treinta y cuatro

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El mar estaba tranquilo, demasiado.

Para quien llevaba el timón en esos momentos ese aire daba mala espina, y algo dentro de él lo molestaba demasiado, era como una corazonada demasiado espantosa.

-Tae, ¿algo nuevo? -Ho Seok se acercó a él.

-Ho... no, solo es esa tranquilidad de nuevo.

-Siempre que eso pasa... sueles tener demasiadas visiones, ¿no tuviste alguna en la isla?

-No... eran pesadillas más bien, no me dejaron dormir durante nuestra instancia. -gruño. -Y aquí Yoon Gi se la pasa gritándole al niño que debe y no debe hacer.

-A mí también me sorprende que haya tomado a Jung Guk bajo su tutela. -admitió Ho.

Tae Hyung por un momento bajo la vista hacia donde estos se encontraban, Min y Jeon estaban entrenando con las espadas, aunque parecía que el primero solo estaba jugando con él... a su lado Ji Min estaba tallando en una pieza de madera, algo alejado, pero sin ser demasiado. Y finalmente del lado contrario estaban el capitán y Seok Jin tomando un pequeño gran tarro de cerveza.

-¿Por qué no estas con ellos?

La molestia era clara en la voz de Kim, y Ho lo sabía. Sabía que estaba molesto que alguien relativamente nuevo haya llegado a arruinar todo lo que conocían, no era malo pues el cambio lleva madurez, pero eso para Tae no era tan simple, era como si alguien entrara a destrozar su mundo, y eso era algo que aún no podían hacerle cambiar de parecer.

-Porque no.

Kim no respondió, y cuando iba a sacar un nuevo tema... la tranquilidad del mar se quebró. El aire cambio de ambiente, y una pequeña ráfaga hizo que sonriera con nostalgia, al parecer tendrían a unos amigos preciados para ellos muy cerca.

-¡Capitán! -alzo la voz sin ser demasiado brusco, sabía que lo habían escuchado y probablemente los demás sentirían aquella misma presencia de nuevo.

-Seok Jin, te encargare más tarros de cerveza. -anuncio con alegría y cierto toque de tristeza el líder.

Volteo hacia donde estaba Park y este solo se dedicó a seguir en su figura de madera, Jeon no entendía ese aire de felicidad y tristeza al mismo tiempo, pero sin duda era algo inquietante. Al intentar acercarse a Ji este solo se levantó de su lugar y se fue del otro lado, dando a entender sus claras intenciones de que nadie lo siguiera.

El barco que se estaba acercando ahora estaba a la vista, tenía un hermoso color esmeralda parecido a algunas aguas que había visto en el mar, su bandera era decorada por un diamante y de él, se podrían ver tres siluetas principalmente.

-Son amigos. -aclaro Ho Seok una vez a su lado.

Por órdenes del capitán debían saludar, e incluso Yoon Gi estaba ahí, pero no preguntaría porque Ji Min no.

-Key. -saludo Nam Joon a un chico con una vestimenta demasiado llamativa.

-Nam.

Debido a que al parecer ellos no podían subir al Bangtan, todos cambiaron de barcos subiendo por primera vez a un navío diferente, o al menos para Jeon pues este era el segundo barco que podía apreciar con total libertad.

-¿El niño?

-Nuestro novato. -aclaro el capitán.

-¿Él...?

-No lo sabe, pero si hay alguien que se lo puede decir es Ji Min, después de todo... solo él puede.

La tristeza se vio reflejada en los ojos de ambos hombres, pues a pesar de todo no querían recordar ese pasado doloroso que les afecto de una manera catastrófica.

Min Ho se había reunido con Tae Hyung y Yoon Gi, quienes emocionados parecían haberse encontrado con alguien similar a ellos, en cambio Onew había estado con Seok Jin desde hace un rato. Simplemente platicando de las cosas que habían ocurrido.

Con el permiso del capitán Syaini, Jeon podía curiosear en el barco. Al contrario que el Bangtan ellos si tenían varios ayudantes que al parecer no eran tan destacados como los primeros 3, eso le hizo preguntarse al menor como es que habían sobrevivido tanto siendo solo seis. Al llegar a la proa, había alguien sentado en una pequeña banca. Los cabellos grisáceos de aquel ser se movían con el aire, el olor salado llego a las fosas nasales de Jung Guk y junto a ello el susurro del viento... quien no era un susurro, era una canción.

Se comenzó a acercar lentamente temiendo incomodar a la persona que se encontraba cantando, pero este solo se giró y le hizo una señal de que se acercara con sus manos, aunque solo veía su silueta debido al sol.

Conforme más se iba acercando entendió la letra de aquella canción que parecía solo tararear, pero ahora sabía que no era eso...

"Allá donde las sirenas nadan sin temor,

ahí donde esperan pacientemente sobre los corales.

Ellos son libres en aquel reflejo azul,

no tengas miedo pequeño,

tu eres tan fuerte como ellos.

Solo el único rey puede nadar ahí,

él elegido esta frente a ti.

Sin miedo te protegerá,

sin temor serás lo único a sus ojos,

con amor él te mirara.

Aletea,

no te detengas,

pues si eres un tritón,

nada más fuerte."

Era una canción de cuna... en el idioma más profundo de los seres del mar. Una canción que solo una madre sirena puede cantarles a sus hijos para que estos duerman resguardados de todo mal, una canción antigua en atlanteano que solo ellos pueden comprender.

-Joven Jeon, mi nombre es Lee Tae Min.


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:"Aceptar a nuevas personas en tu vida, es aceptar que en cualquier momento pueden desaparecer con facilidad."

over heat 지국 jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora