Bienvenida a mi templo — dijo dando una vuelta sobre sí mismo con los brazos abiertos.
— ¿Una bolera? Creía que te iba más el baloncesto — me burlé.
— No es una simple bolera — río ante de comentario — y sí, me va más el baloncesto, pero este lugar me lo enseñó mi tío, y me contó que fue donde se conocieron mis padres — dijo entrando hasta una de boleras vacías
— Parece importante para ti — dije mirando alrededor.
— Lo es — sonrió — y eres la primera persona que traigo — frunció el ceño.
— Sí claro — reí — no me lo creo.
— ¿A quien iba a traer? ¿A mis amigos para que se burlen de mi? Ni de coña — negó repetidas veces con la cabeza — y de chicas mejor no hablemos.
— Bueno, en ese caso, un honor tener el privilegio de ser la primera — se formó en mi cara una pequeña sonrisa.
— ¿Sabes jugar? — preguntó cambiando de tema.
— He jugado varias veces, pero no se me da muy bien — sonreí mientras él cogía una las bolas y la hacia rodar hasta hacer pleno
— Así se hace — dijo, y lo miré con ambas cejas levantadas.
— Veo que se te da bien.
— Desde que conozco este lugar, he venido muchas veces — dijo tirando otra — me desahoga — explicó — prueba tú.
Le hice casi y cogí una de las bolas, la lancé pero está se desvió hacia uno de los carriles.
— Hay que perfeccionar esa tirada — se río — mira tienes que poner tus rodillas flexionadas con el pié izquierdo en el punto central de la pista y los hombros relajados — una vez puse mi cuerpo como me indicó se colocó detrás de mí y agarró la bola por detrás de mi brazo.
La lancé con su ayuda y tiré todos los bolos.— He hecho un pleno — dije ilusionada chocando la mano que había levantado.
— Tira otra vez, está vez sola — guiñó el ojo.
Lo hice y repetí el tiro, está vez cayeron algunos más, una vez que le coges el truco, es fácil, pensé.
— Has aprendido rápido — dijo sonriendo — eso es gracias al profesor tan bueno que tienes — dijo haciendo que rodara los ojos.
(...)
Durante la noche estuve dándole vueltas a la cabeza sobre lo de mi padre, y definitivamente mañana iría a verlo, hacía tres meses que no lo veía, ni sabía nada de él, y necesitaba un abrazo suyo.
Me levanté y después de desayunar, ducharme, vestirme, coger la carta, y avisar a mi madre de que no comería en casa, salí de casa rumbo a la dirección que había en la carta. Tras unos siete minutos andando llegué al lugar. Era una casa, bastante amplia y con unas vistas bonitas, entré al jardín, y me puse frente a la puerta, después de dar un gran suspiro llamé.
— Ya voy — escuché gritar a mi padre que enseguida abrió la puerta, se quedó boquiabierto cuando me vió, intentó articular palabra pero no le salió nada y después de varios minutos de asimilación, me rodeó con sus brazos y yo hice lo mismo hundiendo mi cabeza en su pecho — Abby cariño — dijo aún abrazándome — has venido — noté la emoción en su voz.
— Te he echado de menos papá — dije cuando nos separamos.
— Y yo a ti cariño, no sabes cuánto — dijo acariciando mi mejilla _ entra que te enseño la casa — dijo.
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Abby ®️
Любовные романы« La vida de Abby era normal y tranquila, hasta que durante el último curso, un cúmulo de sucesos hacen que esta deje de ser tranquila para convertirse en un verdadero caos. Un caos al que se le sumarán más imprevistos durante la historia haciendo d...