03.- Ratón

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1323.

03.- Ratón

Marinette cayó al suelo a la vez que su transformación se rompía y Tikki salía disparada de sus pendientes.

—No, no, no, no, ¡no! —Chat Noir se arrodilló junto a ella y la acunó entre sus brazos—. ¿¡Por qué le ha permitido hacer esto!?

—Levantarme la voz no va a cambiar nada, Chat Noir.

—Chat Noir —llamó Tikki con la voz rota—. El diario de Marinette, tengo que dártelo.

—Ahora no, Tikki —replicó.

La muchacha abrió los ojos con pereza, Tikki se escondió tras la espalda de Chat Noir para que su portadora no pudiera verla.

—Princesa. Marinette —murmuró Chat Noir con la esperanza de que su memoria siguiera intacta.

—¿Quién eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre?

Chat Noir agachó la cabeza con desánimo. Aquel, sin duda, era el peor día de su vida. Había estado a punto de morir, su padre y la mujer a la que consideraba una segunda madre habían resultado ser los villanos que les habían atormentado y, para colmo, la persona a la que más quería le había olvidado para siempre. Chat la soltó despacio y se puso en pie echo una furia.

—¡Todo esto es culpa vuestra! —escupió con la ira burbujeando en su interior—. No puedo creerme que dos adultos respetables hayan sembrado tanto caos para nada.

»Os odio a los dos, desearía destruiros con mi cataclismo, pero eso sólo me rebajaría a vuestra altura y ensuciaría la memoria de mi madre.

El brillo en los ojos de Gabriel hizo que Chat supiera que acababa de darse cuenta de que era su hijo, que Chat Noir era Adrien Agreste.

—Ya es suficiente, Chat Noir —dijo Fong agarrándole por la muñeca—. Estás asustando a la chica.

Marinette se había refugiado contra la pared abrazándose las rodillas, asustada como un ratoncillo atrapado. Sacudió la cabeza y se esforzó por dibujar una sonrisa amable para ella, Marinette estaba pasándolo mal y él lo estaba empeorando.

—¿Qué pasará con ellos?

—Los llevaremos al templo y les será impuesto un castigo.

—Yo...

El guardián asintió.

—Tendrás oportunidad de poner tus asuntos en orden, pero ahora deberías ocuparte de ella.

Chat Noir quedó satisfecho con ello. Regresó junto a Marinette que soltó un leve gritito sorprendida cuando se agachó frente a ella y le tendió la mano con la palma hacia arriba.

—Vamos, ratoncita, te llevaré de vuelta a casa.

—No me hagas daño, por favor.

Le sonrió con ternura. Fu la había nombrado guardiana cuando tenía catorce años, así que su mente había retrocedido cinco años en el tiempo.

—Jamás te lo haría, cuidaré de ti.

Su mano se posó sobre la de él con timidez, Chat tiró de ella para ayudarla a incorporarse y la sujetó por la cintura.

—Agárrate con fuerza, Marinette, te voy a mostrar lo veloz que puede ser este gato.

Ella soltó una risita, pero obedeció rodeando su cuello con ambos brazos y permitiéndole tomarla en brazos.

Marichat en mayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora