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Los siete mares son gobernados por bandidos, ladrones que usurpan tesoros y matan sin piedad alguna, personas que están dispuestas a acabar con vidas de infantes y humanos femeninos solo para tener sus cofres llenos.
Se les conoce como piratas.
Los humanos que viven cerca de las costas les temen, saben que no deben meterse con esos hijos de puta que saquean solo al escuchar el tintineo de monedas cayendo, muy pocos son los que les persiguen y estos saben que están exponiendo sus vidas a un caso que no vale la pena o que simplemente es demasiado para ellos.
Una simple explicación para esto, es lo que ciertamente un viejo marinero explico: "Los cielos son gobernados por aquellas aves veloces y de gran inteligencia, usada solo para cazar a pequeños animales que yacen en la tierra, el humano conquisto parte del aire al crear maquinas que pueden surcar por aquellas ventiscas. La tierra es gobernada por animales feroces al que pocos humanos pueden enfrentárseles, animales de todos los tipos y tamaños, con intereses diferentes y, por ende, variados, los humanos han conquistado la mayor parte de estas tierras, saben cómo utilizar el recurso de la tierra para sobrevivir y también como hacer frente a peligro, gobernado por reyes o emperadores y teniendo a su servicio a grandes civilizaciones. Los humanos se sienten poderosos con todo aquello que ven y que se han apropiado de ello. Pero hay un recurso a donde el ser humano aún no ha llegado a crear su conquista, y ciertas personas saben que la riqueza que hay ahí es mayor que la que pueden encontrar en su hábitat natural. El océano es inmenso, y pocos han sido los afortunados de poder conocer el vasto mar que inicia frente a ti y no puedes ver donde termina, donde viven las más increíbles criaturas y las más tenebrosas también, donde el mar no ha sido descubierto en su totalidad y aunque los seres humanos quieran hacerlo, no pueden."
Cuando un pequeño le pregunto qué porque su raza no podría excavar en aquellas aguas, el anciano simplemente sonrió y respondió con simpleza: "No pueden. No cuando hay más humanos protegiéndolo."
Humanos con el poder de dominar a las bestias más feroces del mar, humanos que no temen zambullirse en el agua salada y morir, humanos que simplemente se adaptaron al medio y ahora viven creyendo que son fieles seguidores de los dioses del mar.
Humanos que formaron colonias en las más remotas islas, y que también han creado nuevas reglas donde nadie más se les oponga.
Navíos van y vienen a los puertos, pero muy pocos se adentran a las aguas desconocidas del mar, solo unos cuantos son los valientes que se acercan a lo desconocido, pero solo esos pocos han sido aceptados en las profundidades del océano.
Barcos piratas.
Se dice que esos barcos albergan a los peores humanos de la humanidad, y que ni siquiera pueden seguir llamándose humanos. No cuando tienen a su alrededor un aura tan cruel que ni siquiera a los ojos los puedes mirar, es como tener a un animal frente a ti.
Pero incluso entre estos barcos, no existen muchos, y eso es porque los piratas son codiciosos y orgullosos. Nunca comparten su tesoro con alguien más, y menos los dueños que rondan en las aguas del pacifico. Barcos tripulados por pocas personas, pero capaces y listas para seguir viviendo, escapando de las casacas rojas e incluso de las tormentas del mar, son los únicos que son capaces de vivir sin tierra a su alrededor y solo sobre un pedazo limitado de madera.
Pocas veces se les ha visto en tierra, y esas pocas oportunidades donde se les ve en tierra son mínimas. Dicen que si les ves no los podrás distinguir, porque los confundirás como lo más hermoso del mundo, dirás que son ángeles o dioses, dirás que son criaturas hermosas, dirás que son imposibles de tocar, dirás que no son reales...
Son rosas silvestres.
Hermosas, pero intocables por las incontables espinas que poseen.
La tormenta ha comenzado.
Se puede observar como las aguas se han vuelto negras y agresivas, se puede ver como los rayos caen sobre la superficie y como el viento se deleita gritando sin temor alguno.
En medio de toda aquella conmoción, como si fuera parte del mar se observa un navío, grande como para una tripulación grande pero no es así, solo alberga en su interior a seis personas que sin duda saben lo que hacen. Uno bosteza con aburrimiento, otro juega con el movimiento del barco que producen las olas, otro se queja de la lluvia que cae sobre él, otro está tarareando una melodía, otro solo se dedica a observar y el ultimo simplemente sonríe en la punta del mástil, donde a su lado se observa cómo se ondea con firmeza un pedazo de tela que contiene una calavera con dos huesos cruzados debajo, como si presumiera de sí misma aquel objeto sin vida.
- ¿Podemos irnos de aquí? Alguien ya está mareado, y no quiero que ensucie el barco como la última vez. –gruñe alguien.
-Ya les dije que lo sentía. –se disculpa el mencionado.
-Digamos que el capitán quiere seguir mojándose en la lluvia como niño pequeño. –sonríe con travesura el mayor.
-No te aproveches. –le advierte el que está bailando.
-Ssh. –calla el capitán.
Y el sexto simplemente se dedica a mirar.
El ojo de la tormenta esta frente a ellos, pero si es sincero prefiere quedarse ahí, donde la lluvia empapa todo su cuerpo y él sonríe como si fuera lo más delicioso del mundo. Si el capitán no se lo hubiera prohibido, en esos momentos estaría en la tranquilidad del océano en vez de aquella divertida tormenta.
Debajo de ellos, la madera rechina al son de la tormenta, como si le gritara: soy parte de ti, y bailara grácilmente sobre las olas. El color obscuro no es opaco, ni siquiera es viejo... es un color que brilla en aquella noche tormentosa. Todos saben a quien pertenece ese barco de belleza negra.
-¿A dónde vamos, capitán? –pregunto con curiosidad uno de ellos, no dudaba de su líder, pero nunca estaba de más preguntar.
Porque al parecer el mar descansaría unos días de no tener a aquellos salvajes sobre ella, y pueda que así busque nuevas formas de sacarlos de ahí, pero... eso era imposible, ya que ellos volverían a tu territorio una y otra vez, ese era su hogar. Ahora, solo irían a buscar cosas que les hacían falta, pero no tardarían en volver.
-A tierra.
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¡Quiero darles la bienvenida a las nuevas personas que llegaron a esta historia!
Les agradezco de todo corazón que le den una oportunidad, puede parecer confuso al inicio pero les aseguro que tiene mucho sentido. Es una historia basada en Piratas del Caribe, One Piece y La Sirenita. Deseo que les guste y que la disfruten.
Comienzo de la escritura de esta historia
22/05/2018
Comienzo de edición de capítulos
12/07/2022
ESTÁS LEYENDO
over heat 지국 jikook
Fanfiction[ Terminada ] Él tambien le pertenecía. Cuando eres considerado un demonio del mar nadie se te acerca, nadie quiere ser tu amigo. Pero Ji Min, a pesar de ser conocido así, él también había encontrado su tesoro, y lo protegería a cualquier costo, con...
