Karmaland NPC: Nieves

Capítulo 23: La hermandad Oscura

Narra Rubius

—Vienen para aca. — Formuló esas palabras y la habitación se llenó de chicos nerviosos y alterados.

— ¡¿Que hacemos?! — preguntó Vegetta.

— Son inocentes, ¿No? Por no le cuentan lo que pasó, quizás y salgan sin cargos, además Auron tu eres un juez. Y Vegetta es un buen abogado— dijo luzu tratando de calmarnos.

— Claramente jamás estuviste en un juicio que no controlaban los externos. — dijo Vegetta — Si estamos los cuatro involucrados Auron no podrá ser el Juez y yo no podré ser Abogado.

— Seguramente será Mérlon quien nos juzgue. — dije.

  Lo sabíamos, por más bien hombre que pareciera era muy protector con los aldeanos, conoce y conoció a todos los aldeanos de Karmaland, él fue el más afectado cuando llegaron los externos y a matar a los aldeanos, en ese tiempo todos los héroes éramos odiados por la gente, nos perseguían y explotaban nuestras casas más que la puerta de Vegetta, hasta que un día conseguimos hacer un acuerdo con ellos, que los ayudariamos en cada favor que nos pidan y por cada vida que los externos tomen nosotros deberíamos pagar con trabajos o bienes a los pueblerinos, aunque no muchos quedaron conforme con eso y siguen resentidos.

— Debemos escapar. — dijo Auron.

— Si escapan parecerán culpables. — mencionó luzu.

— ¡Es que somos culpables! Aunque haya sido con buena intención igual cuenta como secuestro. — grito Vegetta.

— ¿Y que hacemos? — preguntó frustrado luzu.

— Escondamonos en La hermandad. — esas palabras salieron de manera rapida de mi a lo que todos me miraron asombrados.

  Apenas inicio esto de los externos prometimos contarnos todo, cada mina, secreto y secuestro que llevasen a cabo nuestros externos, pero la ubicación de la hermandad quedó entre nosotros.

— Tengo la entrada secreta aquí. — segui diciendo mientras bajaba a buscar algo en los cofres.

— ¿Hasta cuando nos quedaremos allí?— habló el de ojos morados.

— Hasta tener una idea de que hacer. — seguí buscando en mis cofres hasta que lo encontré, bloques de nieve y vidrio.

— ¿Rubius? — escuché una voz dulce cerca mío.

— Nieves, ¿Que haces aquí? Deberías estar en la nevera. — me acerque a ella, tenía de vuelta su ropa ya seca.

— Es... Es que... — jugueteó con sus dedos nerviosa bajo la atenta mirada de todos en la sala. — Perdón por causarles tantos problemas.

— No te preocupes Nieves, no fue tu culpa, saldremos de esta todos juntos. — me agaché hasta su altura y la abracé, a lo cual ella solo asintió.

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Uff, por 10min y no publicaba, es algo corto pero bueno, decidí cambiar el horario de publicación, haré un episodio por día exepto los fines de semana, en estos no pondré episodio a menos que tenga muchas ganas de publicar y una pregunta: ¿ A alguien le aparece todos los capítulos duplicados?

Adiós Amores.