13. Corona de flores

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EL REGALO

La clase de la señora Bustier había ido al jardín botánico para unas lecciones particulares de biología y ahora se encontraban tratando en parejas algunas flores como lección, y en esa ocasión Marinette se encontraba con Marc a quien habían invitado a que fuera con ellos.

El pelinegro disfrutaba mucho aquella clase, e incluso encontró algunas pequeñas ideas para el cómic que hacía con Nathaniel, ¡Demoilustrador y Reverser se enfrentan con un villano sin nombre por los momentos que controla las plantas!

Será un éxito...

Marinette notó la extraña mirada lunática de su amigo así que chasqueó sus dedos frente al rostro del ojiverde.

—¿Todo bien?—. Le preguntó.

—Más que bien—. Respondió él.

Pero pronto la azabache empezó a sentirse muy, pero muy observada que empezó a sudar frío por la nuca y miró a todos lados trantando de descubrir qué era hasta que...

—¡Hola Princesa de mi Corazón!—. La saludo alguien.

Haciendola chillar por el susto y miró hacia las enredaderas para ver que oculto entre ellas se econtraba el héroe felino de la ciudad.

—¿¡Chat!?—. Exclamó ella pero sin levantar tanto la voz para no llamar la atención de todos, más sin embargo fue descubierta por Marc.

Después de dedicarle una sonrisa galante a la muchacha el héroe miró al chico de grandes ojos verdes, antes de dedicarle una mirada de pocos amigos. Marc captó eso y le devolvió la misma mirada antes de retroceder lentamente a quién sabe dónde.

Marinette miró a Chat de manera acusatoria.

—¿Qué estás haciendo aquí?—. Le cuestionó. —Aquí está toda mi clase, nadie además de nosotros y mis padres debe saber que nosotros somos amigos.

—Primero, estaba aquí también y cuando te vi quise pasar a saludar y segundo, ¡Miauch!

—Ya no importa, vete ahora antes de que alguien te vea, ya suficiente con Marc que está en no sé dónde.

—No me iré de aquí hasta que...

Pero el rubio no pudo terminar de hablar porque Marinette empezó a rociarle agua.

—Retrocede rubio sexy—. Le dijo ella sin pensar.

—¿Me dijiste se-...?—. Iba a preguntar él pero fue rociado con más agua. —¡Está bien, está bien! ¡Sólo te daré algo y me voy!

La Dupain-Cheng paró de rociar al superhéroe y se le quedó mirando expectante, y luego quedar sorprendida cuando él puso una hermosa corona de flores sobre su cabeza.

—A la Princesa le hacía falta su corona.

Marinette sonrió levemente mientras un color rosado empezaba a adornar sus mejillas haciéndola ver adorable, pero se vio espantada después.

—¡No podemos arrancar las flores, si ven esto me pondrán mala calificación y un castigo!—. Advirtió la chica con intención de quitarse el regalo pero Chat Noir la detuvo.

—Princesa, hay un lugar aquí donde las personas si pueden tomar las flores y darlas de regalo, tomé esas de ahí después de que te vi—. Indicó el ojiverde.

El sonrojo de Marinette se incrementó aún más y podría decirse que estaba más roja que las rosas que estaba cuidando con Marc.

Por cierto, ¿Dónde estará?

—¡Ahí está!—. Se escuchó la voz del recién mencionado y tanto Marinette como Chat Noir voltearon a ver.

Solo para ver a Marc señalando donde estaban y a Alya correr hasta ellos con su cámara en manos.

—Corre, teñido, corre—. Le dijo la ojiazul a su amigo y éste desapareció entre las enredaderas.

Sólo digamos que, hace unos días, el héroe cometió una gran estupidez y ahora Alya lo buscaba como loca.

—¡Marinette, te dije que si veías a Chat Noir en algún lugar me avisaras!—. Reclamó la morena

—Lo siento, es que me distraje—. Se disculpó la azabache sacándose la corona de flores y dejándola dentro de su mochila para no meterse en problemas. —Un poco de sombra no le hará daño de todos modos la clase está por terminar.

Y mientras Alya volvía a decirle el sermón de la importancia de encontrar al héroe felino, ella veía por donde se había ido el mismo, haciendo una nota mental de conseguirle un pequeño obsequio del mismo lugar donde él había obtenido su corona.

Sonrió, si la Princesa tenía su corona, su leal gatito también tenía que recibir algo.

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Dejo esta nota solo para decir una cosa: Si en mis trabajos aparece nuestro querido Marc, siempre será un momento gracioso.

El Caballero Negro y su PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora