16 | Número desconocido

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Llegó el día de la exposición, que sería a la hora de antes del descanso, por lo que los profesores decidieron que nos darían las dos primeras horas para que nos organizáramos, practicásemos y lo tuviéramos todo listo.

Cuando ambos llegamos a la sala, me sorprendió la multitud de gente que había. Por un momento pensé que no nos daría tiempo de hacerlo todos, pero para estaba la organización. A Dylan y a mi nos tocó de los últimos y cuando ya sabíamos el orden empezamos a ensayar por dicho orden.

Cuando todos acabamos de exponer empezaron a llegar alumnos de todos los cursos que fueron organizados por una profesora.

Se acercaba nuestro turno y estuve un rato respirando hondo para relajarme, me acordé de los consejos de Dylan y bebí agua. Abby, es solo un trabajo, intenté pensar, pero no es sólo un trabajo, es afrontar un miedo, el miedo escénico. Si hacía esto, podría hacer cualquier cosas y eso me vendría bien para entrevistas de trabajo y cualquier ocasión.

Me asomé al escenario para ver cuánto les quedaba a los de delante nuestra y ví como no faltaba ni un solo alumno, todos estaban allí.

Era el momento, salimos y empezamos a exponer nuestro trabajo. Al principio estaba un poco nerviosa, pero poco a poco, iba cogiendo el ritmo de Dylan y ambos hicimos un trabajo espectacular. La última parte le tocaba a Dylan pero escuché como decían " Y para concluir Abby nos va a explicar la importancia de este hecho" Me quedé helada, no me esperaba eso, pero reaccione al momento y empecé a explicarlo.

- Sabía que podías hacerlo - sonrió Dyaln cuando bajamos del escenario.

- ¿Lo tenías planeado? - balbuceé.

- Tenía que demostrarle al público tu capacidad de adaptación a los cambios - guiñó un ojo y luego se marchó.

"Capacidad de adaptación a los cambios" esa frase retumbó en mi cabeza durante varios minutos, sabía que no sólo por la exposición, pero no sabía cuál era la otra razón.

(...)

Por la tarde me llegó un mensaje de un número desconocido que me sorprendió por qué yo no le daba mi número a nadie que no conociera, eso significaba que, o me conocía, o conocía a algún conocido. No sabía si responder o no. Quizás era alguna broma de alguien que se aburre un miércoles por la tarde. Pero, en realidad yo también estaba aburrida.

Desconocido: Una exposición perfecta, Abby

Abby: Gracias, ¿quién eres? ¿te conozco?

Desconocido: Quién sabe, quizás si, quizás no.

Agh odiaba, de verdad odiaba que me dejaran intrigada. Se me pasaron multitud de nombres por la cabeza, pero, quizás no estaba tan lejos como buscaba.

El pitido del móvil de Shelby sonó varias veces hasta que lo cogió - ¿Quién es? - preguntó con voz de dormida.

- No me puedo creer que te hayas dormido - reí. Mi suposición no era cierta, Shelby era mucho de gastar bromas, y por un momento pensé que podría ser ella.

- ¿Querías algo, o solo has llamado para molestar? - se quejó haciendo que volviera a la llamada.

- Ah, sí, es que, me ha hablado un número desconocido, y pensaba que podrías ser tú.

- Me ves con cara de, bueno no me ves la cara, pero no estoy tan aburrida como para escribirte en número privado - ambas nos callamos pensativas - ¿estás pensando lo mismo que yo?

- ¿En averiguar quién es? - dije entrecerrando los ojos aunque no me pudiera ver.

- Ah no, yo pensaba en merendar - me reí ante el comentario de mi amiga, siempre pensando en comida.

Abby ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora