treinta y siete

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Cuando la luna llego a su punto máximo aquella noche, Jung Guk camino con parsimonia hacia el lugar "secreto" que tenía con Ji Min, pero no era nada secreto pues simplemente era la proa del barco.

Antes de eso, tal como Yoon Gi le había dicho entreno un poco sus ataques, pero la verdad era que no era lo mismo pues no había un peso contrario contra quien lanzar todos aquellos movimientos. De alguna forma que no admitiría... se había acostumbrado al chico de mirada felina.

Se sentó en aquel espacio libre sobre la madera y se recostó un momento, quería pensar en todo lo que había sucedido y como es que había llegado a ese punto... al levantar su mirada hacia el cielo de alguna manera sonrió por la nostalgia. Hace un tiempo, quizá cerca de unos cuatro meses se encontraba bajo ese mismo cielo, pero todo a su alrededor era diferente. Recuerda el momento antes de ser capturado por aquellos humanos, pues al parecer aquella situación sigue plasmada en su ser y aún más la razón por la que llego ahí, primero que nada, seguía sin poder creer que los dioses sean tan caprichosos respecto a ese sentido... ¡Afrodita era la diosa de la belleza! Aunque el fuera un ser bajo la custodia de Poseidón realmente nunca había escuchado que su hermano o incluso su padre en su momento tuviera algún problema con él, simplemente era ilógico que alguien que participo en la creación de un mundo tenga deseos que superan a las criaturas, y que no les importa realmente si es que mueren o sufren, simplemente todo es por su beneficio.

Y quizá por lo mismo, por el que eran tan caprichosos, era que los dioses no se metían seguido en los asuntos de otros... además por lo que tenía entendido el hecho de que Poseidón no se metía en los asuntos de los suyos, pues por esa misma razón hay lideres en el mar, y una parte de él se preguntaba si no sabía que era lo que ocurría con uno de sus similares o quizá si sabía, pero prefirió no meterse aunque eso significara la "muerte" para sus seguidores.

-¿El cielo siempre ha sido así de interesante? -una voz externa le saco de sus pensamientos, no sabía cuánto había pasado parado solo mirando hacia el firmamento, pero poco a poco comenzó a sentir la fría ventisca marina.

Aunque esa sensación desapareció cuando el dueño de la voz encerró su cuerpo entre sus brazos, pasándole así el calor necesario para ya no sentir más frío.

-Solo estaba pensando... ¿Sabías que allá abajo el cielo no es tan valorado como este? Solo es agua, agua y más agua, espera... y corales.

-Sabes que lo decía de forma literal.

-Lo sé, ¿todo bien con el capitán?

-Solo fue hablar sobre la visión de Tae Hyung, sigue muy irritado y eso causara problemas por un rato, pero el capitán dijo que debemos estar preparados.

-Mmm...

-Luego de eso llego Yoon Gi gritando que eras un maldito tesoro, que no importa cuánto intenté entenderte, encuentra cada vez más y más, y parece que aquello no se acaba, después de lanzar unos cuchillos hacía su cabeza... Nam Joon me corrió y vine aquí.

-¿Celoso? -pregunto Jeon a forma de juego, porque ni siquiera el sabia porque razón alguien como Min le dijo tesoro.

Ese fue el momento exacto en que dejo de sentir la respiración de Ji Min cerca de su oído y ahora había bajado a su cuello, donde fue dejado un beso húmedo que le causo algo peor que escalofríos a Jung Guk.

-Mucho. -respondió con la voz gruesa y ronca, algo que encendió algo dentro del cuerpo del contrario. -¿Qué tenías que decirme?

A pesar de que su voz sonaba hasta cierto punto tranquila, eso era lo único calmo, pues tanto las manos como los labios de aquel tiburón estaban moviéndose por todos aquellos puntos descubiertos de Jeon, desde el cuello, la mandíbula, la clavícula... sus manos, su nuca.

over heat 지국 jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora