Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 1232.
27.- Gatito Noir
Al llevar de vuelta a Marinette a casa habían sido recibidos con preocupación. Le sorprendió el contraste, una vez más, con su padre que no se molestaba en comprobar si estaba bien, aunque siendo Hawk Moth entendía que no le importase lo más mínimo.
Sabine se preocupó por su estado físico después de todos aquellos golpes, la tranquilizó asegurándole que estaba perfectamente e hizo algún gesto brusco, pero discreto, para que pudiese comprobar que no le dolía nada.
Regresar a casa tras ser tratado con tanta calidez siempre era difícil sin embargo, le costó más de lo normal. Marinette había pasado auténtico terror y aunque entendía la angustia que le provocaba que luchase no podía complacerla diciéndole que no lo volvería a hacer; tampoco podía asegurarle que la próxima vez no recibiría más golpes, ni que jamás recibiría daño físico puesto que ahora sabía que el sable oculto en el bastón de Hawk Moth podía matarle. Esperaba que Marinette comprendiese que era lo que tenía que hacer le gustase o no.
Tikki y Fong le esperaban en las escaleras con sendos rostros serios.
—Hemos visto lo que ha ocurrido —declaró Fong quien parecía más impresionado que otra cosa.
—No ha sido mi mejor actuación.
—Te has defendido bien para estar solo y tener que proteger a Marinette mientras combatías.
Adrien se tragó la pulla que le habría gustado lanzarle.
—Ladybug es mi compañera, juntos somos imparables —murmuró—, Chat Noir solo es más fuerza bruta que neuronas.
Tikki rió con aquella declaración tan acertada, Marinette era la de los planes imposibles, Chat Noir el que golpeaba y la cubría sin importar lo que pudiera pasarle, por eso se complementaban tan bien, confiaban el uno en la otra sin rastro alguno de duda.
—Ha sido suficiente para salvaguardar la integridad de la ciudad y la seguridad de la gente.
—Hay unas cuantas farolas y coches que no piensan lo mismo.
—Y algún que otro banco —farfulló Plagg.
El maestro meneó la cabeza, que se rompieran cosas no le parecía algo tan importante.
—Necesito saber más sobre Timettager.
—No sé demasiado, quiero decir que le combatimos y poco más.
—Te aseguro que sabes mucho más de lo que crees, muchacho.
—Puede preguntar lo que quiera.
Fong tomó el ofrecimiento, se reunieron en el comedor. El maestro le preguntó sobre el modo en el que había llegado a su tiempo Timettager, cómo actuaba, qué había dicho y, sobre todo, como le habían vencido. Adrien le habló de Bunnix, del combate, de lo difícil que había sido derrotarle, del lucky charm y el modo en que lo habían devuelto a su tiempo. Fong pareció satisfecho, aunque Adrien no creía que la información que había dado fuese muy relevante sin embargo, si servía para desentrañar el misterio de la desaparición del prodigio se daba por satisfecho.