12. Intercambio de kwamis

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GATITA Y PRINCESO

Adrien había cumplido con lo que había dicho, y por fin Marinette pudo vivir un día la experiencia de tener el Miraculous del Gato como si hubiese sido suyo desde el principio. Pasar tiempo con Plagg fue agradable a decir verdad, el kwami a pesar de ser un poco molesto y de extraños comentarios era una buena compañía como Tikki, solo que en vez de oler a galletas su habitación ahora olía a queso camembert.

Incluso cuando fue a la panadería por queso su padre, ya acostumbrado a que ella le pidiera galletas, se vio muy sorprendido cuando ella apareció pidiendo el apestoso queso pero lo tomó como un ligero cambio de rutina.

Aunque ahora, después de haberse cuestionado qué era lo que hacía falta ese día y darse cuenta de que aquello era la visita de Chat Noir y que ahora ella tenía el Miraculous, miraba el bonito anillo rosa que estaba en su dedo anular derecho y miró a Plagg que degustaba su noveno camembert del día.

—Lo siento Plagg, pero si no lo hago el día estará incompleto—. Dijo ella. —¡Plagg, las garras!

—¡Ni con otro portador!—. Gritó el kwami antes de ser absorbido por el Miraculous y transformar a Marinette en Lady Noir.

La chica ya enfundada en el traje negro salió por la ventana y se dirigió a la Mansión Agreste a paso veloz, se sentía extraño ser ella quien a esas horas de la noche fuera a ver a alguien cuando en realidad es a ella a quien suelen visitar a esas horas, pero eran los deseos de ella misma al fin y al cabo.

Cuando vio la casa del rubio dueño de la joya que ahora ella portaba, se dirigió a su habitación y cayó limpiamente dentro de ella, sorprendiendo al chico y a la kwami roja.

—Llegó el portador de Plagg, ahora Tikki se esconde—. Mencionó la kwami de la creación antes de irse a otro lugar de la habitación del rubio, donde ella había dejado un libro a medio leer.

Lady Noir rió por eso y luego miró al rubio frente a ella que la observaba curioso.

—Buenas noches, Princeso—. Dijo ella haciendo una reverencia.

—Buenas noches, Gatita—. Devolvió el saludo él.

—Esto es extraño—. Comentó ella.

—Tú querías usar el Miraculous, si te quejas me lo puedes dar ya.

—¡Ni hablar! Vivir un día como si hubiese tenido este Miraculous desde el principio fue extraño pero genial.

—¿Osea que prefieres a Plagg que a Tikki?—. Preguntó el rubio y la azabache palideció.

—¡Mañana mismo me entregas mi kwami Princeso, órdenes de la Guardiana!

—Hasta donde tenía entendido el portador de Tikki había recibido la caja y el nombramiento de Guardián hace unos meses, así que ahora, yo soy el Guardián.

La felina se jaló su larga trenza azabache, puesto que Adrien tenía la razón, desde que descubrieron sus identidades ahora él la hacía molestar más de lo usual.

—Deja de burlarte de mí—. Pidió ella con su rostro rojo.

—Cuando somos Marinette y Chat Noir tú me molestas a mí, pero ahora somos Adrien y Lady Noir.

—¡Eres malvado!—. Exclamó ella antes de irse de la habitación mientras el chico se burlaba a sus espaldas. —¡Mañana quiero de regreso mi Miraculous!

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Esto sería un... ¿Adrinoir? Bah, de todas maneras tiene un aire Marichat, solo que se intercambiaron papeles, xd.

PD: ¿Qué onda con Tikki?

El Caballero Negro y su PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora