cuatro

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Corriendo, o intentándolo hacer, aquella criatura que había salido por un descuido de Young Jae, logro finalmente pisar tierra y tratar de huir de aquellos rateros que solo les importaba el dinero.

Le era difícil mover las piernas, era como si estuvieran congeladas aun por el miedo, pero era su única opción de seguir con vida, no podía quedarse ahí esperando a que alguien llegue y la rescate, simplemente no podía quedarse quieta.

-Creo que esa es la principal razón por la que estoy aquí... –se dice a sí misma.

Las sogas que mantienen sus manos aprisionadas aún están ahí lastimándola, con cualquier roca filosa puede cortarlas, pero primero necesita alejarse del barco lo más rápido posible, eso y quizá buscar ayuda. Aunque sinceramente duda en obtenerla.

-Espero que no todos sean iguales...


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Las personas se hacen a un lado al ver quiénes son los que están caminando, buscando algo o alguien. Algunos susurran, otros simplemente huyen y otros más solo intentan escapar de ver quiénes son. Los que tienen demasiado alcohol en su sistema simplemente los ven arrogantes y otros que se creen demasiado fuertes como para vencerles inflan su pecho y caminan con chulería, piensas que esos músculos grandes que tienen les servirán para intimidar a esos dos, que parecían no usar la fuerza bruta.

Aunque por el momento, nadie se interesaba en acercárseles...

-¿Hasta dónde más caminaremos, Park? –protesta Min, entiende que fue una orden de su capitán pero, ya está cansado. Lo despertó demasiado temprano.

-Mir no es fácil de encontrar si es lo que te preguntas, oh, quizá sí. –dicho esto se encamino hacía unos barriles y de ahí brinco fácilmente con ayuda de una soga que había, hasta llegar a lo más alto.

-¡Park! –gruño Yoon Gi. No haría eso, porque tendría que poner un esfuerzo y eso era lo que no quería.

-Vuelvo en 2. –dicho esto Ji Min avanzo sobre las casas desgastadas de madera, hasta una en particular que le decía: aquí.

Cuando bajo al suelo de nuevo, ahí, a un lado de la puerta trasera de la casa estaba un encapuchado, pero le era familiar. El chico desconocido entro por el lugar y Ji Min le siguió, cuando estuvieron en un lugar que parecía ser seguro, entonces dentro de la capa saco una bolsa de piel, y ahí tenía lo que Ji Min buscaba.

-¿Algo nuevo? –pregunto Park mientras observaba las cosas.

-Nada nuevo realmente. –respondió el contrario. –Pero ten cuidado, muchos dicen que el océano está a punto de cambiar, que el viento comenzara a ser más rebelde y las aguas gritaran.

-¿Por qué? –levanto algo parecido a un reloj de bolsillo, pero este era más pequeño de lo normal.

-El pirata de los conejos le ha robado algo importante a alguien, y al parecer quiere reclamarlo de nuevo, unos dicen que escapo y otros que fue por voluntad propia, cualquiera que fue el caso todos los demás pagaran el precio.

-¿Alguien más sabe de esto?

-Solo el capitán del Rovix y las esmeraldas, y por ende creo que el tuyo no tardara en saberlo. –murmuro. –Tengo esto para ti, Park.

Le extendió una cajita negra. Ji Min la tomo con cuidado y al hacerlo sintió como todo en él se estremecía, miro al contrario con duda.

-Lo conseguí de nuevo, sabía que te interesaría, pero no sé si lo quieras... está incompleto.

over heat 지국 jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora