Capítulo 35: Chocolate para resfrío.

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Narra Cristina.

  Nos quedamos Alex y yo en el sofá, los dos supuestamente mirando una película pero no prestabamos atención, ninguno de los dos podía.

— Así que, ¿De verdad se fue?— dije.

— Si, no dejo rastro. — bajo su mirada.

— ¡¿Pero volverá?! Debe volver.

— Hoy, — hizo una pausa, como preparándose para lo que estaba por decir. — vino a casa, me dejó una carta y se fue. Cuando mi externo no estuvo más busque por los alrededores, solo encontré un cartel que decía: "No me busques, no volveré"

— ¿A dónde irá? Nadie sabe que hay más allá de los límites. — me acomodé más en la sabana, todavía sentía frío.

— Supongo que ella será la primera. — Alex se levantó camino hacia una ventana. — Parece que la están pasando bien.

— ¿Ya se besaron? Estoy apostando con Dulce a ver en cuanto tiempo terminan juntos. — me levanté con la manta para ir junto a él.

— No, pero están patinando, se toman las cosas a su tiempo.

— Demaciado empalagoso para m... — estornude.

— Igual eres alérgica al amor,por eso no te va bien con Willy. — me dijo divertido.

— Willy, — volví a estornudar.— no se toma nada encerio. Que se case con su externo, son tal para cual.

— ¿Solo porque decidió tomarse las cosas asi? Tiene sus razones, paso por demaciado cosas que quiere olvidar, prefiere reír que llorar.

— Aún así, no entiendo porque, no hay nada de malo en llorar. — Me interrumpió.

— ¿Estás bien? Tienes la nariz roja. — Puso su mano en mi frente. — Tienes un poco de fiebre, llamaré a Willy para que venga. — Agarro su celular.

— No, no quiero hablar con él.

— Tarde, viene en camino. — me dijo sonriendo.

  Pasaron unos minutos y llegó Willy, no vivía tan lejos así que era de esperarse, cuando me vió todo el ambiente se volvió incómodo.

— Eh, ¿Nos vamos?— preguntó rascándose la cabeza.

— Si.— dije sería. — Adiós Alex.

— Adiós. — dijo mirándonos con lo que parecía ser pena.

— Sube. — me dijo una vez llegamos al lago congelado.

— ¿Cómo pasamos en bote? No hay agua. — dije incrédula.

— Llegaremos más rápido. — él se subió

  Lo seguí, aunque en un descuido estornudé y me tropecé sujetándome de sus hombros para no caer.

— ¿Estás bien? — dijo preocupado.

— Si. — me senté.

— Sujetate este es el medio más rápido de Karmaland. — dicho esto comenzamos a deslizarnos por el hielo. Íbamos demaciado rápido, no podía sacar mis manos del asiento y la manta se me había caído en ese trajecto.

— ¡Baja la velocidad! — Grite.

— No se puede. — dicho esto me agarró por la cintura y lanzo una perla de Ender, a los segundos ya estábamos en tierra a unos pasos de su casa.

— Estás loco. Eso fue peligroso — le dije separandome.

— Fue divertido, eres tu la que no sabe divertirse.

  Caminamos a la casa árbol en silencio ninguno quería hablar con el otro pero llegamos a la casa y el decidió decir algo.

— Te prepararé un chocolate, para el resfrío. — se fue a la cocina mientras me quedé recostada en una pared y revisaba el celular.

*Llamada entrante*

— Hola.

— Kristi, adivina, Fargan me propuso ser su novia.

— Eso no es una adivinanza tonta. — le dije divertida. — ¿Que le has respondido?

— ¿No es obvio? Si, Fargan es mi alma gemela, dulce, gracioso, caballeroso...

— Si, si, lo que digas, entonces son la primera pareja formada oficialmente.

— No, Lanita y Luzu llevan saliendo una semana.

— No me dijo nada esa Rubia. — Ví que Willy venía hacia a mi. — Hablamos luego Dulce, no te lo comas todo tan rápido.

— !¿Pero que?! — corté.

— Aquí tienes. — me dió un vaso de chocolatada caliente y unas galletas.

— Gracias.

— ¿Quisiera comenzar de nuevo contigo? — soltó derrepente.

— ¿Cómo?

— No estoy acostumbrado a la presencia de personas que no estén tan locas como yo. Digo no es que tenga ningúna enfermedad de locura, pero no estoy acostumbrada a la gente normal y no sabía cómo tratar contigo... Solo, perdóname, trataré de comportarme de ahora en adelante. — dijo hablando rápido y nervioso.

— Bueno, supongo que sí tengo que vivir en tu casa, podemos intentar llevarnos bien.  — Dije.

— Gracias.

— Pero nada de bombas. — le dije amenazante.

— Eso lo veremos.

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Media semana sin actualizar que largo se me hizo, bien, trataré de actualizar más seguido, perdón por la espera.

Adiós Amores

 Karmaland NPC: NievesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora