29. Hospital, trip start and Missing Food

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Narra Arianna:

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Narra Arianna:

¿Quieres un café Arianna?— me preguntó Ginny Potter con amabilidad.

— Si, por favor.

La madre de James se fue hacia la cafetería y mientras tanto yo bostecé. Eran las cinco de la mañana, y aún seguíamos en la sala de espera de San Burgo. Según nos dijeron los medimagos, la señora Weasley estaba viva, pero estaba en un estado algo grave. Del impulso del hechizo de la explosión se rompió algunas costillas y un cristal se le clavó en la médula espinal. Así que seguramente se vaya a quedar paralítica.

Vi como a James se le contagió el bostezo y bostezaba. Él ha estado muy inquieto y nervioso desde que entramos al hospital. Además de que está preocupado por su abuela, también odia los hospitales así que eso lo pone más nervioso de lo normal. Él está de pie, yendo de un lado de la sala a otro.

Todos la familia Weasley estaba en la sala de espera. Sin embargo ya no estaban todos alegres como siempre, sinos estaban tristes y preocupados. Los Weasleys más pequeños se habían dormido en sus asientos. Sabía que esa situación había sucedido gracias a mí, ya que esos malditos mortífagos iban a por mí. Pero intentaba no torturarme, y pensar que la culpa era de los mortífagos.

La señora Potter volvió a la sala de espera con más de diez cafés. La mayoría de los adultos también le habían pedido un café. Al saborear el caliente café, un poco de mi sueño se fue.

Noté un brazo abrazándome y era ni más ni menos que Ele. Ella había venido lo más rápido que pudo, ya que ella también quería a la señora Weasley.

Entonces me di cuenta de que yo no quería dañar a nadie más, lo que les había sucedido a Molly y a los aurores había sido porque yo estaba allí. Y que lo mejor sería que huyera a algún lugar donde ellos no sepan. Y en esos instantes se me vino a la mente la organización secreta donde estuvieron mis padres. Allí era un gran lugar donde podía entrenar y luchar contra esos mortífagos.

Así que me levanté, para irme. Pero cuando estuve apunto de salir de la sala de espera, alguien me agarró de la mano. Alcé la mirada y me encontré esos ojos avellana que tanto me agradaban. James se despeinó más su cabello y me preguntó:

— ¿Adónde vas Arianna?

— Voy a un lugar donde no pueda dañar a nadie por mi culpa— le contesté con sinceridad.

Pero antes de poder salir, James me arrastró hacia la sala de espera, también agarró a Ele y nos llevó a una habitación aparte. Entonces Eleanor preguntó:

— ¿Qué sucede?

— Que me quiero ir— contesté.

— ¿Por qué te quieres ir? ¿No quieres estar con nosotros?— me preguntó James.

~𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎 𝙼𝚊𝚕𝚍𝚒𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora