Karmaland NPC: Nieves

Capítulo 33: Kristina la más fria

Narra Nieves

  Así pasaron dos días en los que estuve en casa de Luzu, con el collar ya no necesitaba estar encerrada todo el día en la nevera, pero generalmente estaba ahí adentro porque funcionaba como un aislamiento del frío para Lana y Luzu. Durante este tiempo que estuve en su casa nos hicimos amigas, a veces venía Alexby para buscar consuelo con luzu, tal parece que Alexa escapó, nadie sabía nada de ella, no dejo ni una nota y todos estábamos pensando en lo peor.

— Nieves, ¿Estás? — dijo Lanita pasando una mano frente a mi.

— Ah, si si, solo un poco distraída.

— Cierto, hoy vas a ir con Osito. — mencionó arqueando la seja y riendo suavemente.

— Pero no lo digas de ese modo. — me acomodé mejor en la silla.

— Lo que digas niña. — hizo una pausa — ¿Viste las alarmas que pusieron en el pueblo?

— No, ¿De que hablas?

— Antes de que los externos entren, sonarán unas alarmas para que la gente guarde sus cosas y eso. — dijo mientras movía las manos de un lado a otro, no se porque.

— Me pregunto cómo sonarán.

  Unos segundos después salí de la nevera y con Lana comenzamos a buscar un conjunto adecuado para ir con Rubius hoy. Pero cuando sonó la alarma supimos que eso no se iba a poder.

— Uy, suerte la próxima, Nieves. — me dijo mientras yo me apresure a guardar el collar en el inventario.

Reiniciando...

Teletransportando...

Llegué a casa de Rubius, justo donde me había dejado la última vez, algunos externos se habian conectado, yo simplemente me quedé esperando a que algo pasara,  me puse el collar nuevamente ocultandolo un poco, ya que nadie además de Rubius, Luzu y Lana sabían de él. 
  Esta vez luego de que se fueron los externos sus "dioses" se quedaron haciendo algunas cosas en el servidor por lo cual tampoco me podía mover con toda libertad, y así pasaron varios días hasta que por fin apareció "+ Rubius OMG" en la visión de todos.

— Bueno Nieves, hoy vamos a tener un día ocupado. — hizo que aparecieran los típicos cuadrados grises apretando a "seguir"

  Estuvimos en la cruz de los dioses mientras hablaba a la cámara, como siempre, hasta que pasó algo y tuvimos que ir a casa de Willy.

— Hola Willy que tal. — saludó Rubius.

— Bien, pero creo que alguien aquí me la ha liado. — hizo una pausa.— pero en fin que tal Nieves, ¿Es receptiva?

— Si pero tienes que explicarle las cosas como si fuese un poco lenta.

— Pero llega al punto de hacer algo, planta cultivos o ...

— ¿La tuya planta cultivos? — preguntó sorprendido.

— La mía no quiere verme ni en pintura. — dijo y yo me rei levemente, a veces era bueno que no pudieran escucharme. — Menos 200 corazones.

— ¿Pero que has echo? La mía tiene 170 corazones. — presumió él.

—  ¿Cómo has echo eso?

— Es un secreto.

  Siguieron hablando unos minutos más hasta que entramos a la casa árbol de Willy llendo hacia la habitación donde estaba Kristina.

— Aquí está mi mujer, haz lo que quieras, te dejo hasta darle un beso si lo consigues. — rei, conociendo la no pasaría de un par de frases para irritar la.

— Bueno, a ver, una broma. — se quedó callado un rato y Kristina habló.

— Es lo mejor que he escuchado. — yo le quede mirando confundida, ¿si no dijo nada?

  Willy le contó una broma pero ella solo le respondió mal, y después hizo lo mismo Rubius y también le respondió mal. Me acerque a ella para preguntarle.

— ¿Porque tan agresiva?

— Son unos tontos que solo buscan divertirse, no voy a dejar que me traten como si fuera un payaso. — me dijo.

— Dijeron que es peligroso ser tan bordes con ellos, me contaron que a una chica la mataron por responderle mal a un externo. — dije rememorando una de las conversaciones que tuve con las demás chicas. 

— No lo hará, él cerebro le va más lento que Mérlon corriendo. — dijo dejando en claro su humor, mientras se cubría los brazos con las manos y temblaba.

— ¿Pasa algo? — pregunté.

— El frío cerca tuyo es intolerable, si me resfrío me las vas a pagar. — dijo amenazante aún temblando.

  Me volteé a ver a Willy y este también parecía tener frío así que en un rápido movimiento trate de sacarme el collar, pero sentí un ligero toque en el hombro, y me encontré con la mirada de Rubius por debajo de la máscara diciéndome que no lo haga.
  Suspiré y le hice caso.

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  Este capítulo no estaba segura de subirlo pero al final, lo hice. Espero que la estén pasando bien en cuarentina en donde sea que la estén pasando.

Adiós Amores.