8 | Dulce venganza

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Nos giramos y vimos a alguien con capucha fumándose un cigarro. Al darse cuenta de que lo mirábamos se giró hacia nosotras.

— Podéis seguir hablando, yo como si no estuviera — soltó Blake

— ¿Cuánto tiempo llevas ahí Griffin? - pregunté levantando una ceja.

— Antes de que ustedes aparecierais, pero se os veía muy concentradas y no os quería molestar — dijo burlándose Blake.

— ¿Por qué no nos haces un favor y te vas? — cuestionó Shelby molesta.

— Tranquila que ya nos vamos todos — dijo poniendo el dedo índice en su oreja y al momento tocó el timbre que avisaba de la siguiente clase.

Me tocaba mates pero antes de ir a la clase pase por mi taquilla y me encontré a Dylan.

— Ey — me saludó — ¿estás mejor? — preguntó haciendo referencia a lo que pasó el día anterior.

— Sí tranquilo, ya estoy bien — contesté sonriendo — por cierto, te agradezco mucho que me ayudaras ayer, sinceramente lo necesitaba.

— No te preocupes — dijo, y se marchó.

Llegué a clase y el profesor ya estaba dentro pero por suerte me dejó pasar.

— ¿Sabes que día es hoy Abby? — preguntó Shelby emocionada.

— ¿Viernes? — contesté confundida.

— Exacto, viernes, hoy es el partido de los chicos y — dijo haciendo el redoble de tambores imaginario — la venganza de Bonnie — dijo fulminándola con la mirada desde lejos.

— No me acordaba para nada —dije dándome con la mano en la frente — bueno con eso salga de casa y me distraigo.

— En unos días veremos los "perfectos labios de Bonnie" — dijo haciendo comillas con sus manos — con un herpes — dijo con voz malvada, a lo que yo me reí.

Tocó el timbre y fuimos a la cafetería, estaban Ryan y Asher con otro chico. Nos acercamos y estaban hablando del partido.

— ¿Qué pasa nerviosos? — pregunté sentándome.

— Pues un poco, es el primer partido y es un equipo bueno, tenemos que ganar si queremos estar arriba de la tabla — dijo Asher.

— Pero le vamos a ganar tío, tenemos mejor equipo que ellos — soltó el otro chico.

Shelby y yo nos miramos sin saber que decir y le cambiamos de tema.

— Después del partido podemos ir a cenar todos — dije.

— Buena idea, conozco un restaurante nuevo y barato cerca de aquí — dijo Shelby apoyándome.

— Eso estaría bien, así celebramos la victoria — dijo Ryan ilusionado.

— ¡Esa es la actitud ostia! — gritó el chico, que se llamaba Dave, haciendo que todos nos riésemos.

Pasaron las siguientes horas y llego del momento de volver a casa. No tenía ganas de llegar, no sabía cuándo iba a hablar con mi madre y yo no podía estar disimulando mucho más tiempo.

Cuando llegué nos sentamos a comer y estuvimos hablando, todo parecía tan normal... pensé

Aproveché un momento en el que nos quedamos solos mi padre y yo para hablar con él.

— ¿Cuándo mierda se lo vas a contar?— dije enfadada.

— Estoy buscando el momento ¿vale? — contestó mi padre.

Abby ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora