COMPLETADA
James Sirius Potter, el típico chico popular y engreído de la escuela que tiene a todas las chicas a sus pies y que tiene una vida perfecta.
Arianna Blair Marsh, la típica chica inteligente e impulsiva que siempre llama la atención aunqu...
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Narrador Omnisciente: Maratón 3/?
Era un sábado por la mañana y nueve personas estaban dormidas en una misma habitación.
Habían unos gemelos rubios abrazados y a su lado habían dos pelirrojas durmiendo. Estos cuatro estaban dormidos en el suelo con un montón de cojines debajo.
Luego habían una morena que estaba súper ancha en una cama y a su lado un pelirrojo que estaba apunto de caerse de la cama por el poco espacio que tenía. Cuánta hermandad.
En otra cama habían una pareja de castaños abrazados, de una manera súper tierna.
Y por último pero no menos importante había una rubia apoyada en el pecho de un azabache durmiendo tranquilamente. Había una calma demasiado silenciosa para ser las personas que eran. El único sonido que se podían escuchar eran los ronquidos de una de las pelirrojas, que se le hacía llamar por Molly. Los ronquidos de esta hicieron que se despertara la rubia que estaba con el azabache.
La chica se sentía extraña, ya que donde estaba dormida en esos instantes olía diferente, a una mezcla de perfume y tarta de melaza. Además de que estaba abrazando a alguien.
Al principio pensó que era su perro, Coco, así que intentó dormir más. Pero luego con el tacto vio que ese ser no tenía pelo —algo que su perro tiene—y se despertó de inmediato.
Y al observar al azabache se puso roja de furia y empezó a gritar algo que hizo que los demás se fueran despertando.
—¡Qué me hiciste anoche James Sirius Potter!
—No te hice nada así que por favor déjame dormir... espera, ¿QUÉ HACÍAS DURMIENDO CONMIGO?—gritó el azabache.
—¡YO QUE SÉ, NO ME ACUERDO! ¡MALDITA RESACA! ¡HAY MADRE COMO ME HAYAS VIOLADO TÉ JURO...
—Eso, que parecéis un matrimonio mal casado—dijo Rose.
—¡NOSOTROS NO SOMOS UN MATRIMONIO MAL CASADO!—gritaron el azabache y la rubia a la vez.
—Si, claro...—dijo Betty.
—¡NI SE TE OCURRA PENSAR ESO, QUE TÚ ESTABAS TAN TRANQUILA ABRAZANDO A FRANK!—gritaron los dos a la vez mientras a Betty y Frank se sonrojaban—¡NO VUELVAS A REPETIRME!—gritaron los dos otra vez—¡CÁLLATE!—volvieron a gritar—¡ASH!
—Mierda, mierda, mierda—empezó a maldecir Arianna.
