treinta y seis

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-Es un gusto verte de nuevo, Tae Min. -habló Nam Joon.

Los demás simplemente se quedaron viendo al recién llegado, sabían la historia de él y Ji Min, pero no podían meterse y eso era algo de lo que se habían arrepentido hace unos años.

-Vámonos.

No hubo más que decir, los tripulantes del Bangtan regresaron a su barco, y los de la esmeralda se quedaron en el suyo viendo partir a los visitantes.

-¿Pudiste decirle todo? -pregunto Min Ho a su compañero que yacía sonriendo a un lado. -Lo tomare como un sí.

-Park tiene que volver a enfrentarse a lo mismo... tienes un gran corazón Tae Min, no quieres que vuelva a suceder. -ahora habló el capitán.

Del otro lado del barco Ji Min estaba en lo más alto de la asta, no podía ser visto por nadie, pero de la nada sintió una mirada sobre sí mismo, el dueño de aquella escama roja lo había encontrado. Sonrió con nostalgia pues nunca había podido escapársele tan fácilmente.

Vio cómo los tripulantes llegaron al barco de nuevo, y el último fue Jeon, quien al momento en que piso el barco de nuevo se giró una vez más buscando a Tae Min, quien le encontró observándolo fijamente y con una sonrisa plasmada en su rostro.

-¡Tae Min-si! -gritó entonces.

Todos voltearon a ver entonces al causante, quien solamente movió su brazo izquierdo hacia delante en un puño, Lee al verlo sonrió e hizo lo mismo.

-Acabaré con esto. -canto Jeon.

-Cuídate, y cuídalo. -respondió el contrario. Su mirada por un momento entonces se dirigió a la cadera de joven tritón que acababa de conocer personalmente, momentos antes lo había sentido, pero se le olvidó por un instante. -¡Dile a Yoon Gi que esa espada perteneció a las Marinas de Poseidón! Que jamás podrá empuñarla.

Jung Guk solo vio su espada blanca, y luego la regresó hacia Tae Min, asintió con la cabeza y vio cómo se alejaba aquel que un día fue llamado príncipe de las sirenas, no corría peligro pues sabía que esa manera de comunicación solo ellos la tenían presente.

Y en realidad nadie más fue capaz de escuchar ese intercambio de palabras, excepto para una persona que tenía el oído sensible y justo estaba viendo todo desde una posición alta, aunque realmente no escucho las palabras lo único que percibió fueron los chasquidos y silbidos de un delfín junto al canto de una ballena.

Pero ni siquiera había animales a su alrededor.

Al entendimiento de Ji Min, quizá Tae Min finalmente pudo hablar un poco con alguien de su especie, pero aún no tenía el suficiente valor para decirle algo a su amigo o siquiera hablar del tema con Jeon, pero intuía que ya sabía quién era el dueño de la escama escarlata que rodeaba su cuello. La tomo entre su mano y la estrecho fuertemente, y en ese momento recordó la razón por la que estaba haciendo todo ese viaje, la razón por la que seguía en altamar y ahora se le unía la nueva razón para querer acabar con cierta diosa.

Jung Guk era su razón más primordial.

Estaba tan ensimismado viendo el intercambio de gestos que hacían los dos seres pertenecientes al mar, que no se dio cuenta en el momento en que Tae Hyung se acercó a Jeon para tomarlo de los hombros y girarlo con brusquedad, su reacción fue de solo un segundo tarde, pero no dudo en lanzarse desde su posición aunque estuviera a unos metros de altura.

-¿Qué demonios te sucede Kim? -grito Park enojado.

No había intervenido entre Yoon Gi y Jung Guk porque este lo estaba entrenando, pero que de un momento a otro llegara a hacerle daño al pequeño, eso si no se lo permitiría.

over heat 지국 jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora