22. Beso

1.1K 99 62
                                    

BESOS DE CONSUELO

Era extraño cómo habían llegado a ese peculiar... ¿Acuerdo? ¿Trato? No sabían bien como llamarlo ahora, llamarlo de la forma en como lo hicieron cuando inició todo aquello, los ponía incómodos.

Recordar cómo inico aquello era demasiado raro para ellos.

Y Marinette esa noche, no pudo evitar recordarlo.

Flashback

Esa noche, era una de las muchas en las que Marinette y Chat Noir contaban sus desilusiones amorosas al otro. La azabache ahora estaba contando otra experiencia fallida de poder confesarse a Adrien, pero el héroe no estaba al tanto de quién era la persona de la que Marinette estaba enamorado, ya que ella no quería que él lo supiera.

El héroe escuchaba atentamente lo que ella decía, que ambos empezar a contar sobre sus vidas amorosas al otro era algo que hacían hace tiempo para tener algo de consuelo de sus múltiples fallas.

Una pequeña idea llegó a su cabeza, haciéndolo sonrojar, notando aquello Marinette.

—¿Qué sucede?—. Preguntó ella confundida por el repentino sonrojo de su amigo.

—Todo esto de contar nuestras fallos amorosos—. Empezó a decir él. —Lo hemos hecho para buscar consuelo en nosotros mismo ya que tenemos situaciones casi iguales.

—No entiendo tu punto Chat Noir, lo siento.

El chico suspiró profundo mientras se rascaba la nuca nervioso, ¿Cómo decirlo sin que suene... extraño? Quería que sonara sutil.

—Tú... ¿Sabes cómo es la treta de los... a-amigos con be-beneficios?

¿¡Qué clase de manera sutil era esa!?

Tres segundos después de aquellas palabras, el héroe recibió un fuerte puñetazo en su ojo derecho. Que bueno que usaba máscara.

—¿¡Qué cosas dices!? ¡Largo de mi habitación!—. Gritó la chica, cuestionándose si sus padres oirían aquél escándalo desde la panadería.

No debía dejar evidencia o algún testigo.

¡Alto! ¡No tengo pensado hacer eso hasta mi noche de bodas, de aquí a varios años!—. Se defendió el rubio.

—¡¿Y entonces?!—. Exclamó aún alterada la azabache.

—Que se me ocurrió una idea rara para tener más consuelo por nuestros fallos amorosos—. Explicaba Chat Noir. —Y es parecido a lo de los amigos con beneficios, ¡Pero no se trata de eso en sí!

Marinette trató de relajarse un poco y bajó sus puños, confiaba en la palabra de Chat Noir, pero no iba a bajar la guardia.

—Habla, ya—. Ordenó la Dupain-Cheng.

—Besos de consuelo; tú y yo tenemos fallos amorosos seguidos, ¿Qué mejor que besos para tratar de consolar a nuestros pobres corazones? Y con las mismas reglas de los amigos con beneficios.

Marinette miró de manera rara al chico que tenía frente a ella y acababa de golpear, ¿Tan loca y desesperada la creía para hacer lo que proponía?

El Caballero Negro y su PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora