capitulo 16

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TYLER

Mis sospechas son ciertas. Algo anda mal con el brazo izquierdo. Lo llevo hacia atrás y luego lo impulso hacia delante para dar el golpe, pero una ráfaga de dolor recorre la extremidad de una punta a la otra. <<No puede ser tan grave>>, pienso. Aún lo puedo mover, con dificultad, pero lo hago. Dejaré que pasen algunos días, seguramente sea una pequeña lesión y mejorará con el tiempo.

—¿Qué haces, Tyler? —cuestiona Killian, que está a un costado del cuadrilátero observando el entrenamiento—. Tienes que hacerlo con más precisión, mierda —continúa explayando sus "alentadoras" frases—. Agradece que no estás en una pelea o ya estarías hecho polvo en el suelo.

Desvío la mirada hacia la posición de Killian. Está estresado como si estuviéramos frente a una batalla real. En realidad, no es más que un simple entrenamiento en el club.

Lo irónico es que, el sujeto que entrena conmigo, es nada más y nada menos que Patrick. Una hora atrás, llegó junto a Roma, que se perdió en los vestidores y luego, la vi salir con su aspecto modificado.

Por lo tanto, el dolor en el brazo no es lo único desconcentrándome, la castaña detrás de la barra de bebidas es la culpable de robarse mi atención constantemente. Parece un recuerdo lejano cuando pienso que la última vez que la vi fue cinco días atrás, mientras nos besábamos en el coche aparcado a la orilla de una calle que ambos desconocíamos.

Luego dejó de escribirme. Dejó de responder los mensajes. Mucho menos volvió a llamarme. Tengo la sensación de que ha estado esquivándome, pero ahora simplemente no lo ha podido evitar.

—¡Tyler! —vuelve a gritar Killian fuera de sí y pongo la vista en el enemigo, esquivo su golpe e intento propinarle otro.

Maldición.

Utilizo el brazo atrofiado y como es de esperar, fallo.

Patrick me hace caer y enreda mis brazos tras la espalda, dejándome inmóvil. Giro la cabeza hacia un lado, lo suficiente para alcanzar a ver la sonrisa burlista que carga.

—¿Esto es lo mejor que conseguiste en meses? ¿En serio, Killian? —pronuncia y me remuevo para liberarme de su agarre, pero Patrick continúa sujetando las muñecas con fuerza. Es evidente que su técnica supera la mía.

Supongo que todo se resume en que a él le apasiona proporcionar golpes a las personas y yo, detesto tener que hacerlo.

—Se guarda lo mejor para el momento indicado —dice mi padre desde el otro lado, aunque soy capaz de percibir su intensión por disimular que está calmado.

—No jodas, ni si quiera tú te lo crees —masculla todavía burlándose y me suelta, dando un brusco empujón—. Míralo, es un bebé. Invierte mejor la próxima vez porque con este no llegarás a nada —larga de manera provocativa.

En un pasado, habría hecho caso omiso a sus provocaciones, porque nada puede importarme menos que los dichos de un tipo que apenas me conoce. Sin embargo, me sorprendo a mí mismo cuando me encuentro envuelto en un ataque de ira. Dispuesto a darle una paliza, aprieto los puños y disparo como una bala hacia Patrick.

Arremeto contra él tomándolo por el cuello con el brazo atrofiado y preparo el brazo libre para aterrizarlo en medio de su cara. Patrick trata de liberarse, pero veo que privarlo de aire fue una buena idea.

—Hey, Tyler. Tyler —Killian interviene tras introducirse en el cuadrilátero—. Aquí no nos manejamos de esa forma —dice, entonces lo percibo aparecer por la espalda. Encierra mi cuello entre un brazo y con el otro, tira de mí hacia atrás—. Qué lo sueltes —repite incrementando la fuerza, hasta que logra desprenderme del contrario.

Dulce venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora