3 | La invitación

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Bajé a la puerta para ver de quién se trataba, y cuando lo vi me quedé sorprendida.

— H-Hola — balbuceó Dylan intentando no tartamudear — hoy te dejaste este cuaderno en la sala de castigos y pensé que lo necesitarías — dijo dandomelo.

— Dios mío, soy muy despistada — dije llevándome las manos a la cabeza — lo siento y muchas gracias por traérmelo — le sonreí, evitando preguntarle cómo sabía dónde vivía, ya que había sido un día muy intenso.

— No hay de que Abby — respondió y se fue.

Cuando acabé de hablar con Dylan, Noah se me acercó extrañado.

— ¿Quién era ese? — preguntó modo hermano sobreprotector, a lo que yo rodé los ojos.

— A ti que te importa — cuestioné entre risas y volví a subir a mi cuarto. Cuando me tumbé en la cama, sin darme cuenta el cansancio se apoderó de mí, y cerré mis ojos hasta el día siguiente.

(...)

A la mañana siguiente me levanté más temprano de lo normal, debido a que me quedé dormida muy temprano. Bajé vagamente hacia la cocina y me dispuse a desayunar, como tenía tiempo le devolví el favor a mi hermano y le preparé su desayuno. Noah bajo un rato más tarde ya que se tenía que ir a trabajar y se sorprendió al verme ahí.

— ¿Qué haces despierta tan temprano? — Me preguntó, pero luego se le fue la atención al desayuno — Ay, como te quiero.. — dijo mientras se acercaba y me daba un beso en la frente. Le sonreí y subí a mi cuarto a vestirme.

Todavía era temprano pero ya no tenía nada que hacer así que cogí rumbo al instituto a paso lento para así tardar más.

(...)

Llegué a clases y para mí sorpresa Shelby no había llegado. No le escribí porque mi amiga era lo más impuntual de este mundo, asi que seguramente llegaría tarde.

Alguien se acercó a la mesa vacía que había pegada a la mía y se sentó. Ni siquiera miré quien era.

— Está ocupado — me limité a decir, cuando me giré y vi a Bonnie. ¿Que querrá está ahora? pensé.

— Que yo sepa no hay nadie sentado — dijo con su voz asqueante.

— ¿Que quieres Bonnie? — pregunté directa.

— Nada, solo decirte que esta noche hay fiesta en casa de Lily — dijo ilusionada

— ¿Y? — pregunté achinando los ojos.

— Que estáis invitadas Shelby y tú — contestó sonriendo falsamente y se fue.

Lily era ahora, la nueva mejor amiga de Bonnie. Digo nueva porque este verano tuvo como tres, y bueno, todos sabemos que Bonnie se mueve según le convenga así que no es nada nuevo en ella.

Llegó Shelby un poco asfixiada porque el timbre ya había tocado y se sentó e intentó recuperar la respiración.

— Justo a tiempo — dije riéndome al ver entrar la profesora de historia.

— ¡Lo conseguí! — dijo levantando el puño en forma de victoria, mientras nos reíamos.

— ¿Sabes quién nos ha invitado a una fiesta? — dije mientras se dibuja una sonrisa de oreja a oreja en la cara de mi amiga.

— Bonnie White — solté rompiendo las expectativas de mi amiga y haciendo que se le quedara una cara de asco.

— ¿Y por qué nos iba a invitar esa a una fiesta? — preguntó mosqueada.

Abby ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora