Karmaland NPC: Nieves

Capítulo 21: Origenes

Narra Nieves.

— Creo que ya podemos confirmar lo que sucede.— dijo Akira.

— ¿A qué te refieres? — pregunté, todo desde que llegué aquí se había puesto raro.

— Eres de una aldea lejana a Karmaland, una en la que cada persona tiene su alma en un muñeco de nieve, cuando se destruyó el tuyo estando tú cerca trato de unirse a ti a la fuerza. Por eso ahora eres completamente de hielo y nieve. — habló Rubius un poco lento tratando de modular lo mejor posible para que yo lo entendiera.

  Yo lo miré asombrada, aquello era difícil de creer, pero supongo que era la mejor explicación para el problema que estaba pasando.

— ¿Y como vuelvo? — dije algo bajo.

— No sabemos, es muy poca la información que tenemos de ella, pero es suficiente para confirmar que vienes de allí. — me dijo Vegetta y después mencionando los puntos de porque yo era de ese lugar.

  En realidad no presté mucha atención, solo escuchaba su voz de fondo mientras miraba todo a mi alrededor pero me detuve al notar lo pequeño que era mi cuerpo a comparación de la última vez que me había visto.

— ¿Porqué soy tan chica?— Solté  derrepente.

— Eso te estábamos diciendo, cómo estas echa de hielo, te empiezas a derretir en lugares calurosos, cuando estuviste en el consultorio te derretirse bastante, por eso te trajimos aquí. — Vegetta frunció el seño y dejaba el libro sobre la camilla donde estaba, se nota que no le gustaba que no lo escucharán.

— Pero no te preocupes, encontraremos la forma de hacerte volver a la normalidad. — dijo Akira mirándome dulcemente y volteo a ver a los chicos. — Nieves necesita seguir las indicaciones de Auron, tienen que irse.

  Los chicos se fueron dejándome sola con Akira, me ayudaba en todo lo que necesitaba y al final salió para buscar algo que comer, los chicos tampoco entraron y me quedé sola un momento, no entendía como mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, si bien no recordaba casi nada, no creo que haya sido más agitada que eso.
 
   Miré el libro con curiosidad, tenía marcadas las páginas que él había leído, así que lo tomé y sentándose derecha comencé a leer.

Isherrer o más conocidos como Señores del Hielo es el nombre que se le da a los habitantes de una aldea escondida en los confines del continente, se dice que sus antepasados fueron fuertes guerreros capaz de hacer caer a cualquier ejército, eran desalmados y sin piedad, habían conseguido  la manera de separar sus alma de sus cuerpo, haciéndola entrar en un muñeco de nieve oculto que debía ser invocado por un héroe, ellos podían soñar con lo que hacía su alma una vez era invocada, pero cuando era destruida no podían sentir absolutamente nada.
  Aunque para algunos guerreros esto le pareció mal y decidieron buscar sus almas, estás al tocarlas volvían a ellos y otras al dr destruidas cerca de los guerreros trataban de unirse a la fuerza, causando el congelamiento de ellos y otras consecuencias.

— Nieves. — dijo Akira entrando por la puerta. — Te traje algo. — dijo levantando una bandeja de sandwiches que comimos en un pasible silencio.

— ¿Los chicos están arriba? — pregunté a lo que ella asintió. — Vamos con ellos. — hice el amague de querés saltar de la improvisada cama a lo cual me detuvo.

— Auron dijo que te quedes aquí, por lo menos hasta descubrir como hacer que vuelvas a tu tamaño normal. Además Rubius y Auron decidieron irse a dormir, parecían muy cansados, y Vegetta está haciendo guardia.

— Bien me quedaré aquí.

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