[ Terminada ]
Él tambien le pertenecía.
Cuando eres considerado un demonio del mar nadie se te acerca, nadie quiere ser tu amigo. Pero Ji Min, a pesar de ser conocido así, él también había encontrado su tesoro, y lo protegería a cualquier costo, con...
A pesar de que paso casi la mitad del día ayudando a los demás en sus tareas usuales, se sentía perdido. Ni siquiera hacia caso a las bromas de Ji Min e incluso cuando Yoon Gi se le acerco, este solamente huyó.
La razón era simple.
Tenía miedo.
Les tenía miedo a los piratas y sinceramente aquello le estaba causando grandes problemas, no podía hablar de eso con nadie, ni siquiera con Ho Seok que era la persona que hasta el momento le tenía más confianza.
¿Qué se supone que haría? Mientras el menor de todos se hacía esas preguntas tontas, porque eso eran, y él lo sabía mejor que nadie. ¿Qué esperaba? En todo el mundo los piratas eran los seres más temidos por su frio corazón, quien sabe cuántos han sufriendo tan solo con conocerlos... por otro lado estaba Ji Min quien ya estaba harto de la situación.
No había sido su culpa que ahora el menor simplemente le ignorará y no le hablará, ¿aún seguirá así por lo del....? ¿Roce de labios? Sí, eso. Puede que no le haya gustado o algo así, puede que sea virgen o simplemente puede que odie a los hombres. En cualquier de los casos, a los ojos de Ji Min aquello ya no tenía diversión, era como si su juguete preferido ahora ya no tuviera chiste, y eso le molestaba. Claro que pensó en esos días en como iniciar algo con el menor, pero nunca tuvo esa iniciativa por lo que realmente solo se quedaba en pensamientos.
Los demás no tardaron en reaccionar con lo que sucedía, Ho Seok y Seok Jin eran los más perturbados, porque de un día para otro se habían encariñado con el menor y ahora este ni siquiera les hablaba o si quiera mostraba ese entusiasmo. Si bien podía haber sido lo que sucedió con Yoon Gi pero este tampoco le tomaba caso al asunto. ¿Qué demonios pasaba?
El capitán parecía saberlo, pero al parecer creía que todos ya deberían haberse dado cuenta, o al menos formular el porqué de esa situación. Pero nadie lo había descubierto, y Ji Min era demasiado idiota como para poder decir que fue por aquello.
Se podría decir que todo estaba sucediendo sin ninguna razón, pero quizá uno de ellos era el que más molesto se encontraba por aquellos sentimientos que podía oler en el aire del navío.
-Hasta aquí llego mi paciencia. -gruño suavemente.
Tomo una bocanada de aire, y luego cerró los ojos por un par de segundos, al hacerlo estos ya eran filosos y estaban listos para cazar a su presa. Camino sigilosamente por la madera vieja, y debido a sus gráciles pasos estos no hicieron ni un solo ruido, ni siquiera la presa se había dado cuenta de lo que sucedía. No hasta que le tomaron la camisa por el cuello y lo obligaron a levantarse bruscamente.
-¿Qué sucede? -bufo enojado. No estaba del mejor ánimo.
-Dime niño, ¿crees que todos aquí soportamos tus múltiples cambios de humor? -gruño.
Jeon, al darse cuenta de quien era perdió todo el valor, por un momento pensó que sería Ji Min, pero que equivocado estaba.
-Y-yo...
-Nada de tartamudeos. Te soy sincero, no te soporto y no me agradas, si por mi fuera te hubiera lanzado al océano sin ningún remordimiento, pero el capitán no quiere eso, entonces voy a cometer la estupidez de desobedecerle, pero eso si te lo advierto, si sigues con tu maldita bipolaridad juro que desobedeceré esas órdenes y yo mismo será quien te alimente a los tiburones.
Jung Guk trago saliva. Tae Hyung daba miedo.
-Ahora mueve tu culo y arregla tus problemas, ni Ho ni Jin lo harán por ti. Si tienes un problema con alguien, ten. -le ofreció la espada blanca con la que había enfrentado a Yoon Gi días atrás. -Pártele el cuello, o si no al menos ten una forma más digna de morir que esa que te cargas ahorita. Pareces peor que un pez moribundo, ten más decencia con lo que haces y di lo que te sucede, ya estas grandecito para hacer eso ¿o me equivoco?
El menor negó con la cabeza, no mentía, tenía miedo.
-Bien, ahora, si preguntan los demás mi iré a dar una vuelta. ¿Sabes? Creo que los peces son la mejor compañía que alguno de ustedes. -bufo.
Dicho aquello soltó al menor del cuello, no sin antes verificar que lo había lastimado, aunque no le importaba. Se dio media vuelta y tal y como lo dijo, minutos después se escuchó el zambullido de una persona y luego de esto, silencio puro.
Jung Guk por otro lado estaba tratando de reponerse, sostenía la espada blanca entre sus manos con fuerza como si aquello pudiera defenderle de aquel ataque del otro humano, ni siquiera podía llamarle humano. Cuando Tae Hyung le tomo por el cuello creía que su fuerza era inmensa, intento varias veces zafarse, pero no logro nada. Después el terror de Kim calo profundamente en el interior de Jeon, evitando que este quisiera hacer otra cosa, aunque no tuvo que expandirse mucho ya que el menor le temía en sí.
Por otro lado, estaba el capitán observando aquella escena, hacía tiempo había llegado y el escuchar la discusión entre esos dos -o más bien los regaños de Tae Hyung, fue demasiado divertido.
No era como si fuera a solucionar el problema que Jeon se cargaba encima, aunque conocía la razón, Kim estaba en lo correcto... si quiere permanecer con ellos debe saber que no siempre puede ser débil, que habrá momentos donde tendrá que demostrar su valía y que simplemente lo debe hacer por su cuenta. Nadie en ese barco daría la vida por alguien como él si es que sabían que tenía ese tipo de dudas en su corazón, el ejemplo más claro era Yoon Gi, que estaba seguro se sacrificaría por Ji Min si es que este se metía en algún lio.
Supervivencia.
Si quieren mantener a la manada fuerte entonces deben saber quién es él que vale la pena, si es un bueno para nada... será mejor dejarlo morir. Y Jung Guk se encontraba en ese rango, no valía que le salvaran.
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Ji Min tiene una súper intuición en situaciones de vida. Tae Hyung tiene una gran recepción a los sentimientos y emociones.
