Tranquilo Atardecer
Dick gruñó al colocar la última caja en el suelo y se puso de pie con un largo estirón. Elevó el antebrazo para limpiarse la frente, apartando algunos mechones empapados de sudor. Mirando alrededor de su antigua habitación, Dick vio los montones de cajas que debían ser desempacadas y por un momento se permitió a sí mismo sentirse abrumado por todo. No sabía por dónde empezar, y honestamente, no quería. Había sido un día largo. O noche, realmente no había tomado tanto tiempo bajar sus cajas del camión. Pero la anticipación de su llegada, el temor de tener que revisar todo nuevamente habían dejado a Dick apático durante toda la tarde. Ahora que eso estaba hecho, sintió la... bueno, la finalidad gradualmente derramándose sobre él.
Ya llevaba viviendo alrededor de una semana en la Mansión. Después de cargar el camión de mudanzas con todo desde el apartamento en California, había tomado el atajo por tubo Zeta de regreso a Gotham, sin nada más que una bolsa de gimnasia con ropa. Le había tomado al camión una semana completar el viaje a través del país, con todas las paradas de descanso y el día entero que había pasado en Kansas. Los padres de Wally se habían quedado con la mayoría de sus cosas; ropa para donar, recuerdos para poner en la repisa de la chimenea o para guardar en el ático. Dick había encontrado una caja de más al terminar de descargar. Era de una marca distinta a las otras, sellada con cinta adhesiva y de un aspecto "más nuevo" que las otras. En ella estaban escritas, con la familiar letra de la señora West, las palabras "Para Dick".
Esa había sido la última caja que Dick había llevado dentro. La dejó y, aunque la curiosidad lo quemaba en el fondo de su mente, simplemente no se atrevía a tocarla en estos momentos. No sabía que había dentro, pero sabía que sería algo sentimental y él simplemente no quería lidiar con eso todavía. La realidad de volver a vivir con Bruce estaba comenzando a asentarse sobre él como una manta húmeda.
Vivir con Bruce no era el problema, aunque es verdad que su relación se había complicado cuando Dick se convirtió en Nightwing. No era algo perfecto, sin embargo si era algo familiar, y aunque fuera reconfortante ese era el problema. Era demasiado familiar. Era una bendición y una maldición a la vez, porque mientras su hogar de la infancia le traía una sensación de estabilidad, incluso este lugar estaba demasiado lleno de Wally.
Y así fue como Dick se quedó de pie fuera de sí en medio de su habitación, solamente mirando fijamente lo que lo rodeaba. Casi podía ver las sábanas y las luces navideñas colgando alrededor de su cama, cada pijamada cuando eran niños, cada vez que se habían quedado dormidos después de largas noches de estudio, cada vez que habían peleado allí y cada vez que se habían reconciliado. Llamadas de medianoche después de pesadillas, el pasar horas simplemente enviándose mensajes sobre nada en absoluto, todo estaba simplemente... no precisamente golpeándolo, más bien como subiendo por sus tobillos mientras la metafórica agua subía hasta su pecho y comprimía sus pulmones. Era demasiado familiar.
Dick gruño, pasándose la mano por el rostro. Estaba empezando a darse cuenta de que no habría un solo lugar que no le recordara a Wally. Qué así sería la vida a partir de ahora. Así que, Dick decidió categóricamente que no iba a desempacar esta noche. Moviendo algunas cajas para poder llegar a su cama, Dick se dejó caer de espaldas con un pesado suspiro. Aún había estrellas que brillaban en la obscuridad pegadas en el techo. Se preguntó, vagamente, cuánto tiempo se suponía que duraban esas cosas. Estaba bastante seguro de que ya tenían unos diez años, recordaba haberlas colocado no mucho después de haber llegado por primera vez. Wally se había burlado de ellas la primera vez que vino, pero entonces, inmediatamente compró un paquete y lo puso en su propio techo, lo que no le había agradado mucho a su madre... mierda, esto no estaba funcionando.
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Watercolour [Birdflash]
Fiksi PenggemarEsta historia cuenta la relación de Dick Grayson y Wally West; desde que eran unos niños idealistas, unos adolescentes atontados, y hasta los hombres adultos que tienen el peso del mundo sobre sus hombros. Ellos pueden con todo lo que la vida les po...