18. Investigations and the divine quartet

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Narra Arianna:

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Narra Arianna:

Mis ojos lentamente se abrieron y el olor a medicina y jarabes inundaron mis fosas nasales. Después haber abierto totalmente los ojos ya pude afirmar que estaba en la enfermería. Y antes de poder decir nada, la voz de alguien me interrumpió.

— ¡Ya has despertado! Gracias a Merlín. Lo siento por lo que pasó ayer, no debí ponerme así. No volverá a pasar— dijo Theo, y yo esperé que eso fuera realidad, ya que estaba harta de sus celos innecesarios— voy a avisar a la enfermera de que ya estás despierta.

Se levantó de la silla y fue hacia donde suponía que estaría Madame Pomfrey. Visualicé la enfermería. Estaba llena de camas blancas y estaba muy vacía. Solo estaba yo de paciente. De repente giré mi vista a mi izquierda y me sobresalté al ver a alguien.

Era James. Estaba dormido en una silla que parecía muy incómoda y estaba apoyando su cabeza con el apoya brazos de la silla. Pensé que eso seguramente le diera tortícolis cuando se despertara. Su cabello estaba tan desordenado como siempre y sus ojos estaban cerrados. Se le veía muy tranquilo y pacífico durmiendo. Se le caía un poco de baba de la boca, algo que me pareció asqueroso y adorable a la vez.

Luego de observarle miré al frente, donde Theo y Poppy se acercaban hacia mi. Theo se volvió a sentar en su silla, y me agarró de la mano para darme apoyo. Le observé.

Su cabello castaño no estaba como siempre. Estaba algo desordenado, pero aunque no le quedara nada mal prefería más con su cabello de siempre. Sus ojos azul grisáceo me miraban con amor y apoyo, pero debajo de estos habían unas grandes ojeras que hicieron que me preocupara.

Seguro que se habría pasado la noche en vela por estar conmigo y eso me molestaba. No quería que malgastara sus horas de sueño por mi, no hacía falta. Así que le dije:

— Theo deberías ir a la cama, tienes unas ojeras enormes.

— Tu novia tiene razón: deberías descansar ahora.

— No hace falta, dormiré cuando sepa que está bien.

— Ella está bien, lo único que le voy a hacer es revisar que todo está en orden. Así que sería mejor que vayas durmiendo.

— Peque ¿estás segura?— me preguntó mirándome a los ojos.

— Si cariño, ve a dormir que te lo mereces.

— Vale, pues me voy a dormir. Hasta luego princesa— se despidió mientras me dio un casto beso en los labios y se fue de la enfermería.

Poppy me hizo el chequeo —y como ella ya sabía— todo estaba perfectamente. Luego me dijo que la directora McGonagall me esperaba en su despacho, así que me dirigí hacia allí. Al llegar recité la contraseña y subí las escaleras de piedra. Llamé a la puerta y entré al despacho.

Todos los cuadros de los antiguos directores de Hogwarts centraron su mirada en mí, con alegría ya que hacía tiempo que no iba al despacho de la directora y sorpresa por mi nuevo color de cabello. Bueno, todos excepto el antiguo director Severus Snape, que como siempre que iba al despacho murmuraba cosas incoherentes y me miraba con desprecio. Que se le va a hacer, siempre fue un pobre amargado.

~𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎 𝙼𝚊𝚕𝚍𝚒𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora