All Is Fair In Bread And War

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**Notas al final del capítulo


Todo Se Vale En El Pan Y La Guerra





Inclinado sobre el flujo de agua del lavabo, Dick mojó sus manos y las pasó por su cabello por milésima vez esa tarde. Estiró la mano, cerrando la llave con más fuerza de la necesaria mientras se enderezaba nuevamente y se miraba en el espejo. Su reflejo gritaba "rata ahogada" más que "primera cita con novio en veinte minutos". Ya se había peinado y vuelto a peinar unas diez veces y estaba bastante seguro de que todo el gel y crema se habían funcionado literalmente a su cabello. A pesar de sus mejores esfuerzos por lavarlo todo y empezar de nueva cuenta, todas las veces decidía que se veía como una víctima de electrocución, no estaba funcionado, lo estaba haciendo peor y esto apestaba un carajo.

Dick no se consideraba a sí mismo una persona en extremo vanidosa. La mayoría de los días solo se cepillaba el cabello y salía por la puerta. Solo se lo peinaba para atrás por el código de vestimenta de su estúpida escuela, o porque Bruce lo arrastraba a algún evento de élite de Gotham. Pero esta era su primera cita con Wally, y que lo demandásen, pero quería lucir bien.

Sí se le ocurrió que estaba utilizando a su poco cooperativo cabello como una excusa para evitar vestirse e ir a esa cita, pero impacientemente dejó ese pensamiento de lado en favor de pasar agresivamente una toalla por su cabeza.

Después de usar la secadora en su cabello, cepillarlo y decidirse solamente por un poco de crema para mantenerlo domado, Dick se dió cuenta de que eso era lo mejor que podía lograr. Le dirigió un largo vistazo a su ducha, debatiendo si tenía tiempo suficiente para entrar (otra vez). Un mirada a su celular le dio la respuesta en un firme no. Se suponía que Wally llegaría en diez minutos. Mierda.

Apresurandose a su habitación, Dick, en su prisa por llegar al closet, estuvo a punto de tropezar en la alfombra colocada en el centro del cuarto. Tenía una sensación distintiva de que sus bóxers cubiertos de gatos espaciales y la playera que estaba usando en este momento no eran adecuados para una primera cita (mucho menos para salir en público). Buscando a través de los estantes, luchó por encontrar algo que no lo hiciera parecer un payaso. El problema era que la mayoría de su ropa formal había sido comprada por Bruce y era demasiado formal, y la ropa que él elegía eran jeans ajustados, camisetas y sudaderas con capucha.

Esto no debería ser tan complicado, pensó. Solo era Wally, ellos salían todo el tiempo, ¿por qué esto tenía que ser tan diferente? Porque, Dick se recordó a sí mismo (mientras resistía las ganas de enterrarse vivo a sí mismo en su closet), está esta una cita real. O al menos así era como Wally la había llamado cuando tuvo la idea.

La bota de Dick aterrizó pesadamente en la cara de un tirador enmascarado. Ignorando el ligero crujir de lo que seguramente había sido la nariz del idiota rompiéndose, se impulsó hacia atrás con una voltereta, esquivando una lluvia de balas con facilidad. Aterrizó en cuclillas sobre el concreto, elevó la pierna, derribando al matón. Sin un segundo que desperdiciar, Dick le arrebató el arma de la mano al hombre y la arrojó en la (extremadamente conveniente) cascada cercana.

Una corriente fuerte de aire a su izquierda llamó su atención. Wally se detuvo con los brazos cargados de armas idénticas y las arrojó a las agitadas aguas de abajo. Con una sonrisa, se volvió hacia el chico maravilla, su mirada estaba obscurecida por los goggles rojos sobre sus ojos.

—Así que, ya llevamos siendo algo por unas semanas...

—¿Quieres una medalla por esa observación, Capitán Obviedad? —Dick se echó atrás mientras sacaba sus palos de escrima. Sus ojos miraron detrás de Wally. —A tus 5 en punto.

Watercolour [Birdflash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora