cincuenta y tres

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Park Ji Min había llegado al reino Shark hace tan solo una hora, por alguna extraña razón le dijeron que tenía que informar de lo que sabía al príncipe Eun Kwang y si era sincero sabía que algo no estaba bien pero que no debía poner resistencia. Ellos tenían el conocimiento de que eran infiltrados y también sabia porque razón habían bajado, Nam Joon se lo aclaro... ellos posiblemente eran los que estaban escondidos en espera de Jeon.

El reino Shark no era tan diferente del Wale, era muy similar pero las edificaciones eran más filosas, las piedras tenían un color oscuro y azulado fuerte, era como lo contrario y todo ahí indicaba peligro. Lo miraban, pero al mismo tiempo le ignoraban los guardias o cualquiera que se le cruzara, sentía que había más seres escondidos dentro de las rocas y seguramente eran los que tenían miedo, podía sentir una sed de venganza, miedo, cólera y tristeza... lo que sea que hubiera hecho ese disque príncipe tenia a todos aterrados. No podía imaginar que haría con un poder como el de Jung Guk en sus manos.

Cuando entraron al palacio había muchos más tiburones y de diferentes razas y tamaños, casi no había acuarianos o tritones. Los que lo escoltaban dieron paso y crearon orden haciendo que todos los animales se pusieron alrededor y simplemente evitaran moverse demasiado, pero sin dejar de hacerlo, eran tiburones después de todo.

—¡Su majestad! —aclaro el tipo que antes le había recibido. —El infiltrado ha vuelto con noticias.

Espero, no sabía qué hacer en esos momentos, pero debía ganar tiempo suficiente para que al menos Yoon Gi y Tae Hyung le encontraran y que lo pusieran a salvo, ya vería como se las arreglaría el solo.

—Parece que nadie se dio cuenta de tu estadía en Dolphin. —una voz oscura y potente se escuchó detrás de una enorme roca de coral dorada, parecía un trono de oro... ese era Eun Kwang.

Miro a su lado y vio que ambos tritones se habían agachado al momento de hablar y no los veían a los ojos, por lo que hizo el mismo ademan buscando las palabras correctas, dejaría guiarse por su cabeza e intuición.

—Mi Señor, —hablo fuerte y profundo, hizo una reverencia de noventa grados y miro directo a sus pies, después de una pausa en que no recibió ninguna respuesta o advertencia decidido continuar, —como ha dicho, están demasiado ocupados velando por sus príncipes.

Tenía que volver a su mente todo aquello que sabía o había escuchado, pero sin llegar a decir lo exacto, solo tanteando el terreno.

—Sung Jae y Jung Guk no están disponibles, pero tenemos localizado donde los tienen escondidos gracias a tu excursión pasada. Seguro ahí mismo tienen a todos sus mejores guardias. ¿Qué tenías que hacer si descubrían tu objetivo?

Lo estaba poniendo a prueba.

Pero no era Park Ji Min por nada.

Bien, ellos ya sabían la ubicación de los hermanos. Si lo hacían entonces, ¿para qué lo mandaron ahí? Había pocas posibilidades si lo reducimos a eso: confirmar posición, esperar una emboscada, ser el guía...

—No dejar que me sacaran la información fácilmente, y luego simplemente decir que estaba buscando donde estaba su objetivo.

Era lo más lógico. Causar un alboroto para que de esa forma rompan sus filas y puedan iniciar ataque sin pelear demasiado, el mismo príncipe idiota lo había dicho, con ellos debían estar sus mejores guardias por lo que debían hacer que se movieran.

—Por un momento creí escuchar mal tu voz y no la reconocí, pero creo que me equivoque.

—Las temperaturas son diferentes, mi cuerpo no tiene la resistencia.

over heat 지국 jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora