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Las olas del mar lo presienten, algo no estaba bien.

-¡Capitán Guk! –menciona uno de los lacayos de este. –Encontramos buena mercancía, creo que debemos irnos ya.

La tierra cruje ante los pies de las seis personas ahí paradas, es como si algo o alguien estuviera furioso porque usurparon aquel escondrijo.

-Todos al barco. –dice, pero no con voz fuerte porque no es necesario, sabe que todos le han escuchado.

-¡Sí!

Mientras dos de ellos suben al barco como si nada, el capitán sonríe por la buena captura que han tenido. Mientras que los otros cuatro suben el botín obtenido en aquella isla desierta, están orgullosos de lo que han encontrado y el oro que ganaran si venden la mayor parte de ello.

El océano grita con ira, le han robado algo preciado.

-Capitán. –habla el menor de la tripulación al estar solo con su líder, tiene sus dudas, pero jamás dudaría de algo que ha decidido el capitán. -¿Por qué le hizo caso?

El capitán le mira, pero no le recrimina, ni él sabe porque hizo aquello o porque está ahí, solo sabe que fue la mejor decisión que pudo haber tomado.

-Tenía mis dudas, pero con este tesoro en manos dudo que me haya equivocado. –responde con simpleza. –Ve con Dae a revisar la mercancía, quiero que revisen que cosas se quedaran como tal en el barco y lo demás, lo venderemos cuando estemos en tierra.

-Sí, señor.

El chico de los rizos rubios baja con velocidad hacia donde se encuentra el mencionado, los otros se encargaron de huir de aquella isla que ha sido engullida por el mar, no saben cómo ha ocurrido eso, pero no les parece raro, no es la primera vez que ocurre.

Cuando dos de ellos revisan los objetos que han recolectado más de la mitad han decidido que se venderá, no saben para que se ocupen, pero sin duda saben que les dejara una buena cantidad de dinero.

-¿Qué hacemos con esto? –pregunto Jun al ver en la esquina.

Dae gira la cabeza hacia donde el menor está observando y una mueca de angustia se forma en su rostro.

-Si fuera por mí, es para vender, pero creo que será mejor que le preguntes al capitán.

Jun asiente y se levanta de su lugar, da una última mirada hacia aquel lugar y luego chista. Camina hacia donde sabe estará su capitán, toca la puerta de madera y al esperarse cinco segundos la abre con delicadeza y elegancia. La persona a la que necesita consultarle algo en esos momentos está rodeado de otras tres personas que discuten que es lo próximo que harán.

-¿Qué sucede? –pregunta el líder callando las voces de los otros tres, quienes posan su mirada en el menor que los ha interrumpido.

-Dae necesita saber algo, cuando subimos la mercancía, él y Young subieron algo en especial, señor.

Young, quien se encontraba callado hasta el momento se acordó de la noticia.

-Encontramos esa cosa en la costa, señor, no queríamos subir mercancía inútil al barco, pero luego de reconsiderar las cosas creímos que podríamos abrirlo y sacar los órganos, ya sabe, esas cosas en tierra son demasiado caras.

El capitán sonríe ante la inteligencia de sus lacayos.

-Perfecto, ahora continuemos.

Con eso Jun Hong sonríe, y decide darle la noticia a Dae Hyun. Young Jae sonríe por ver la cara de satisfacción de su capitán y está satisfecho de saber que su pensamiento fue útil.

over heat 지국 jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora