16. Joyeux Noël Pequitas

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(Imagen de Pinterest)

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Narra Arianna:

De repente me desperté. Había tenido otra pesadilla, pero esta era un poco más rara que normalmente. Escuchaba las voces de Bella y Finn, advirtiéndome de peligro y diciendo que me amaban mucho.

Eso hizo agarrara la foto que encontré el 16 de agosto, antes de saber la desgracia.

Me acordaba perfectamente del día de la imagen de la playa. Bella me ponía demasiada crema solar, lo que me hacía cabrearme. Luego Finn y Bella colocaron sus sillas para tomar el sol y yo empecé a hacer un castillo de arena. Cuando ya estaba apunto de terminarlo, Finn me agarró como un saco de patatas y me llevó al mar para tirarme. Luego él volvió para cargar a Bella de la misma y llevarla al mar conmigo.

Estuvimos salpicándonos entre nosotros y todo reíamos. Al salir del agua, Finn le pidió a un señor que nos hiciera una foto a los tres. Y nos la hizo y le devolvió el móvil. Luego me di cuenta que alguien había destrozado mi castillo de arena y me puse súper triste, entonces Finn me hizo otro y terminamos de pasar la mañana.

Terminé de acordarme de ese recuerdo y unas cuantas lágrimas se deslizaban por mis mejillas. Y recordé que hoy iba a ser la primera Nochebuena sin ellos. Sin la competición del mejor villancicos, sin el pollo al horno que cocinaba Bella, sin la horrible música navideña que ponía Finn, sin reírnos sobre los malos chistes que yo contaba, sin poder invitar a Eric, Pau y Caro...

En esos instantes ya estaba llorando a lágrima viva. Me dolía tanto que no pudieran estar conmigo, y sobretodo en Nochebuena. Intenté tranquilizarme, para no despertar a mis compañeras de cuarto. Después de estar una hora llorando, fui al baño para limpiarme la cara y bajar abajo.

Fui a la cocina y me encontré a la señora Weasley empezando a cocinar. Al verme se sorprendió, ya que serían las seis de la mañana. Así que me preguntó:

— Cariño, ¿qué haces despierta a estas horas?

— No podía dormir más—le dije con un tono algo triste.

— ¿Te sucede algo? Sabes que puedes confiar en mi perfectamente, seguro que te puedo ayudar a resolverlo— me dijo algo preocupada por mí.

— Lo siento, pero creo que revivir a mis padres es algo imposible— le dije en un susurro.

Ella paró de sacar los ingredientes, y me agarró con sus manos— con algunas arrugas— y me guió hacia el salón. Nos sentamos en un sofá y empezó a hablar:

— Se como te sientes. Yo me sentí incluso peor que tú la primera Nochebuena sin mis hermanos, Fabián y Gideon; o sin mi hijo Fred. Es muy duro, pero debes de saber que la vida continúa, y que ellos habrían querido que fueras feliz, te han salvado por algo. Y aunque te duela mucho, debes saber que ellos estarán siempre contigo, aunque no los veas.

~𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎 𝙼𝚊𝚕𝚍𝚒𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora