1. Bruja AU

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UNA BRUJA DEL SIGLO XXI

Una figura negra se desplazaba entre las sombras de aquella noche sin Luna y gracias a eso otra figura que iba detrás de la primera podía circular sin ser vista, gracias a los atajos que la persona al frente tomaba, así ninguno corría el riesgo de ser visto, y aunque París era la Ciudad de la Luz, nunca lograban ser vistos.


Lo cual era lo mejor para ambos.

Llegaron hasta casi las afueras de la ciudad cuando descendieron a tierra firme y se pararon delante de una casa de dos pisos, se veía algo vieja pero estaba en buen estado. Las luces del primer piso estaban encendidas así que les dio algo de esperanza a las dos personas recién llegadas. Abrieron la puerta principal que tenía un cartel de "Abierto" pegado y vieron que la primera planta del edificio, o al menos desde la entrada hacia adelante, era una tienda pequeña. Frente al mostrador estaba un anciano, de barba y cabellos grises, vestido con camiseta roja hawaiana y que al mirar a los recién llegados se vio un poco sorprendido pero a la vez no tanto.

-Joven bruja-. Habló el viejo. -Supongo que estás aquí, por las mismas razones por las que otros han venido.

-Tengo entendido que usted conoce la razón por la que soy una bruja-. Dijo la chica de cabellos azabaches.

-Sí, la conozco, pero quisiera tomar registros de ti y de... tu acompañante también.

-Me llamo Marinette Dupain-Cheng, tengo 18 años, y desde hace seis meses soy una bruja-. Se presentó la chica y después señaló a su acompañante:

Un chico rubio de ojos verde esmeralda, con lo que parecía un traje y máscara de gato negro pero los mismos parecían adherirse a su piel por los bordes, como el traje fuera parte de él.

Y así lo era.

-Y él es Chat Noir, mi gato.

-Bueno-. Volvió a hablar el anciano. -Conozco por qué ahora eres una bruja, Marinette, pero quisiera que me contaras cómo lo descubriste.

-Verá señor...

-Fu, llámame Fu.

-Verá Fu, hace seis meses vivía una vida normal, o bueno, trataba de hacerlo. Había perdido a mis padres poco después de cumplir los dieciocho y me sentía sola. Tuve que dejar la Universidad para trabajar y así para pagar los gatos de mi hogar y el sustento del día. Y un día encontré, a Chat, un gato negro de la calle y hambriento, así que lo llevé a casa, pero como no estaba inspirada para un nombre, literalmente lo llamé Chat Noir y se volvió mi mejor amigo.

»Hasta que, llegó el día en que descubrí mis poderes. Había tenido un mal día en el trabajo y solo quería estar en casa y ver una película cuando me topé con una señora pobre que me pidió algo de dinero para comida, le di algo pero cuando su mano rozó con la mía sentí una pequeña descarga eléctrica debido al contacto pero en su momento asumí que sólo podría ser electricidad estática. Y seguí mi camino a casa.
»Cuando llegué todo fue normal. Cuando cayó la noche todo comenzó. Me pareció oír como si alguien más estuviera en la casa y pensé que se trataba de un ladrón, pero no, era Chat Noir quien al parecer con el primer avistamiento de la noche puede transformarse en un humano con poderes pero con aún sus habilidades de gato, y después vi que tenía poderes. No sabía por qué los tenía pero los primeros dos meses no sabía cómo controlarlos y tenía problemas para ocultarlos, pero después supe manejarlos y aprender cómo funcionaba cada uno de ellos. Pero la pregunta que siempre me hago es por qué yo recibí esto. Hace poco descubrí que había más personas como yo, pocas pero lo había. Y una me dijo de este lugar donde podría obtener respuestas ante todo esto.

Cuando Marinette terminó de relatar su historia, bajó un poco la cabeza entristecida por lo que Chat Noir le dio un medio abrazo de consuelo y apoyo.

- Debo decirte Marinette que esa mujer a la que ayudaste era una de mis hermanas menores-. Explicó Fu y tanto Marinette como Chat lo miraron atentos. -Ella no quería ser una bruja, odiaba sus poderes, así que huyó y engañó a personas inocentes a las cuales transfirió algo de sus poderes y tú fuiste una de esas personas.

-¿Entonces, cómo hacemos para ya no estar así, Fu?-. Preguntó Chat Noir.

-Naturalmente, es Marinette quien tiene los poderes, ella es la que te convirtió así Chat Noir. Pero, deshacerse de los poderes que tiene es un proceso muy peligroso que puede dejar secuelas graves. Solo hay dos opciones: Te arriesgas o te quedas con tus poderes, y puedo enseñarte a manejarlos para que no tengas problemas.

Marinette apretó sus labios formando una fina línea.

-¿Me permite pensarlo?-. Preguntó la ojiazul y Fu asintió en respuesta.

Marinette devolvió el asentimiento y se dio media vuelta.

-Andando Chat.

Ambos jóvenes salieron del edificio, sintiendo el aire frío de la noche golpear contra sus caras abruptamente. La azabache apretó su agarre a la escoba que traía y miró a su acompañante.

-Es un camino largo a casa, vámonos ya.

El rubio sonrió en respuesta y empezó su carrera por los techos de las casas otra vez mientras atrás iba Marinette montando la escoba que tenía. Su viaje duró 45 minutos pero por fin habían llegado a su hogar y entraron por una ventana que dejaron abierta de la sala de estar. Chat Noir directo fue a la cocina y Marinette, luego de dejar su escoba en el pequeño armario de suministros, se fue a su habitación y se recostó sobre su cama.

Después de unos minutos Chat Noir apareció y se recostó al lado de su dueña y amiga.

-No creo que haya mucho que pensar al respecto-. Dijo el ojiverde.

-Sí-. Dijo la chica con sus ojos algo pesados. -Ya es tarde, lo pensaré mejor en la mañana.

-Tienes razón...

El de negro no oyó palabras por parte de la azabache y cuando volteó a verla ella ya se había dormido. Sonrió de medio lado y decidió dormir también.

[...]

Cuando la mañana llegó nuevamente fueron los rayos del sol y su despertador los que le indicaron a Marinette que ya era hora de despertar. Cuando su vista se aclaró por completo logró ver que estaba siendo observada por su curioso gato negro. El felino maulló y ella logró traducir eso como un "buenos días", así que ella sonrió enternecida.

-Buenos días, Chat Noir.

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No pienso hacer notas de autora como las que ya conocen en este reto pero voy a dejarles un pequeño mensaje cada tanto ¡Feliz inicio del Marichat May!

El Caballero Negro y su PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora