18. Banana

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LLÁMAME BANANA NOIR

Definitivamente tenía miedo.

Había salido a comprar unos adornos para un sombrero que estaba diseñando cuando empezó a sentirse observada. Y aunque al principio lo dejó pasar, ya no podía dejar pasar que la estaban siguiendo. Voltaba a todos lados para averiguar quién podría ser o de dónde la veían ya que sentía que estaba siendo observada desde todos los ángulos.

¿Por qué no transformarse y acabar con eso?

Ya lo intentó tres veces.

Estaba a punto de empezar a correr cuando...

—¡Princesa!—. Alguien gritó uno de sus apodos, ocasionando que ella gritara del susto y casi se desmayara.

La tomó de la cintura, pero ella no se iba a dejar hacer quién sabe qué, así que intentó forcejear pero quien la tenía era fuerte.

—¡Tranquila, tranquila! ¡Soy yo!—. Escuchó decir a su supuesto captor, reconociendo la voz de...

—¿Chat Noir?—. Cuestionó ella, y logró darse media vuelta cuando sintió que el agarre de su cintura se aflojaba un poco, pero se sorprendió cuando vio a quién pensaba que era su amigo, era en realidad una persona disfrazada de banana sonriente. —Uy, lo siento, te confundí con alguien más.

—No Princesa, sí soy yo.

—¿Chat Noir?

—Llámame, Banana Noir—. Corrigió el héroe disfrazado.

—¿Qué haces vestido así?

—Activé mi Cataclismo por accidente mientras hacía la patrulla así que tuve que terminar la patrulla cuando perdí mi transformación—. Explicó el chico. —Y no pude volver a transformarme ya que no tenía queso para mi kwami.

—Pero aún no entiendo por qué estás disfrazado de banana—. Le recordó la azabache.

—Por que te vi y necesitaba hablar contigo urgente, traía el disfraz conmigo.

—¿Aún sigo sin entender la razón de esto, Chat Noir?

—Banana Noir; y verás ¿Cómo te voy a preguntar algo de "Marinette y Chat" si estamos como "Marinette y la identidad civil de Chat"?

Y la chica se sintió tonta ya que debió haberlo pensado antes.

—¿Y qué cosa es tan urgente como para que te disfraces de Banana Noir?

—Mi kwami necesita comida, y como estamos cerca de tu casa...

—Quieres quitarme comida para tu kwami.

—¡Exacto!

La ojiazul sonrió de lado y miró al chico disfrazado con burla.

—Así que el gran héroe Banana Noir terminó siendo un malvado que se aprovecha de las amistades que tiene para obtener beneficios.

—¡Exacto!... espera ¡No!

—¡Te creí mi amigo!—. Dramatizó la chica mientras fingia irse llorando.

—¡Espera, Princesa!—. Exclamó él.

Estaba por ir con la chica pero alguien lo tomó de su brazo amarillo y cuandose volteó a ver, lo miraba un enojado Teniente Roger.

—Tendrá que venir conmigo, señor—. Indicó el policía.

—¡Espere no, yo solo quería queso!

Mientras tanto, Marinette desde un punto lejano evitaba reír muy fuerte para no llamar la atención, eso ganaba el héroe por usar mal su poder, no tener comida a la mano para su kwami y asustarla de la manera más horrible.

Ya con eso estaba satisfecha ese día del molesto Chat Noir... o querrá decir, Banana Noir.

Héroe siempre recordado.

Sólo lo lamentaba por Plagg.

Kwami amado.

El Caballero Negro y su PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora