10.- ¿Puedes prestarme tu prodigio?

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1292.


10.- ¿Puedes prestarme tu prodigio?

Llegó a casa de mal humor, destransformándose en el jardín y entrando por la puerta principal. Fong lo esperaba al pie de las escaleras, le miró severo.

—¿Qué ocurre? —preguntó Adrien molesto por aquella llamada—. No veo que...

—Cállate, Adrien —susurró Plagg deseando que captase en su tono que, enfrentarse a aquel hombre, era una idea pésima.

—Estás abusando de tu prodigio.

—No lo hago, no lo uso en mi beneficio, intento ayudar a una amiga.

—Adrien puede ayudarla, Chat Noir no es necesario.

Cerró los puños con fuerza, ahí estaba de nuevo la ira abriéndose paso a su pesar.

—Debería arrebatártelo antes de que hagas alguna estupidez.

—No, por favor, maestro. —La súplica de Plagg le sonó desesperada—. Se portará bien, me encargaré de ello.

—Silencio, tú no tienes voz en esta discusión.

De la boca de Plagg surgieron burbujas verdes en vez de palabras, Adrien sostuvo a su kwami entre las manos, lo sintió temblar. El intrépido Plagg estaba aterrado. Adrien comprendió el alcance real del poder de un maestro de los prodigios y que él estaba intentando enfrentarse a algo que no podría vencer jamás.

—Marinette confía en Chat Noir, aún no está preparada para...

—¿Ella o tú? ¿Cuál de los dos es el que no está preparado?

—Los dos, maestro.

—No puedes huir para siempre. Pero fingiré no ver lo que estás haciendo si me hablas de vuestro sótano.

Adrien miró a Fong con los ojos muy abiertos, ¿de qué estaba hablando? Su casa no tenía sótano, sólo una pequeña bodega bajo la cocina.

—¿La bodega?

—Veo que no sabes de lo que hablo —musitó meneando la cabeza—. Debería de habérmelo imaginado.

—¿Qué demonios está ocurriendo? ¿Por qué me habla de un sótano que no existe?

—Chico, los crímenes de tu padre van más allá del abuso y uso indebido de su prodigio.

Las burbujas verdes se abrieron paso por la boca de Plagg. El maestro chasqueó lo dedos acabando con el castigo sobre el kwami.

—Encontraremos la manera de acceder a él.

—Le repito que aquí no hay ningún sótano.

—Eso no es lo que dice tu padre, Adrien.

—Maldita sea —musitó Adrien—. ¿Es que esto no va a acabarse nunca?

Tras la conversación con Fong, Adrien se había encerrado en su cuarto intentando no seguir pensando en cosas que no le iban a llevar a ningún sitio. Plagg se había limitado a sentarse en el escritorio, a su lado, y a asegurarse de mantener un ligero contacto con su piel. Era la primera vez que el kwami se comportaba así, estaba asustado y no era necesario que lo dijera.

Adrien abrió el Ladyblog y se creó una cuenta diferente a la que poseía para contestar a aquel mensaje de la discordia y reportarlo como ofensivo. Nunca se había metido en ninguna trifulca entre usuarios, pero aquello no podía dejarlo pasar sin más. Una vez hecho se fue a la sección de "secretos" allí Alya solía explicar curiosidades, quería asegurarse de saber qué se había revelado y qué no para no romper ninguna de esas estúpidas normas de los guardianes si Marinette le hacía preguntas.

Marichat en mayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora