.

—¡Yo también estoy sorprendida!— Hablo Diane dejando de comer —¡No puedo creer que seas la misma diosa Elizabeth que conocí hace 3000 años, sólo que reencarnanda!— Trataba de animarla.

𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora