Capítulo 38: una cita incómoda 1/2

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Narra Rubius

Pasaron varios días desde la última conexión de Rubén, ya sabía lo que él planeaba, lo había dicho muchas veces, pero no quería que Nieves se sintiera forzada a estar conmigo por lo que planeaba mi externo. 

A las horas él se conectó, hizo un montón de boberías como siempre, hasta que comenzó a armar las cosas para la cita con Nieves, la verdad estaba nervioso, no tanto por la salida sino temía que le pudiera pasar algo a Nieves por alguna tontería de Rubén.
—Vale Nieves quédate aquí un momento tengo que trabajar en algo – dijo el externo mientras me apuntaba con la cámara- No sabes que, vete a casa, luego nos vemos.-presiono los botones grises y me guio de vuelta a la sala de cofres.
—Molaría que se pudiera comprar el anillo. – hizo una pequeña pausa y corrigió. – Na quedaría más bonito que lo hagamos nosotros, porque sabrá que lo he crafteado con todo el amor del mundo. Asi que le voy a pedir matrimonio.

—Le voy a pedir matrimonio, esa frase quedo en mi mente resonando por un rato mientras me ponía rojo, esa pequeño fragmento me dejo pensando, estar casados como una familia, la verdad me daba un poco de miedo, no me sentía preparado para eso, de echo con Nieves apenas y llevábamos unos pocos días de relación.

—No nos vamos a casar todavía, porque sería lamentable que nos casáramos nosotros solos. – crafteo el anillo y salió de la sala. – Pero Nieves te dije que te vayas a casa. – me volví a sonrojar bajo la máscara, esperaba que no haya escuchado lo que había dijo.

—Nieves tengo que ir al pueblo a comprar unas cosas. Y… esta noche seguiremos. – después de plantar algunos limones nos fuimos para el pueblo de karamaland. – Una vez Nieves me dijo que le gustaba el pastel de manzana. – dijo y sonreí en mi interior, la primera vez que Lana le había echo un pastel de manzana a Luzu, Nieves se escabullo en la cocina y se lo acabo entero, después se sintió mal y ayudo en lo que podía a lana a hacer otro.

—Volvimos hasta la casa del árbol para colocar todas las cosas que compramos, hasta hacerse de noche, no iba a alcanzar el tiempo asi que la pospusimos hasta el próximo dia, mientras acomodábamos todo. Pero non se dio cuenta de que estaba Latoya, la monja del pueblo, observando todo. 

—¿Pero que? – pauso su habla y prosiguió.- Bueno me parece bien que haya una monja mirando todo.- dijo a lo que yo resople, Latoya siempre fue la persona mas chismosa del pueblo.

—¿Qué tal Latoya? Escúchame bien te voy a regalar unos cuantos diamantes por el servicio que vas a hacer hoy. – dijo y le dio unos diamantes. – Dedícate a cantar esta noche también.- y finalmente bajamos.

—Nieves ¿Qué tal? Sígueme, he preparado la cena hoy, por que me apetecía celebrar nuestro amor. – dijo a lo que ella me miro un poco sorprendida y extrañada. Llevamos ya mucho tiempo conociéndonos. – subimos a la casa del árbol
–Latoya nos ayudara con la cena.

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*Lanza un capítulo y se esconde en una caja*

Pd: sorry.

Adiós Amores.

 Karmaland NPC: NievesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora