LECCIÓN DE COMBATE
Simplemente no podía entenderlo.
¡¿Por qué Chat Noir llegó esa tarde, y sin ni siquiera saludar, a su habitación y le lanzó su bastón?!
Por suerte logró atraparlo, pero ¿¡Por qué lo hizo!?
—¡Vuelve a hacer eso y te irás de aquí sin cola y orejas!—. Amenazó la chica la de ojos azules.
—Pero si te dije "¡Hey Mari, sostén mi bastón!"—. Se defendió el héroe.
—¡Claro que no, gato mentiroso! ¡Ahora di a qué vienes!
—Rebobinemos—. Dijo el chico.
Flashback
El Señor Ramier había sido akumatizado en Señor Pichón (otra vez) y Marinette buscaba un lugar seguro y lejos de las miradas curiosas de la gente para poder transformarse, ya que al villano se le había ocurrido la idea de atacar la escuela ese día. La azabache divisó el lugar perfecto para poder transformarse pero cuando estaba por llegar un grupo de palomas apareció de la nada dispuestas a atacarla, y la hubiesen lastimado de no haber sido porque su felino compañero y amigo apareció listo para salvarla.
—¡Marinette! ¿¡Cómo se te ocurre arriesgarte de ese modo!?—. Le reprendió Chat a su amiga.
—¡Buscaba un lugar dónde esconderme!—. Explicó Marinette.
—¿¡En medio del peligro!?
Fin del flashback
—En varias oportunidades te has puesto un poco en peligro, así que voy a enseñarte unos trucos para defenderte—. Explicó el rubio.
—Bien, admito que es una buena idea en casos de emergencia ¡Pero no es excusa para lanzarme el bastón al rostro!
—Y vuelve el perro arrepentido.
Unas buenas tundas después...
—De acuerdo, debo admitir que ya tienes dominado usar el bastón como un bate—. Mencionó el adolorido superhéroe que había sido golpeado en la cabeza con su propia arma. —Pero ahora debes usarlo de otra manera.
El de cabellera rubia se paró detrás de la azabache y colocó su bastón (el cual había estirado como metro y medio) en frente de ella y la chica tomó el arma en su manos.
—Y ahora vamos con algunos pasos básicos ¿Lista?
—Sí.
—Bien... ¡A la izquierda!—. Exclamó él.
Y en un movimiento rápido el chico inclinó su peso hacia la izquierda haciendo que su estudiante también lo hiciera, pero fue todo muy repentino que la tomó desprevenida.
—Tranquilo Gatito, cuidado de no lastimar a la Princesa—. Bromeó la ojiazul.
—Lo siento—. Se disculpó el ojiverde.
Siguieron por un rato algunos movimiento y los repitieron algunas veces hasta que el de traje negro dejó a su amiga hacer los movimientos por sí sola.
—¡Izquierda, derecha!—. Decía el chico y su contraria trataba de hacer los movimientos con la mayor rapidez que podía. —¡Centro, bloqueo de pecho, arriba!
Pero tras la última orden, Marinette tuvo que detenerse, ya que su gatuno instructor no le había mencionado ningún movimiento hacia arriba.
—¿Y ese cómo es?—. Preguntó la Dupain-Cheng.
Y ahí fue cuando el chico recordó que no le había instruido defenderse desde arriba.
—Volvamos a la oposición inicial—. Dijo él y la chica acató lo que decía.
Vio como las manos de Chat Noir se aferraba al bastón al lado de las suyas y sintió como su espalda chocaba con el pecho de él, sonrojándose un poco por la vergüenza, pero que no se notaba ya que sus mejillas estaban colorada debido al cansancio.
—Lleva tu pie derecho un poco hacia atrás—. Indicó el héroe, y si fuera sincronía ambos lo hicieron al mismo tiempo. —Y ahora debes alzar el bastón a la altura de tus ojos o un poco más arriba, dependiendo de dónde venga el ataque.
—Entiendo—. Habló Marinette y ella y Chat volvieron a la posición incial.
—Pero no debes hacerlo sin inclinarte hacia atrás antes—. Indicó el ojiverde, haciendo movimiento con la excepción del movimiento inicial. —Porque no tendrías equilibro y soporte y podrían derribarte.
Pero Marinette sentía que llegaba a su punto máximo ya que el adolescente detrás de ella llevaba hasta lo más alto que él podía el bastón, sin saber que ella no llegaba tan alto.
—¡Chat!—. Exclamó ella soltando el bastón y casi cayendo de bruces al suelo. —¡Tonto, no olvides que soy más baja que tú!
—¡Solo soy media cabeza más alto!
—¡Pero tienes brazos largos!
—Okey, ya, sigamos—. El chico bajó el arma y se la extendió a Marinette. —¿Entendiste cómo se hace?
—Inclina el pie derecho hacia atrás para tener estabilidad y equilibro y levanta el bastón a la altura de tus ojos o más arriba dependiendo de dónde venga el ataque. Y no hacerlo si no se tiene el pie hacia atrás porque se puede perder el equilibro sino.
—Cada palabra que dije la dijiste a la perfección—. Elogió Chat Noir.
—Es un truco que aprendí de un amigo—. Respondió Marinette. —Pero no está mal romper las reglas.
Luego de decir eso la ojiazul levantó el arma lo más alto que podía hasta arriba, haciendo que el ojiverde también lo hiciera, logrando que los rostros de ambos quedaran a centímetros del otro.
—Parece que tengo una estudiante rebelde—. Mencionó Chat Noir con una sonrisa atrevida.
—Y veremos qué tan rebelde seré mañana cuando te demuestre todo lo que he aprendido.
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Este relato de casi mil palabras lo voy a unir con el día de mañana, «Día 7. Disfraz», como pequeña continuación.
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El Caballero Negro y su Princesa
FanfictionDos adolescentes que se conocieron por una situación peculiar. Dos adolescentes que son opuestos, pero juntos hacen una gran dupla. Dos adolescentes que se reunen en una habitación rosa, cuyas paredes guardan mil y un secretos de ambos. Un Caballero...