Narra NievesA la mañana siguiente el se levantó, el dolor había pasado, pero mi piel era fría.
— Nieves, hoy vamos a hacer maldades. — dijo animado y me llevo hasta la puerta de su casa.
— Recuerdas a Lolito, el cerdo que no te dejo votar, bueno todos en Karmaland no te dejaron votar. — yo solo asentí, aunque no había hablado con Lolito en mi vida.— Bueno, hoy vamos a vengarnos, mira esto.La entrada estaba tapada con roca reforzada, haciendo imposible salir por ahí.
— Lo hizo el alcalde porque no pague los impuestos. Y se la vamos a devolver, pero el doble.
Siguió hablando de cosas sin sentido como la última vez, haciendo bromas que me hacían reír de los malas que eran. Y las típicas frases que no controlaba, a veces hasta queriendo propasarse un poco, ¿Encerio cree que lo abrazaría luego de llamar triangulares a mis pechos?
Nos fuimos afuera donde estaba Tupack, esto no pinta bien.— Nieves ¿te puedes montar en Tupack? — No quería pero igual subí.
— Tranquilo caballito no te asustes. — dije acariciando al caballo, pero reaccionó a mi piel fría y dió vueltas sobre si mismo. — ¡Espera! ¡Quédate quieto!— Grité
— Ostia se está volviendo loco. — rió— Tupack jamás tuvo una mujer encima.— Bájame, que me mareo.
— Cálmate Tupack, cálmate que le vas a pegar. — logro calmar al caballo luego de reírse unos minutos. — ¿Quieres que lo lleve yo? Te ves algo cansada.
— Si. — Dije bajando me del caballo mientras trataba de mantenerme en pie por el mareo.
Fuimos a casa de Lolito, vivía en una linda casa de abuela en la costa de la playa.
— Bien Nieves vamos a ver si podemos pasar desapercibido. — puso un montón de piedra para que podamos entrar.
— Hay guardias. — susurré.
Comenzó a poner la piedra en su puerta de forma en el no la pudiera abrir, y la reforzó tal como lo había echo en su casa. Yo lo miré con desaprobación.
— Nieves deberás acostumbrarte a estas cosas, si haces eso te daré lo que más te gusta diamantes. — saco de su mochila aquellas piedras de gran valor y me las dió.
Las palabras salieron solas de mi boca, eran frases parecidas a las que dije la primera vez, pero no me sentía de la misma forma.
Fuimos a la parte de atrás mientras el iba murmurando cosas, se acerco un Creeper a él, estaba distraído así que no se había dado cuenta, y termino explotando a unos centímetros de nosotros.— ¡Nieves! ¿Tas bien?
No respondí, todavía estaba aturdida por la explosión. Termino de hacer sus maldades y fuimos a la casa de Vegetta, donde quedamos esperando afuera de la muralla mientras el trataba de explicarme lo que era un caballo.
— Vale Nieves, esto es un caballo, es un animal como yo pero que anda en cuatro patas, lo puedes usar para ir rápido de un lugar a otro. — Dijo de forma muy lenta, cómo tratando de que pierda la paciencia.
Dong Dong, tocó la puerta y abrió el chico pelinegro.
— ¡Que tal Vegetta! — exclamó él de orejas de oso.
— Estoy expectacular, pero las expectacular está tu compañera.
— Si si, te presento ella es Nieves, Nieves Vegetta, Vegetta Nieves.
El chico pelinegro me dió dos besos en los cachetes, y siguió hablando con el héroe de máscara.
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Capítulo 11 entregado.
Adiós Amores.
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Karmaland NPC: Nieves
FanfictionBásicamente es la historia de Karmaland desde el punto de vista de Nieves y los demás personajes. ¿Cómo crees que los NPCs verían todo lo que pasa en Karmaland y las locuras que hacen los héroes? ¿será tan divertido para ellos como lo es para nos...