31 | Trauma con la limpieza

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Se acercaba el final del curso, y con él mi cumpleaños,aunque este año no tenía ninguna gana de fiesta y como sabía que Shelby no se estaría quieta la avisé, porque el que avisa no es traidor.

— Mi pequeña Abby se me va a hacer mayor — fingió una lágrima  acercándose a mí.

— Shelby, antes de que organices nada — noté su mirada confusa — este año no quiero celebrarlo.

— ¿Qué? — miré la expresión indescifrable de mi amiga.

— Eso, que no quiero hacerlo, no tengo más ganas de ser el centro de atención — confesé.

— Jo, me hacía ilusión hacerte una fiesta como la que tú me hiciste a mi — sacó su labio inferior.

— El año que viene la dejo en tus manos, pero este año, déjalo estar ¿vale?

— Tus deseos son órdenes — suspiró y luego me abrazó.

(...)

Esa tarde estuvimos en el aeropuerto Noah y yo ya que Will había acabado su curso y venía a pasar las vacaciones a casa.

— Atención — se escuchó la voz de una señora por el altavoz del aeropuerto — El vuelo California-Manhattan llegará con un retraso de 30 minutos, gracias por la atención.

— No jodas media hora tarde — rodé los ojos y miré a Noah que me imitó.

— Vamos a sentarnos allí — señaló unos asientos libres, asentí y nos dirigimos hacia ellos.

Me senté y cogí el móvil para distraerme, pero acabe durmiendo en el hombro de Noah dejando todas mis babas en él.

— Tú, despierta y deja de babearme — apartó mi cabeza de su hombro con la mano — El avión ya está aquí — indicó haciendo que me incorporara.

Nos levantamos y fuimos a la salida del avión. Padres con niños, ancianos, parejas y jóvenes salían del avión, pero ninguno de ellos era Will. Miré el avión para asegurarme de que era ese.

— Noah eres estúpido — señale el avión — En este no viene Will — me di una palmada dirigiéndome al avión correcto.

Cuando llegamos vimos a Will solo, esperándonos y mirando a todos lados. Una risa salió de mi boca y llegué hacia él para darle un abrazo.

— Hola pequeña — me saludó con otro abrazo — ¿Dónde os habíais metido? — rió.

— Noah que es tonto — expliqué y este se rascó la nuca para luego saludarlo.

Los tres nos dirigimos al coche y en unos diez minutos llegamos a nuestra casa. Entramos y allí estaban todos para darle la bienvenida a Will. Su madre fue la primera que se acercó a saludarlo y a continuación los demás.

Estuvimos la tarde hablando y poniendo a Will al día con todo, que quedó bastante sorprendido por todo lo que había pasado en apenas ocho meses, que es lo que había estado fuera.

(...)

A la mañana siguiente llevaríamos a cabo la venganza de Bonnie, por segunda vez, y espero que última.

— ¿Tenéis las cosas? — preguntó Helen acercándose a nosotras. Le enseñé la maleta donde las tenía y ambas sonreímos.

Dimos las tres primeras aburridas horas  y tras ellas venía el descanso, donde el grupo de animadoras estaría entrenando para el siguiente partido.
Nos sentamos como de costumbre en una mesa las cuatro y recordamos los pasos.

— Cuando tenga la llave se la doy a Jess — espetó Helen.

— Tenéis que hacerlo rápido porque no tardaremos muchos en salir de los vestuarios después de entrenar — comentó Jess.

Abby ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora