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Capítulo 26: Es hora.

[Camelot]

Sólo fueron suficientes las palabras de la reina para que la fortaleza comenzará a moverse de pies a cabeza. Caballeros y habitantes, todos estaban en constante movimiento y no había ni un sólo segundo en el cual se tomarán un respiro.

—¿¡Por qué justamente hoy!?— Orlond seguía de cercas a la chica que había dado la orden de evacuar. Ella, al igual que todos, se encontraba en la ayuda de distribuir las provisiones entre los habitantes, y apoyar con alimento a los que irían a pelear a Camelot.

—Porque no podemos arriesgarnos ni un sólo día más Orlond— Le era difícil seguirla, pues se movía tan rápido entre todos, que incluso más de una vez la perdió entre tanto ajetreo.

—Pero Arthur había dicho que...

—Sé lo que dijo Arthur, estuve ahí Orlond— Por fin se detuvo y giro a ver al vampiro —Escucha, entre más rápido estemos preparados, menor será el daño— Miro a todos a su alrededor, mujeres y niños, hombres y caballeros Sacros, todos en una sólo sintonia para salvar sus vidas —Mis palabras fueron claras y precisas, así que no vengas a decirme que hacer cuando sé que hacer.

—Sólo siéntate un segundo, no has dormido y tampoco no has comido nada— La chica suspiro, retomando su caminar —¡Como piensas cuidar de todo un ejército si ni siquiera eres capaz de cuidarte a ti misma!— Molesta, se giro de nuevo y tomó al ojo con ambas manos, asustando al pobre de Orlond.

—Bien, lo haré... Pero si vuelves a cuestionarme una sola vez más, te juro que no serás capaz de volver a ver la luz del sol ¿Entendiste?— No eran sus palabras a las que debía temer, sino su semblante y tono de voz. Él asintió rigurosamente como pudo, y nervioso se alejo de ella.

Arthur, por su parte, hablaba con Jim en su carpa. Mostrando y discutiendo las diferentes rutas accesibles y seguras para llegar al castillo, había una que ambos coincidían y la tomarían como su mejor opción.

—No me agrada para nada la idea de que Andromeda vaya en el frente— El lugar quedó en silencio, escuchandose de fondo el voraz movimiento de toda la fortaleza ante el llamado de la reina.

Arthur confiaba en Andromeda más que nadie, sabía que ella podía y se lo había demostrado en tantas formas que ahora no había ni una sola pizca en él que desconfiara en que lo lograría.
Seguía temiendo, no quería perderla, pero había algo dentro de él que le decía con tanta seguridad de que ella estaría bien.

—Ella estará bien— Arthur respondió, haciendo que Jim prestará toda su atención en él —Sabe cuidarse sola... Ella estará bien.

—De eso no hay duda— El mayor se inclino y suspiro —Me preocupa que por salvar a quien deba salvar, dé su vida por ello— Debía admitir que no era reconfortante escuchar aquello, y Jim se dio cuenta de su error al decirlo en voz alta, peor aún, decirle a quien más le preocupaba perderla —Arthur, lo siento, yo no...

—No, esta bien Jim— Inhalando profundamente se puso de pie y le sonrió —Vamos avisarle a los demás, el plan por fin está terminado.

[Boar Hart]

—Entregame a los reyes de Camelot— Demandó con total decisión Merlín, observando al mandamiento frente a ella.

—No puedo hacer eso— No sólo Merlín fue la única en apretar la mandíbula y temer por la respuesta —Lamentablemente, del rey de Camelot no sé su nombre y rostro, por lo tanto no puedo garantizar esa parte. En el caso de la reina, temo decirte que ha muerto en una batalla justa contra mi, lo siento— La ira recorría cada centímetro cúbico en el cuerpo de Merlín, quien ante la fatal noticia no dudo ni un sólo segundo en atacar al mandamiento, quien en segundos la detuvo y prosiguió: —Ella mencionó sobre la liberación de Camelot, y en los últimos días hemos sufrido muchas víctimas del ataque desconocido y nos molesta, entonces creo pensar de qué se trata de tu querido rey ¿No es así?

El alivio era un sentimiento que no podía gozar de esos momentos, pero le fue imposible no sentirse tranquila al pensar que Arthur seguía con vida, y si era así, Andromeda también lo estaba. Por lo que, retomando su compostura y seriedad, se alejo de Zeldris.

—Ya veo... Tengo otra solicitud— El pelinegro la observó, en la espera de su negociación —Que los caballeros Sacros, los habitantes de Camelot y Liones dejen de ser esclavos de tu "piedad"— Los pecados restantes, quienes en todo momento estuvieron escuchando la conversación, se miraron entre si.

—Es muy fácil— Zeldris bajo las manos y observó con superioridad aquella mujer en el cuerpo de una niña —Prometo liberar a todos los sobrevivientes en este momento.

—Y diles a tus subordinados que no los toquen— Agregó Merlín.

—De acuerdo— La energía que fue irradiada de Zeldris le confirmó que había cumplido con su parte —Están libres— Hablo con calma —Bueno, ahora es tu turno de cumplir tu promesa, elimina rápidamente tu cubo perfecto.

Si había algo en esta vida que deberías saber como regla, es que nunca debes confiar en la niña que engaño a los mismos dioses.

—De acuerdo...—Agitó su cabeza y sonrió, pensando en otra distracción para ganar tiempo —Ah, antes de eso, lo siento... Mis hombros están adoloridos en esta forma, no me siento bien después de todo este tiempo.

—¡Deja de bromear y deshaz esto!.

Y Zeldris era alguien que no poseía mucha paciencia.

—Ya, esta bien. Dejame decirte...— La expresión de seriedad en Merlín, puso nervioso a Zeldris, quien instintamente amango su espada y la amenazó con la mirada.

—Estoy enfocando cada nervio en cada movimiento que haces. Si haces cualquier movimiento brusco... Te cortare de inmediato— Merlín lo observó con diversión, alzando sus manos con lentitud.

—No haré nada— Sonrió burlona, haciendo que la mandíbula de Zeldris se apretar a mucho más —No haré nada. Al menos no yo.

La velocidad a la que viajaba aquel poder mágico, fue suficiente para tomar desprevenido al mandamiento. El cual recibió la explosión desde la espalda, dejándolo en una posición vulnerable y desarmada.
Situación que Merlín aprovecho para regresar con sus camaradas y huir del lugar lo antes posible.

Situación que Merlín aprovecho para regresar con sus camaradas y huir del lugar lo antes posible

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Y la manera en que lo planeas, hace que todo se vea tan distinto.

𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora