30 | Una montaña rusa

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- ¡Venga cuéntame qué me muero de ganas! - entró Shelby en mi cuarto por sorpresa sentándose en mi cama.

- Joder que susto, cualquier día me matáis de uno - pose mi mano en el pecho e imité a mi amiga.

Tras unos ocho minutos hablando y contándole todo lo que sucedió ayer y bastantes caras de sorpresa y confusión por parte de Shelby, acabé.

- No me lo esperaba para nada - abrió sus ojos al decirlo - Osea ¿Blake? ¿Teniendo compasión por alguien? ¿Ayudando y sintiendo cosas? Pensaba que cuando eso ocurriera los elefantes volarían, sin contar a Dumbo - vaciló.

- Te dije que no era igual que Nash - suspiré - Intentó besarme después de decirme aquello - las cejas de Shelby se elevaron esperando que acabara - pero lo evité.

- No se si me lo esperaba o no - achinó sus ojos - ¿Por qué lo hiciste?

- Porque no sé si quiero volver a sentir cosas por él, ¿y si vuelve a hacer lo de la última vez? no quiero volver a sufrir por él y tengo miedo a acabar enamorándome - negué con la cabeza.

- Amiga, ya te ha dicho que se arrepiente - puso una mano sobre mí rodilla - mi madre dice que si un hombre reconoce que se ha equivocado aún hay esperanza para él, o algo así - quitó importancia con la última frase.

- No quiero volver a cometer el mismo error - mordí mi labio inferior.

- Comete errores, pero cómete el mundo, y a quien haya por el camino - sonrió contagiándome y a continuación la envolví en un abrazo.

- Hola bigotes - saludé a mi gato que entró en el cuarto subiendo a la cama con nosotras.

- ¿Qué haces tú aqui pequeñín? - habló Shelby imitando la voz de un bebé.

Ambas nos quedamos hablando durante toda la tarde hasta que anocheció. Echaba de menos nuestras charlas interminables.

(...)

La día siguiente teníamos una excursión a un nuevo parque de atracciones el cual estaría abierto solo para nosotros. Por un momento pensé que nos querían como ratas de laboratorio para comprobar que sus atracciones iban bien.

-¿Por cuál empezamos? -preguntó Shelby emocionada.

- Vamos a la montaña rusa - sugerí.

Me encantaba las alturas, pero no la noria, esa era la atracción más aburrida que habían creado, como excusa para que las parejas se suban y se besen sin que nadie les moleste.

- Eso está muy alto - se quejó Helen cuando estábamos esperando para montamos.

- Oh tranquila, yo cuidaré de Jess si te pasa algo - dijo Shelby haciendo que su cara de susto aumentara mientras nosotras reíamos.

Nos montamos y en cuestión de segundos estábamos subiendo una gran cuesta, que fue como me sentí en el inicio de curso, creyendo que sería un buen año, ilusa.

Luego algunas curvas empezaron a llegar, asocié eso al principio de todo, acompaño de una gran caída. Sin duda la separación de mis padres.

La atracción seguía a un ritmo bastante rápido, casi no podía abrir mis ojos y mi cara se agitaba rápidamente. En un momento estábamos boca abajo dando una vuelta, recordé lo que pasó con Ryan, cuando mi corazón dio un vuelco.

Más ascensos y descensos hacían que nuestros cuerpos rebotaran en los asientos. Llegamos a lo más alto, se podía divisar todo desde allí arriba, la atracción disminuyó su ritmo y recordé esos momentos con Blake en navidad.

Otra bajada inesperada y para llegar al final tres ruedas seguidas, haciendo que mi cabeza diera vueltas. Cómo cuando me enteré de todo aquel día. Un descenso más, y llegamos al inicio de la atracción.

Abby ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora