Karmaland NPC: Nieves

Capítulo 6: Presentaciónes

Narra Nieves

—Vale Nieves, te presento a mi gran amigo, no pienses nada raro. Es solo un amigo. — dijo mostrándome los cuadros que tenía de ellos juntos.— Pero está es tu casa, hasta que podamos llevarte a la otra casa.

  Yo solo asentí, hasta que el bajo del árbol y sentí que mis pies no tocaban el suelo, de un momento a otro estaba en la base del árbol, siguió caminando cuando una flecha alcanzó mi brazo, un esqueleto.

— ¡Nieves que te matan! — Corrió rápido hasta su casa y lo seguí, la flecha desapareció pero aún dolía.— Nieves entra aquí, pero no hagas ruido que te escucha.

—¿Quién?— dije extrañada.

—  Okey Nieves, ve a casa. — apretó esos botones grises pero no pasó nada. Entonces saco unos diamantes de su mochila y me los dió.

— Muchas gracias recordaré esto por siempre. — dije

Comenzaron a entrar zombies por la puerta, él sacó su espada y comenzó a atacarlos para después decirme “ Ve a casa”, inmediatamente aparecí en la casa del árbol, esto la verdad era muy confuso, me senté en la cama para pensar en todos lo que había pasado, las cosas en mi mente estaban un lío, ¿Cómo se supone que debía actuar frente a este chico que parecía tener el control de mis actitudes?, y ni hablar de ese objeto que flota al lado de él, está situación podría acabar conmigo en cualquier momento.
  Estuve tratando de pensar en posibles soluciones pero todas parecían ridículas y sin lógica. Me acerque al borde del árbol, estaba amaneciendo y la vista era increíble, los árboles hacían juego con el sol resaltando este.
  Quedé unos momentos viendo eso, cuando escuché a alguien subir por el árbol.

—Nieves, —se paró enfrente de mi, ya con su máscara puesta otra vez.— Me están diciendo que te tengo que exprimir, no puedo tratarte como al resto de mis animales, no se porque, la gente quiere que te exprima. — yo lo miré horrorizada, más siguió hablando.— Así que vamos a ver qué se puede hacer contigo. — presionó esos detestables botones grises y me contó una broma, por si se lo preguntan, fue una muy mala.

— Desadortunado para las ovejas perder su lana pero divertido. —dije aún sin poder controlar mis palabras.

— ¿Y... Cómo estás?

— Bien sin embargó me golpeé el dedo del pie cuando desperté está mañana. — El no respondió nada, solo se dió la vuelta y corrió hasta saltar del árbol. ¡Que le pasa a esta persona! ¿Se acaba de suicidar?¿Porque?

  Corrí esta el borde de dónde se había lanzado, pero no estaba su cuerpo, en su lugar hacia una tumba. Estaba por bajar pero ví como esta desaparecía y el chico aparecía como si nada para subir el árbol otra vez. Al llegar yo solo lo miré atónita, no lo podía creer, acaba de lanzarse desde aqui y sigue como si nada.

— Eres más hermosa que todas las estrellas juntas. — dijo el derrepente

— Eso fue tan adorable, me tenías en hola.

  De pronto la cosa que flotaba a su alrededor se fue, el chico comenzó a respirar pesadamente sosteniendo sus manos en sus rodillas y cayó al piso.

— ¿Estás bien? — Pregunté acercándome lentamente a él.

— Si descuida ahora estoy bien. — Su voz sonaba cercana a diferencia de las otras veces. Le ayudé a levantarse y sentarlo en la cama. Ahora que lo pienso, es la primera vez que me responde algo que le pregunto.— Se me pasará en unos minutos. — Corrió su máscara y me sonrió levemente. — Tu nombre es Nieves, ¿No?

— Si. — respondí con cautela, no sabía que podía hacer ahora el era impredecible. — ¿Quien eres?

— Me llamo Rubius, soy uno de los 9 héroes de Karmaland.

— ¿Y que hacen ustedes exactamente como héroes?

— Digamos que nuestra labor es entretener a los externos, haciendo misiones, rescates, bromas y ...—se quedó en silencio un momento.— otras cosas.

—¿Que son los externos? ¿ Porque tienen que entretenerlos?

— Eh, yo... No sé cómo responder eso.

— Bien, pero dime una cosa, ¿Que está pasando aquí? ¿Porque a veces mi cuerpo se mueve solo y no controló lo que digo?  — mi voz ya no sonaba ajena, todo lo que decía o hacia lo tenía en total control.—

  Me miró por un segundo cómo pensando que iba a decir, pero después se le iluminó la cara y dijo con una sonrisa.

— Vamos a casa de Vegetta.

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Bueno bueno, aquí este capítulo que vale x2, no se olviden de prepararse que mañana sale un Capítulazo.

Adiós Amores.