Capítulo 05: ¿Qué haces aquí?
—El camino de la izquierda fue destruido tras un derrumbe en una cantina, no hay paso por ahí— Comencé analizar hasta donde llevaba ese camino —Y el de la derecha nos lleva hasta el refugio que creamos, tampoco hay salida.
—El de la izquierda nos llevaba fuera de la ciudad, y este camino...— Me acerque a la de la derecha —Esta sellado, sin embargo, nos lleva a la fortaleza— Gire hacia Arthur, Tadashi y Nanashi —Recuerden que en la fortaleza sólo habia dos canales, los cuales usábamos para salir y entrar... Y uno de ellos tuvimos que crearlo, sucedara lo mismo con este— Sonreí.
—¿Entonces, tenemos oportunidad de escapar de este lugar?— La mujer preguntó con curiosidad. Sonreí y asentí.
Seguimos nuestro camino en silencio, hasta que Jim recorrió lo que parecía ser unas bolsas de plástico —Hemos puesto esto como medida de seguridad, hace un par de semanas tuvimos una infección y tuvimos que separar a las personas infectadas de las sanas— Mi corazón se estrujo con aquello, y las palabras de un hombre tras de mi no ayudaron en nada.
—Antes éramos cuarenta personas... Sólo quedamos treinta— Trague saliva y seguimos nuestro camino.
—Los civiles están detrás de la cortina, es bueno que les den un poco de esperanza, hemos estado en este infierno por mucho tiempo— Baje la velocidad de mi caminar, y de no ser porque Arthur me tomó de la mano me hubiera detenido justo en ese momento —Es por aquí— Señaló las cortinas y me miro con una sonrisa, pero ni siquiera era capaz de regresarsela.
Camine con Arthur cuando recorrió estas y ambos fuimos los primeros en pasar, observando al grupo de personas en aquel pequeño lugar tan sofocante. Unas cuantas estaban acostada en el suelo siendo ayudadas por las que parecían ser las más sanas, eran muchos heridos, más de los que esperaba ver —¿Cómo vamos ayudarlos?— Susurre más para mí misma que para Arthur, él giro a verme y apretó mi mano en señal de apoyo.
—Sólo debemos dejar que nos vean— Deje de mirar a las personas y me concentre en Arthur, quien me regalo una ligera sonrisa. Paso sus dedos por mi frente y eso me hizo saber que estaba frunciendo mi ceño en señal de preocupación —Ahora debemos ser su esperanza y fortaleza ¿De acuerdo?
—De acuerdo— Apreté su mano y caminamos por medio de las personas, las cuales poco a poco comenzaron a dejar sus actividades para observandonos con perplejidad. El silencio rápidamente inundó el lugar y fue cuando fui capaz de saber que sólo Arthur y yo habíamos caminado en medio de todo esa desgarradora situación.
Nos detuvimos un par de segundos cuando comenzaron a ponerse de pie uno por uno, dejando a los heridos en el suelo sin atender —Rey Arthur, reina Andromeda— Giramos al escuchar la voz de una mujer —¿Qué hacen aquí?— Parecía feliz, sin embargo, también confundida cómo todos en el lugar.
—Venimos...— La voz de Arthur salió temblorosa —A salvarlos.
—¿Qué pasó con los diez mandamientos?— Un hombre mayor de edad preguntó, lo mire y trague saliva cuando note sus heridas.
—Pelearán ¿Cierto?— Un chico se levantó con ayuda de una mujer y nos miró con esperanza en sus ojos —Pelearán por nosotros, por el reino... Por Británia— Inhale profundamente y poco a poco mis labios comenzaron a curvearse en una sonrisa.
—Así es— Respondió Arthur con firmeza.
—Lo haremos— Afirme apretando la mano de Arthur. El chico se arrodilló y los de pie comenzaron a imitarlo, suspire con alivio y mire a Arthur con una sonrisa. Él se acercó a mi y beso mi frente, abrazándome en el acto.
(...)
Arthur me sonrió y se puso de pie para seguir a Jim, mientras yo trataba de respirar con normalidad, puesto que era bastante sofocante el lugar —Sólo inhala y exhala, cariño— Mi cuerpo se tenso al escuchar aquella voz y gire con lentitud hacia la dueña.
Mis ojos se agradaron y mi corazón se detuvo, olvidé como respirar y mis piernas flaquearon —Mamá— Solté en un hilo de voz, tratando de mantenerme de pie sin soltar ni una sola lagrima al verla frente a mi con su rostro lleno de sangre y su ropa desgarrada —¿Q-qué haces aquí?
—Quería verte, llegué un par de días después de que te fuiste del reino. Me habían dicho que volverías, pero...
—¿Por qué no te fuiste?— Por fin reaccioné y me lance a ella, abrazándola con fuerza, cerrando los ojos por imaginar todo lo que tuvo que haber pasado sólo por querer verme... Y yo no estaba aquí, no estaba para ella.
—Porque sabía que regresarías— Solloce y deje que las lágrimas cayeran por mis mejillas —Estaba en lo cierto.
—¿Donde esta papá?— Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas y me regalo una triste sonrisa mientras retiraba un mechon de mi cabello de mi rostro. Aquello no me dio buena espina, por lo que, temiendo con todo mi ser, volví a preguntar temblorosa —¿D-dónde está papá, mamá?— Negó y dejó salir un par de lágrimas.
Temia por la respuesta, que eran tan obvia como aquella tristeza que inundaba a mi madre —Él...— Rompió su voz y negó, mientras mordía sus labios y seguía negando.
Inhale profundamente y la atraje de nuevo a mi cuerpo, abrazándola tan fuerte como nunca en mi vida había abrazado a alguien. Mordí mi labio y cerré los ojos para apoyar mi cabeza encima de mi madre, quien temblaba aferrándose a mi cuerpo. Estaba llorando, dejando salir todo aquello que de seguro no había mostrado desde hace tiempo atrás.
Tal vez tenía tanto acomulado, desde hace mucho, y yo... Había roto esa capa que había formado para no dejar escapar todo lo que tenía.Sorbi mi nariz y apoye mi mentón sobre su cabeza para observar a mis amigos, Tadashi me miraba con tristeza y Nanashi sólo bajo su cabeza en modo de respeto. Arthur por su parte, me miraba con preocupación, sin prestarle atención a lo que Jim le decía.
Sólo me miraba a mí.El dolor que sientes en tu pecho, recuerdalo bien, porque será el motor que te anime a seguir adelante.
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𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 "ᴬʳᵗʰᵘʳ ᴾᵉⁿᵈʳᵃᵍᵒⁿ"
FanfictionLe otorgaron el poder único de un demonio... La capacidad y destreza de una diosa... La fuerza extrema de un gigante... Y la magia potente de un hada.... (ᴾʳᶦᵐᵉʳᵃ ᵖᵃʳᵗᵉ) 𝘍𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘻𝘢. (ˢᵉᵍᵘⁿᵈᵃ ᵖᵃʳᵗᵉ) 𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢.